Entre los muchos mitos asociados a la crianza, un buen puñado de ellos tienen que ver con la salud. De hecho, en su último libro, Lucía Mi Pediatra desmonta algunos: por ejemplo, ni orina ni amoniaco ante una picadura de medusa o el remedio casero de las abuelas. Y hay más: por ejemplo, pensar que el principal motivo por el que salen manchas blancas en las uñas de los niños es porque tienen un déficit de calcio o algún otro mineral.
En uno de sus muchos post divulgativos colgados en redes sociales, el doctor Gonzalo Oñoro, que forma junto a la doctora Elena Blanco el dúo divulgativo Dos pediatras en casa, se detiene en la leuconiquia, que es término clínico que describe la existencia de manchas blancas en la uñas. Este término combina los conceptos leuco, que significa blanco, y niquia, que es uña.
La leuconiquia, que puede ser de distintos tipos —“punteada, estriada, parcial, y total”, según la Asociación Española de Pediatría (AEP)—, se da por una razón principal en la mayoría de los casos: los golpes. Así lo explica el doctor Gonzalo Oñoro: “En la inmensa mayoría de los casos (por no decir todos) esas manchitas son debidas a golpes que el niño ha podido recibir en la matriz ungueal, que es donde se forma la uña. Y la mayoría de las veces no somos conscientes de esos pequeños golpes que el niño se ha podido dar en sus quehaceres diarios”.

Hay otras causas posibles de la aparición de las manchas blancas en las uñas de los niños, pero su prevalencia es mucho menor. Según la AEP, estas otras causas variadas causantes de la leuconiquia son “procesos inflamatorios”, pero no la falta de calcio u otro nutriente, que es lo que defiende el mito extendido a pie de calle.
Son los golpes los que “alteran la queratinización de la uña impidiendo que ésta esté completamente pegada al lecho ungueal (básicamente el dedo), por eso al presionarlas no desaparece la mancha”, indica el doctor Oñoro. El pediatra añade que a medida que la uña crece, las manchitas “se irán desplazando hacia la punta de la uña hasta desaparecer”.
Por lo tanto, el pediatra desmonta el mito, al igual que hace Lucía Mi Pediatra con estos tres recursos y hábitos habituales en la crianza de los niños.

Para los pediatras es sencillo realizar el diagnóstico de la leuconiquia: “se realiza por observación de las manchas blancas, no existentes en la paciente”, dice la AEP, que también destaca que “No hay un tratamiento en específico para todas estas clasificaciones de leuconiquia ya que cada una de estas patologías tiene diferentes tratamientos; si bien es recomendable también como medida preventiva evitar los traumatismos repetitivos sobre las uñas”.
Este detalle es importante porque, según cuenta el doctor Gonzalo Oñoro, “no suele tener ninguna relevancia, aunque sí que hay casos en los que se asocian a otras enfermedades, pero en niños son extremadamente raras y suelen cursar con otros síntomas, además de que las uñas suelen tener un aspecto diferente al de las manchitas blancas que estamos acostumbrados”.
Ante la duda, si os preocupa que en vuestro bebé o hijo pequeño hay muchas marchitas blancas en sus uñas o si estas tienen un aspecto extraño, el pediatra recomienda consultarlo con tu pediatra de cabecera.