10 cambios que experimentarás en tus genitales durante el embarazo

El embarazo conlleva muchas sensaciones nuevas, prácticamente desde las primeras semanas: potenciación de los olores, malestares, náuseas, gases, pero seguro que no habías oído que tu zona íntima también podía sufrir cambios. ¡Te los contamos!
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El embarazo cambia el cuerpo y la mente de la mujer para siempre. Lo dice la ciencia, pero también lo dice la experiencia. Los cambios son notables en todos los sentidos: emociones que vienen y van, cambios de mentalidad, de hábitos y, sobre todo, cambios en el cuerpo. La incipiente barriguita es el más obvio pero, ¿sabías que tus genitales también pueden sufrir cambios durante el embarazo? ¿Qué cambios en los genitales se consideran normales durante el embarazo? ¿Cuándo debes preocuparte?

Durante el embarazo, se produce una nueva situación hormonal que influye sobre los genitales. El organismo sintetiza grandes cantidades de progesterona y otras hormonas, producidas por la placenta, que provocan cambios en tu organismo para adaptarse al desarrollo del feto. 

Además del evidente crecimiento en volumen del útero, el cuerpo de una mujer embarazada experimenta muchos cambios hormonales que afectan su aspecto, su sensación, y hasta el olor o consistencia del flujo vaginal.

Las alteraciones en los genitales que suelen provocar recelo a la hora de consultar, pues aún hay cierta vergüenza o es un pequeño tabú hable del aspecto d nuestros genitales. Lo ideal es normalizar y dar a conocer estos aspectos sobre el embarazo y la maternidad que suelen permanecer más ocultos. Tener la información ayudará a entender mejor qué pasa en el cuerpo de la mujer durante el embarazo y también a no asustarse por cosas que pueden ser normales, aunque hayamos oído hablar poco de ellas. De este modo, será más fácil saber qué puede considerarse normal o qué nos debe poner en alerta y pedir asesoramiento médico.

Os hablaremos de los 10 cambios que puede sufrir tu vulva, tu vagina, tu flujo y en definitiva, tu zona íntima. Os explicaremos cuándo suele ocurrir, a qué se debe ese cambio y si después del parto todo vuelve a la normalidad.

La vulva estará más sensible

Algunas mujeres sienten hinchazón en la vagina, así como una mayor sensibilidad, mejorando, en ocasiones, las sensaciones durante el sexo. Esto está relacionado con el aumento de la vascularización en la zona.

Notarás en tu vulva ciertos picores

Las hormonas del embarazo, pueden favorecer la proliferación de hongos o bacterias vaginales naturales que provocan vaginosis bacteriana (VB) o infecciones por hongos, principalmente candidiasis vaginal. Ambas son comunes durante el embarazo y producen un flujo causante del picor que puede ser blanquecino-grisáceo (VB) o blanquecino-amarillento (infecciones por hongos). Lo más recomendable en esta situación es acudir al médico.

El flujo durante el embarazo es distinto

Durante el embarazo, también es totalmente normal que la vagina secrete mucosa transparente y viscosa. Es fisiológico del embarazo, y se conoce como Leucorrea del embarazo. Suele ser densa y pringosa al principio del embarazo y se va volviendo escasa y acuosa hacia el final. Esto se debe a que el aumento del flujo sanguíneo estimula las membranas mucosas, dando lugar a una mayor secreción. En muchas ocasiones conlleva dudas sobre si es normal o no, y al final de la gestación, muchas mujeres tienen miedo de si se trata de una rotura espontánea de membranas o no. Ante la duda, siempre consulta con un especialista para descartar bola rota.

El olor vaginal durante el embarazo cambia

El aumento del flujo, la mayor sudoración y en ocasiones las pequeñas pérdidas de orina, conllevan un aumento del olor a nivel de genitales. Solo cuando el flujo desprende olores muy fuertes, con presencia de sangre, con apariencia similar al queso cottage, tienen un color amarillo o verdoso, provocan picazón, inflamación y dolor durante las relaciones sexuales o al orinar, es señal de que algo anda mal.

Aumento del vello púbico durante el embarazo

Es normal que en la zona genital y en la línea alba aumente el vello. No te preocupes excesivamente, pues suele desaparecer tras el parto, volviendo a la normalidad en pocos meses.

La vagina se vuelve más ancha y larga

El nuevo entorno hormonal, dominado por la progesterona, favorece la relajación de la musculatura. En concreto, la vagina se vuelve más amplia y más elástica, favoreciendo con ello el parto. A nivel vulgar, los labios menores se suelen elongar y esto no suele regresar tras el parto. Es por ello que muchas mujeres con hipertrofia de labios menores poco sintomáticas que se plantean plástica de los mismo, recomendamos esperar a completar su deseo genesico y valorar tras el parto la cirugía.

Aumento de la sudoración

El embarazo conlleva aumento en la sudoración y, en especial, en la zona genital. Con frecuencia te quejas de tener siempre la ropa interior húmeda. Es normal y no tiene mayor importancia. Más flujo y más sudoración pueden generar muchas molestias y hay que evitar la humedad continua en la zona para evitar infecciones por hongos, tan frecuentes al mismo tiempo durante el embarazo: ropa intima de algodón, limpieza con agua y jabón suave, cambiar de ropa interior con frecuencia pueden ayudar.

Apetito sexual

Obviamente la sexualidad puede verse alterada por el embarazo. Es normal un menor o mayor apetito sexual en algunas mujeres, y además este deseo sexual fluctúa según las semanas de embarazo . Las hormonas, los cambios en los genitales que hemos comentado, el volumen del útero, etc... son los responsables.

La vulva cambiará de color

Debido al aumento del flujo sanguíneo, la zona íntima puede volverse azul o incluso violeta. Además es muy típico.

​La progesterona y otras hormonas similares, aumentan la pigmentación de la piel genital y de otras zonas del cuerpo como los pezones y la línea alba (línea media del abdomen por encima y debajo del ombligo). Estos cambios suelen comenzar a experimentarse a partir de la sexta semana de embarazo. Una vez que nazca tu bebé el color volverá a la normalidad.

Tu vulva puede tener venas varicosas

Las hormonas, el flujo sanguíneo y el crecimiento del útero pueden provocar la aparición de venas varicosas. Se dificulta el retorno venoso y eso origina la aparición de venas dilatadas en los genitales.

Este es un síntoma que solo afecta al 10 por ciento de las embarazadas y que desaparece unas seis semanas después del parto. No obstante, pueden persistir en algunas mujeres de forma más o menos marcada durante el resto de la vida. Pueden ser molestas con el paso de las semanas, e incluso notar que van creciendo con la evolución del embarazo. Cuanto mayor es el volumen del útero más dificultad para el retorno venoso y mayor riesgo de aparición o empeoramiento de las varices. En muchas ocasiones precisa tratamiento venotónico para mejorar los síntomas. Además, el riesgo de sufrirlas es directamente proporcional al número de embarazos.

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