El carácter e impulsividad de los gatos a veces nos puede desconcertar y pillar desprevenidos. Seguro que, si tienes gato, te suene una situación bastante habitual: tu amigo felino está gozando de tus caricias por su cuerpo y responde a ellas dándote un lametazo que tú consideras, a todas luces, amistoso y señal de agradecimiento, pero de pronto su tierna lengua ha dado paso a sus afilados dientes y en cuestión de segundos ha pasado de chuparte a morderte.
Ante la lógica sorpresa y, no nos vamos a engañar, el pequeño susto, se nos viene una pregunta totalmente natural: ¿pero qué diantres le ha pasado?
Empezamos a preguntarnos si ha sido jugando o si, por el contrario, se ha enfadado y la caricia no le gustaba tanto...
Lo cierto es que este comportamiento tiene interpretaciones y significados diferentes, pero que pueden ser útiles para comprender mejor a tu minino, y también dicho sea, a verle venir...
Cuando niños en casa, estos comportamientos desconcertantes de los gatos pueden preocuparnos más, ya que nos da miedo o nos perturba pensar que pueden agredir al niño sin motivo aparente, por eso, tener en cuenta lo siguiente puede ser muy útil.
Los lametones de los gatos
Lo primero que debemos es tener en cuenta que los gatos utilizan su lengua para lamerse para tratar de retirarse la suciedad, es su forma de lavarse y de realizar su aseo diario. Además, seguro que has oído eso de que los gatos son muy curiosos y esto se debe a que son animales muy pulcros, por lo que es frecuente verles lamiéndose y "acicalándose". También habrás comprobado que su lengua es áspera, eso se debe precisamente a que actúa como elemento de higiene y hace de "cepillo" natural para eliminar las impurezas de su pelaje.
¿Y cuando nuestro gato nos chupa nos está lavando? Pues lo cierto es que así es, nos está acicalando. No debemos tomarlo como un insulto y pensar que nuestra mascota duda de nuestra higiene: este acto lo hacen, por ejemplo, las madres con las crías o con otros gatos de la familia, por lo que el mensaje que nos lanzan es de lo más tierno: somos uno más para ellos, su familia.
¿Pero y sus lametones no son una seña de cariño? También. El gato sabe que cuando le acariciamos y él responde lamiéndonos, solemos interpretarlo como un acto cariñoso y nuestras caricias continúan, por lo que recurren a ello también como modo de agradecer y pedir mimos.
¿Y entonces por qué pasan de chupar a morder?
Cuando un gato muerde suele deberse a que está enfadado o tiene miedo, son dos emociones que suelen hacer que el felino reaccione echando la boca. Claro está, hay que diferenciar esos mordiscos con los que el gato propina de forma suave cuando está jugando con nosotros. Si es un bocado de enfado o miedo es fácil reconocerlo, ya que suelen avisar: se les arquea el lomo, maúllan de modo preventivo o bufan, se les eriza el pelo y su lenguaje corporal es de todo menos amistoso. Si, por el contrario, el gato nos muerde jugando, lo hará de forma más suave y repetitiva, pero también puede que el juego esté empezando a no gustarle y echar la boca con un mordisco menos delicado es su forma de hacérnoslo saber.
Y la gran pregunta que es la que nos concierne: ¿y si nos está chupando y acto seguido pasa a mordernos, a qué se debe? Puede haber varias explicaciones y nos toca interpretar e ir conociendo mejor a nuestro gato para saber exactamente por qué lo hace. Puede hacer esto porque, como decíamos, las caricias le están poniendo nervioso y se ha cansado de ellas, también puede hacerlo como muestra de afecto y puede significar también que nos esté lavando y, del mismo modo que se hace a sí mismo, nos da un mordisco como parte de sesión de su higiene diaria (ellos se dan pequeños mordiscos mientras se limpian).
El factor que nos ayudará a determinar mejor qué ha provocado esa reacción, si es cariñosa o es de enfado o advertencia será la fuerza del mordisco, si es suave y tierno o si por el contrario es más fuerte y duele, debemos fijarnos bien en su lenguaje corporal y en las señales de las que hablábamos antes que indican enfado o miedo y analizar si cuando lo ha hecho el animal estaba en su sesión de higiene y ha querido dejarnos limpios como el jaspe a nosotros también. Es decir, observar a nuestro animal y aprender a conocerle.