“Fichas horribilis”. Así llaman Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez, las dos psicólogas del gabinete Altascapaciqué, al trabajo mecánico y repetitivo que todavía se hace mucho en las clases de los centros educativos. Fichas que, en su opinión, no ayudan ni aportan nada positivo a los niños con altas capacidades. Sobre todo cuando este es el recurso para darles más tareas que a sus compañeros de clase. “Esto no es adaptación curricular”, afirman.
Explican Rodríguez y Gutiérrez que darles más fichas a los niños con altas capacidades no les ayuda, sino que “incidirá directamente en su desmotivación”. “Desde la perspectiva científica sabemos ya que las tareas mecánicas y repetitivas no solo no son una buena medida, sino que pueden ser muy perjudiciales”, añaden en un post divulgativo publicado en su cuenta de Instagram.
El motivo por el cual no son recomendables las fichas para los niños con altas capacidades es, dicho coloquialmente, porque se aburren. “Cuando un alumno con AACC ya ha asimilado un aprendizaje, no entiende la necesidad de seguir practicando. Y más, si esa tarea es mecánica y repetitiva”, apuntan las dos psicólogas.
Esta falta de interés genera desmotivación y falta de implicación. “No le está generando un estímulo atractivo ni gratificante”, dicen Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez.
“El cambio debe ser cualitativo, no cuantitativo”
Para un niño o niña con altas capacidades, que le manden más fichas, trabajo extra, “será absurdo, innecesario, inútil”, dicen las dos especialistas de Altascapaciqué.
Estos niños, añaden, “necesitan entender no solo el por qué de una tarea, sino el para qué”. Y con las fichas no lo hacen, de manera que “darles más es totalmente perjudicial”.
Al hacerlo, concluyen Gutiérrez y Rodríguez, “se están desatendiendo sus necesidades cualitativas: el cambio tiene que ser la metodología, no la cantidad de materia”.
De lo contrario, si se insiste con recursos tradicionales como las fichas, el riesgo de que el niño o niña con altas capacidades se desconecte es muy alto. Estos menores, exponen las dos psicólogas, “realizan saltos intuitivos en los procesos de aprendizaje y realizan conexiones entre conceptos más allá de lo que podemos percibir”, lo cual no se potencia con trabajos mecánicos y repetitivos.

Por todo lo expuesto, Anaïs Rodríguez y Mari Carmen Gutiérrez insisten en el cambio de metodología, en una adaptación curricular real. “Necesita retos, retos y más retos”, subrayan. Y las fichas no son este tipo de reto, especialmente cuando suponen una carga extra al trabajo que ya hacen en clase junto al resto de sus compañeros.