Fumar delante de los niños nunca ha sido una buena idea. La ciencia lleva muchos años avisando de ello a través de estudios concluyentes. El último, reciente, demuestra el impacto del tabaquismo pasivo en la infancia a nivel genético. Por si fueran pocas las evidencias que desaconsejan el tabaquismo en la infancia, otro estudio recién publicado ha añadido una razón más para evitarlo: aumenta el riesgo de alergias en los fumadores pasivos en la infancia.
Según la investigación publicada en The Journal of Allergy and Clinical Immunology, la exposición al humo del tabaco en la infancia aumenta significativamente el riesgo de desarrollar enfermedades alérgicas, incluyendo asma, rinitis y eccema.
El estudio, realizado por un equipo de investigadores japoneses especializados en alergología y salud infantil, analiza cómo el contacto con el humo del tabaco desde edades tempranas puede alterar el sistema inmunológico de los niños, volviéndolos más propensos a reacciones alérgicas. Estos hallazgos refuerzan la importancia de mantener un entorno libre de humo en casa y en cualquier espacio donde haya niños, ya que los efectos de la exposición al tabaco pueden ser duraderos e incluso irreversibles.
Además, como decíamos en la entradilla del reportaje, la investigación se suma a la creciente evidencia científica sobre los riesgos del tabaquismo pasivo en la infancia, destacando que no solo afecta al sistema respiratorio, algo sobre lo que hay un total y absoluto consenso científico. Ahora también sabemos, a falta de nuevas investigaciones que ahonden más en esta cuestión, que también influye en el desarrollo de alergias y problemas inmunológicos que pueden acompañar a los niños durante toda su vida.

Cómo el tabaco influye en el desarrollo de alergias infantiles
El estudio en cuestión, centrado en Japón pero perfectible exportables sus conclusiones al resto del mundo, ha analizado datos de miles de niños y niñas expuestos al humo del tabaco en diferentes entornos, incluyendo el hogar, el coche y espacios públicos. Estos datos estaban incluidos en una encuesta a gran escala realizada previamente en el país nipón.
Los investigadores observaron que aquellos niños y niñas que crecieron en ambientes con fumadores activos en su presencia tenían una mayor incidencia de enfermedades alérgicas en comparación con aquellos que no estuvieron expuestos al humo.

Algunos de los hallazgos más relevantes del estudio incluyen los siguientes aspectos:
- Aumento del riesgo de asma: los niños y niñas expuestos al humo del tabaco tenían una mayor predisposición a desarrollar asma en la infancia, con síntomas más severos y frecuentes que los niños que no estuvieron expuestos.
- Mayor incidencia de rinitis alérgica: se ha observado que la exposición al tabaco estaba relacionada con una inflamación crónica de las vías respiratorias superiores, lo que favorecía el desarrollo de rinitis alérgica.
- Eccema y otras afecciones cutáneas: el estudio también ha encontrado una asociación entre el humo del tabaco y una mayor prevalencia de eccema y otros problemas dermatológicos en niños.
- Efectos sobre el sistema inmunológico: los investigadores han concluido que la exposición temprana al tabaco altera la respuesta inmunitaria, volviendo a los niños más vulnerables a desarrollar alergias en el futuro.
El impacto del tabaquismo pasivo en la infancia es evidente y no se limita solo a los síntomas inmediatos. Los efectos pueden persistir durante años, aumentando el riesgo de que los niños desarrollen afecciones respiratorias y cutáneas en la adolescencia y la edad adulta.

Cómo proteger a los niños del humo del tabaco
Dado el impacto negativo del tabaquismo pasivo en la salud infantil, los expertos llevan años recomendando medidas estrictas para proteger a los niños de la exposición al humo del tabaco.
- No fumar dentro de casa ni en el coche: aunque parezca obvio, muchos fumadores creen que abrir una ventana es suficiente para disipar el humo, cuando en realidad las partículas nocivas permanecen en el ambiente.
- Crear entornos libres de humo: evitar llevar a los niños a lugares cerrados donde se permita fumar, como terrazas o espacios públicos sin restricciones.
- Fomentar la conciencia sobre los efectos del tabaco: es importante que los padres y cuidadores comprendan los efectos del tabaquismo pasivo para que tomen decisiones informadas sobre su consumo de tabaco. Aquí te contamos qué hacer si tu hijo ha empezado a fumar.
- Buscar apoyo para dejar de fumar: para aquellos padres que fuman, buscar ayuda profesional para dejar el hábito no solo beneficiará su salud, sino que también mejorará la calidad de vida de sus hijos.
Para los padres, este estudio es otra razón más para dejar de fumar o, al menos, asegurarse de no hacerlo en presencia de sus hijos. Crear espacios libres de tabaco es una de las formas más efectivas de proteger su salud y garantizar un mejor bienestar a largo plazo. La evidencia es clara: el tabaco y la infancia no deberían compartir el mismo espacio.
Referencias
- Kenji Shigehara, Naomi Matsumoto, Mitsuru Tsuge, Kazuhiro Uda, Yukie Saito, Masato Yashiro, Takashi Yorifuji, Masanori Ikeda, Hirokazu Tsukahara. Maternal smoking during infancy increases the risk of allergic diseases in children: a nationwide longitudinal survey in Japan. Allergy, Asthma & Clinical Immunology, 2025. DOI: 10.1186/s13223-025-00952-9.