Todos cometemos errores en la crianza de los hijos, y esto no es malo siempre y cuando lo reconduzcamos adecuadamente. No existe una crianza perfecta pero hay algunas señales que te dicen que algo no estás haciendo bien en la forma en la que estás criando a tus hijos.

Para los niños, las lecciones y las acciones de los padres hablan más que las palabras. Como primeros maestros de los niños, los padres son la primera influencia en su vida. La actitud que tienen, sus puntos de vista, los objetivos y la perspectiva de los niños dependen en gran medida de lo que aprenden de sus padres.
Lo que los niños aprenden en los primeros años de su vida con sus padres tiene un impacto duradero en la construcción de su personalidad. Por este motivo, es importante que los padres sean conscientes de esto y se esfuercen por tener un buen estilo de crianza.
Señales de una mala crianza
Cuando un niño tiene malos comportamientos, la culpa recae siempre —o al menos principalmente— en los padres. ¿La mala crianza de los padres perjudica directamente a los niños? ¿Qué hace un padre o una madre para que su crianza no sea la correcta? Es necesario conocer algunas señales que te indican que estás siguiendo una mala crianza.

- No hay reglas. Si eres un padre despreocupado tus hijos pondrán sus propias reglas y no sabrán cómo comportarse correctamente. La disciplina es la única forma en que tus hijos crecen sabiendo lo correcto y lo incorrecto. Puede que tus hijos quieran romper las reglas de vez en cuando, pero tendréis que enseñarles las consecuencias de hacerlo.
- Gritos y golpes. Si gritas o golpeas a tus hijos, tus hijos te temerán y te empezarán a desafiar. Estás aumentando la centre vosotros y los niños aprenderán a que pegar y gritar es una forma de comunicación adecuada. Los niños sujetos a castigo físico pueden desarrollar problemas psicológicos durante la adolescencia e incluso volverse agresivos.
- No hay comunicación familiar. Si siempre estás mirando el móvil y te olvidas de tus hijos, es probable que vuestro vínculo se rompa. Tus hijos quieren hablar contigo y pasar tiempo a tu lado. Si no cuidas la comunicación desde que son pequeños, cuando crezcan, te arrepentirás de no haberlo hecho a tiempo.
- Sobreprotección. Es necesario conocer los límites de la sobreprotección. Si eres un padre sobreprotector tus hijos se pueden convertir en personas arrogantes, inseguras y con baja autoestima.
- Malos comportamientos. Eres quien moldea el comportamiento de tus hijos. La forma en que hablas, tratas a tu pareja y a los mayores, te comportas en público y en casa, las palabras que usas con los demás… todo esto está siendo absorbido por tus hijos. Un niño mira a sus padres para entender y saber cómo comportarse, los padres son el primer modelo a seguir de un niño.