La hiperactividad mental, característica común de los cerebros con altas capacidades intelectuales

Una de las muchas características comunes de los perfiles con altas capacidades intelectuales es su hiperactividad mental. Te contamos lo que es y cómo les afecta de la mano de una experta.
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Las altas capacidades intelectuales están definidas por una condición neurológica —por cómo funciona el cerebro— que se manifiesta de diferente manera según la persona. Sin embargo, pese a que hay características distintas entre las personas con altas capacidades, son varias las comunes a buena parte de este grupo de la población, el 10% sobre el total. Y una de ellas, que aparece desde la infancia a menudo en estos perfiles, es la hiperactividad mental: pensar en muchas cosas, casi sin descanso.

Como siempre matizamos antes de profundizar en una cuestión como la que planteamos en esta pieza, que una persona tenga una alta hiperactividad mental no quiere decir que tenga altas capacidades intelectuales. Solo que sí es cierto que sea una consecuencia de estas es bastante habitual, según especialistas como Beatriz Acosta, pedagoga en neuropsicología y divulgadora en redes sociales.

Explica Acosta en un post dedicado al cerebro con altas capacidades intelectuales que el pensamiento arborescente de esta condición se explica de manera por el hecho de que estos niños y adultos “siempre están pensando y en muchas cosas a la vez”. Estas personas, dice la pedagoga, “pasan de un pensamiento a otro sin poder parar”, y lo hacen analizando en profundidad. “Van más allá de cualquier tema, y les cuesta evitarlo”, apunta.

Consecuencias de la hiperactividad mental

Aunque puede parecer muy positivo, un “arma” que te da ventaja con respecto a otros iguales, no poder parar de pensar en cosas tiene que consecuencias negativas.

Las expone en el citado post Beatriz Acosta, que enumera hasta cuatro consecuencias potencialmente negativas de la hiperactividad mental en las personas con altas capacidades si no se aprende a manejar esta peculiaridad. “Si no aprenden o les enseñan q parar su pensamiento, pueden tener dificultad o estrés”, afirma.

Adolescente estresada

Además, la hiperactividad mental genera “mucho cansancio” porque es un hábito “agotador”, describe la pedagoga. Y esto, a su vez, conlleva la posibilidad de que se experimenten “subidas y bajadas de energía”, otra consecuencia, según Beatriz Acosta, de la hiperactividad mental en los cerebros con altas capacidades, a los que también les pasa que a menudo se aceleran tanto que hablan “muy rápido por querer acabar”.

Recuerda que ya te hablamos de por qué los apuntes de los estudiantes con altas capacidades suelen ser caóticos, como jeroglíficos, y por qué a veces se tragan palabras al escribir. Todo entronca con esta hiperactividad mental, que también encuentra relación con otras características comunes a muchos perfiles con altas capacidades intelectuales.

Por ejemplo, la curiosidad —preguntan mucho, son activos en las tareas, les interesan temas diversos y amplios…—, la tendencia a cuestionar, las sobreexcitabilidades, la alta sensibilidad, el perfeccionismo y la de exigencia, todas ellas características habituales, que no indispensables, de las altas capacidades intelectuales.

Estas personas con altas capacidades intelectuales, concluye Beatriz Acosta, “necesitan conocer los motivos de una situación, les gusta tener información sobre una temática y necesitan tener su mente siempre ocupada”.

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