Las noches pueden hacerse especialmente largas y preocupantes para muchos padrees, cuando sus hijos experimentan episodios de mucosidad y, en ocasiones, vómitos. Además de generar una fuerte preocupación, estos síntomas también interrumpe el sueño de los más pequeños y de sus padres, ya que estos síntomas parece que se intensifican en las horas de noche. Esto puede tener diversas causas, que van desde infecciones comunes como resfriados, alergias, o gripes, lo que lleva a muchos padres a preguntarse: ¿es recomendable un humificador para bebés?
Sin embargo, debemos prestar mucha atención, ya que las vías respiratorias de los niños son más pequeñas, y pueden obstruirse con más facilidad, ya que la posición horizontal durante las horas de sueño puede facilitar que la mucosidad llegue a la garganta, desencadenando la tos nocturna y el vomito consecuente. En este artículo, Florencio de Santiago, pediatra titulado en Puericultura, nos resuelve todas las dudas relativas a este tema. Exploraremos cuáles son las causas que pueden provocar estos síntomas, y veremos consejos prácticos para poder manejar estas situaciones, y que los niños puedan sentirse más cómodos y descansar mejor.

¿Qué hacer en esta situación?
Si un niño tiene mocos y vómitos cuando se acuesta significa que tiene una pequeña irritación de las vías aéreas superiores, nariz o garganta. Esta irritación de las mucosas produce secreciones de mocos y estos mocos los traga y llegan al estómago.Cuando se han acumulado en cierta cantidad el niño nota pesadez de estómago, siente náuseas y, algunas veces, termina echando las mucosidades con restos alimenticios de la cena.
- La primera medida es eliminar las mucosidades del interior de la nariz antes de acostarle. Puedes hacerlo ablandando esos mocos con suero fisiológico y sacándolos con una perita aspiradora.
- Al mismo tiempo súbele el cabecero de la cama unos 10 cm, colocando un cojín debajo del colchón, para que los mocos no permanezcan cerca de la nariz y se complique con una otitis.
- Ofrécele un poco de agua cuando se marche a la cama, pues los líquidos fluidifican las secreciones mucosas.
- Y, finalmente, procura que en el dormitorio exista un cierto grado de humedad para que no se resequen las mucosas durante la noche. Es crucial intentar mantener un ambiente que sea adecuado para el descanso.
No obstante, es imprescindible saber cuando es necesario buscar ayuda médica de un profesional. Si los síntomas persisten, empeoran, o están acompañados de otros como fiebre alta, dolores fuertes o dificultad para respirar es recomendable que un profesional pueda valorar el caso, para descartar una posible causa subyacente más grave. Incluso, si tu bebé tiene muchos mocos puede que un fisioterapeuta respiratorio le ayude, pero esto deberá valorarlo en primera instancia un profesional.