Hipoglucemia en bebés y niños

Analizamos la importancia de entender la hipoglucemia y sus principales síntomas y signos
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Una de las manifestaciones que más pueden asustar de las hipoglucemias en los niños es la pérdida de conocimiento brusca. - Getty Images

La hipoglucemia es una disminución en las cifras de azúcar en sangre por debajo de niveles de alrededor de los 40mg/dl, momento a partir del cual suelen aparecer síntomas. Hay bebés que nacen con hipoglucemia o quizá se desarrolle después del nacimiento. La comprensión de las causas que derivan a la hipoglucemia pueden ser varias. La mayoría de los trastornos de hipoglucemia en los lactantes y los niños se deben a defectos en los sistemas metabólicos implicados en la adaptación del ayuno o el control hormonal en estos sistemas. Como resultado de estos defectos, los bebés y niños tienen una adaptación anormal al ayuno, lo que puede causar una hipoglucemia.

La hipoglucemia

La hipoglucemia puede ser considerado como un síntoma bioquímico que indica la presencia de una causa subyacente. Debido a que la glucosa es la clave para que las personas tengamos energía y que las células funcionen correctamente, los trastornos que afectan a la disponibilidad de la glucosa pueden causar hipoglucemia.

La hipoglucemia es un problema clínico frecuente en los recién nacidos, es menos común en bebés y niños pequeños y es raro que ocurra en los niños más mayores. Puede ser causado por varias condiciones aunque las causas más comunes de la hipoglucemia leve o grave en la infancia suele ser tratado con insulina (diabetes tipo 1).

Algunas complicaciones

En algunos casos los bebés y los niños con hipoglucemia asintomática han demostrado tener defectos neurocognitivos en el momento de la hipoglucemia. Se han objetivado alteraciones en las pruebas de audición y en los potenciales evocados del tronco del encéfalo (pruebas que valoran la audición del recién nacido) durante el episodio de bajada de azúcar. Pero no todos los niños con hipoglucemia al nacer tienen que tener otros problemas después, dependerá de cada caso y de las características de los recién nacidos.

Las consecuencias a largo plazo de la hipoglucemia incluyen alteraciones en el tamaño de la cabeza, disminución del cociente intelectual y anormalidades cerebrales en regiones específicas que se pueden observar utilizando imágenes de resonancia magnética. Pero no tiene por qué ser en todos los casos así, dependerá del tipo de hipoglucemia y de cómo haya afectado al bebé.

Defensas biológicas contra la hipoglucemia

El cuerpo se defiende normalmente contra la hipoglucemia por la disminución de la secreción de insulina y el aumento de glucagón, epinefrina, la hormona del crecimiento y la secreción de cortisol. Estos cambios hormonales se combinan para aumentar la producción de glucosa hepática, aumentan la disponibilidad de energías alternativas y reducir el consumo de glucosa.

El aumento de la producción de glucosa hepática es causada inicialmente por la descomposición de las reservas de glucógeno del hígado debido a que hay unos niveles más bajos de insulina y un aumento de los niveles de glucagón. Cuando las reservas del glucógeno se agotan y la degradación de las proteínas aumenta debido al aumento de los niveles de cortisol, la gluconeogénesis hepática reemplaza la glucogenólisis como fuente principal de la producción de glucosa.

La energía alternativa aumentará la producción de glucosa y la hipoglucemia ocurre cuando 1 o más de estos mecanismos contrarreguladores fallan debido al uso excesivo de la glucosa (como el hiperinsulinismo), la baja producción de glucosa (como en las enfermedades de glucógeno de almacenamiento) o en ambos casos (como en la hormona de crecimiento o en la deficiencia de cortisol).

Si tu bebé recién nacido nace con hipoglucemia el equipo médico deberá actuar con rapidez para tratarlo y que se solucione cuanto antes  y que el bebé pueda tener de nuevo unos niveles normales Algunos síntomas de la hipoglucemia son: cansancio, adormecimiento, temblores, sudores fríos, palpitaciones, mareos, ansiedad, vértigos, dolores de cabeza, visión doble o borrosa, convulsiones, trastornos del comportamiento, mucha hambre, nerviosismo, desmayos, etc. 

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