Muchas familias descubren (descubrimos) numerosas cuestiones médicas relacionadas con la infancia cuando somos padres y madres, a medida que los niños y niñas van creciendo. El calendario de vacunación, las revisiones anuales que se realizan en el sistema público de salud, la libertad para escoger médico en los centros de atención primaria… y también, entre otras muchas cosas, la edad hasta la que se va al pediatra en nuestro país.
Esta última es una duda extendida entre quienes tienen hijos e hijas menores de edad. No se le suele dar mucha importancia (se puede convivir con esta duda perfectamente) hasta que los peques se van acercando a la adolescencia. Ahí la duda se convierte en prioritaria. ¿Hasta qué edad se va al pediatra, tú lo sabes?
Es el Real Decreto 1575/1993, por el que se regula en España la libre elección de médico en los servicios de atención primaria, el que marca que la edad límite para ser atendido por un profesional médico especializado en pediatría son los 14 años. En este momento, o a esta edad mejor dicho, los menores pasan a ser atendidos por el médico de familia. Así lo informa la AEPap (Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria) en este artículo, en el que también hace referencia a otras cuestiones sanitarias de interés desde el punto de vista jurídico.
El hecho de que sean los 14 años el punto de inflexión marcado por la ley pasar del pediatra al médico de familia se debe, según el equipo médico de la clínica Jaime I de Catarroja, a “la transición hacia la adolescencia, una etapa en la que los niños comienzan a adquirir mayor autonomía y responsabilidad en el cuidado de su salud”.

Hay excepciones
La norma general en España, como hemos visto, es acudir al pediatra hasta los 14 años de edad, en plena adolescencia en ambos sexos, pero existen excepciones en las que se puede retrasar el cambio al médico de cabecera.
Son casos “excepcionales y especiales”, como los describe el equipo médico de la clínica Jaime I de Catarroja. Es el caso, por ejemplo, de las enfermedades graves o crónicas, que pueden seguir siendo atendidas por el pediatra si así se estima oportuno por parte de los profesionales médicos.
Los profesionales de la citada clínica recomiendan a las familias de menores que padezcan alguna de estas situaciones médicas que se aseguren de hasta qué edad seguirá el pediatra tratando a su hijo o hija.
Por otro lado, si el paso se va a dar dentro de la norma general, a los 14 años, desde la clínica Jaime I recalcan la importancia de que ambos profesionales, pediatra y médico de familia, mantengan una buena comunicación. Y también aconsejan “hablar con el niño sobre esta transición, explicarle la importancia de cuidar de su propia salud, animándole a comunicarse con el médico y seguir todas las indicaciones que reciba”.
La continuidad de las visitas médicas en la adolescencia al pediatra “es de vital importancia para garantizar un adecuado cuidado de la salud de los niños”, recuerdan desde la citada clínica. “Durante esta etapa de transición, los pediatras desempeñan un papel fundamental en el seguimiento del crecimiento y desarrollo, así como en la detección temprana de posibles problemas de salud”, concluye.