Por qué es importante elegir el lugar para dormir a tu bebé

¿Va a dormir mejor en su propio cuarto? Sara Traver, asesora de sueño, nos muestra una guía para entender el sueño infantil
¿Por qué los ojos del bebé se ponen en blanco cuando duerme? ¿Cuándo preocuparse?
¿Por qué los ojos del bebé se ponen en blanco cuando duerme? ¿Cuándo preocuparse? - Fuente: Shutterstock

Sara Traver, asesora de sueño y alimentación infantil, explica en su libro Buenas noches en familia la importancia de elegir el lugar para dormir a tu bebé. "Vamos a partir de la premisa de que formas de dormir hay tantas como familias y que todas son válidas: dormir juntos, separados, sólo con papá o mamá, en su propia habitación o compartiendo con sus hermanos. Podemos tener niños felices y autónomos que duermen cada noche en una cama pegada a la de sus padres y otros igualmente felices que lo hacen en su cuna y en su habitación. Lo importante es que los cuidemos con amor día y noche", advierte.

La experta sostiene que cada niño es un mundo, "aunque es poco probable que salgan del cuarto antes de los cinco o seis años, lo que tampoco está mal. Así que quítate ese peso de encima de si estás haciendo algo terrible conta su independencia y plantéate mejor de qué manera estarías un poco más cerca de conseguir tus objetivos".

Valora dónde será más fácil

Traver señala que el lugar donde duermen no es una escala de independencia: "Es decir, no es mejor la cuna cerrada que el colecho, o su habitación que la tuya. No es un camino lineal en el que tienes que atravesar no sé qué etapas para culminar en un sueño autónomo y que no dependa de ti. Tu hijo no va a querer dormir siempre en tu cama, pero tú tampoco vas a querer dormir siempre a su lado. Céntrate en el momento actual y en lo que crees que te puede ayudar mejor para alcanzar esa sostenibilidad en el descanso". 

Bebé durmiendo - Pexels

Valora cuál es la comprensión del niño

La experta en sueño infantil sostiene que para planificar los cambios desde un lugar u otro, debes tener en cuenta también en qué momento evolutivo se encuentra tu hijo, "para, entre otras cosas, que esa comunicación efectiva pueda ocurrir". 

"No nos comunicamos igual con un bebé de ocho meses que con un niño de cuatro años. Es imposible conseguir que un bebé de diez meses, que quizá esté en plena explosión del gateo, se quede en su cuna de colecho toda la noche. Cuando se despierte, se activará y comenzará a gatear primero por su cuna y después sobre ti. Si entre tus necesidades se encuentra la de que ocupe su espacio toda la noche, a lo mejor una barrera o media barrera te ayuda. O tal vez tengas un hijo de dos años al que has llevado a su cuarto con una camita Montessori que has comprado con toda la ilusión para favorecer su autonomía. Unas barreras que impidan que salga de la cama harán que seas tú quien vaya a atenderlo cuando te necesite", añade.

Escogiendo el lugar donde iniciar el descanso

Para terminar de ayudarte en esta decisión, vamos a repasar las posibilidades y qué pros y contras podemos encontrar en cada una. En este sentido, su sensibilidad auditiva y olfativa también nos marcará por dónde podemos ir.

  • Colecho: "No tiene fecha de caducidad y, cuando funciona, es realmente positivo para toda la familia. Es el método que más favorece la lactancia a demanda en las noches, pero debe ser un colecho elegido; si lo haces porque no tienes más remedio, pero no lo disfrutas, valora qué cambios harían que te sintieras mejor".
  • Cuna cerrada, pero misma habitación: "Al igual que el colecho, esta alternativa permite atender rápido y en algunas ocasiones funciona mejor que el colecho, pero para esto el bebé, o bien tiene que dormir varias horas seguidas en su espacio tras dormirlo en brazos, o bien inicia el sueño a primera hora desde su cuna. Si no es así, aunque parezca que nos ayuda a tener los espacios delimitados, es más probable que acabes cambiándolo de lugar en mitad de la noche y metiéndolo a dormir contigo. La cercanía precisamente puede hacer que en mitad de un sueño y sin razonarlo mucho cojas al bebé o niño y lo traigas de vuelta a tu cama".
  • Dormir en su cuarto: "En el plano de la estimulación sensorial, será la solución que favorezca un sueño más profundo y evitará los despertares por movimiento y ruido. No obstante, como ya hemos explicado, no funciona para acabar con los despertares, por lo que su sueño deberá ser razonablemente estable antes de dar este paso para ayudarte así a ser consecuente con la decisión que has tomado y no ponerte en una situación de mayor agotamiento".
  • Dormir con los hermanos: "Otra duda habitual es cuándo es bueno que duermas los hermanos juntos, en el caso de que no dispongas de una habitación para cada uno. Para tomar esta decisión, primero tendrás que tener en cuenta si estáis preparados para atravesar el proceso de que duerman en su propia habitación y, si la respuesta es afirmativa, entonces valorar en qué modo puede afectarle al hijo que ya está durmiendo fuera. Para realizar la transición, si tienes más de un dormitorio, es mejor sacar primero al hijo al que vas a trasladar a ese otro lugar intermedio, acompañarlo en los primeros días que puede ser más difíciles y, cuando esté más estable, juntarlo con su hermano o hermanos. Si esta posibilidad no existe, se puede pactar con el hermano mayor que vuelva a tu dormitorio durante esos primeros días y, cuando el pequeño se haya adaptado al nuevo espacio, proceder a la reunificación. Sea como sea, lo que no te interesa es tener más de un hijo despierto en mitad de la noche". 

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