Plagiocefalia, ¿una consecuencia de los partos instrumentalizados?

Muchos bebés que llegan al mundo mediante la intervención de un fórceps o una ventosa muestran problemas de cervicales o plagiocefalia. ¿Tienen estos dos elementos una relación directa?
plagiocefalia

Algunos bebés presentan tras su nacimiento algunas anomalías en la forma de la cabeza, algo que alarma enormemente a los padres, que tratan de encontrar una explicación, y por supuesto una solución.  La plagiocefalia es la deformidad más habitual y se caracteriza por el aplanamiento generalmente del lado derecho o izquierdo de la parte trasera del cráneo.


Algunos especialistas consideran que un parto instrumentalizado, en el que se haya utilizado un fórceps, espátulas o ventosas, puede provocar estas anomalías, dada la presión que ejercen estas herramientas sobre la cabeza del bebé para facilitar o acelerar su salida del vientre materno. Sin embargo, para la fisioterapeuta Paula Mendoza, quien trata a diario con este tipo de patologías, la relación no es tan directa: “Más bien, el uso de estos instrumentos influye en posibles problemas cervicales, como la tortícolis. Los partos instrumentales pueden causar una disfunción cervical o tensión o torticolis que haga que al nacer ese cuello no gire bien y se mantenga siempre al mismo lado. Sería otro posible factor pero no el principal.”

“La plagiocefalia es una deformidad más asimétrica y en general viene más por factores antes del nacimiento, es decir, por una posición mantenida de la cabeza de un modo determinado o encajada sobre alguna estructura de la pelvis materna.”, expone la especialista. Aunque también recuerda que puede producirse de igual manera por factores postnatales, como puede ser que la cabeza del bebé siempre esté colocada del mismo lado o apoyada boca arriba. Ambos casos suelen ir asociados a una tortícolis producida al mantener esa posición, dentro o fuera del útero, ya que el músculo se acorta y no permite el giro de cabeza, pero es algo que puede tratarse fácilmente en la consulta de fisioterapia.

Suele haber muchos casos, cada vez más, pero no solo a causa de los partos instrumentalizados, sino también porque las familias desconocen qué debe hacer el bebe y cómo deben colocarlo correctamente, porque muchas veces la información que reciben puede ser confusa. “Desde que se recomendó dormir boca arriba para evitar la muerte súbita subieron mucho los casos de plagiocefalia, por eso luego se indicó que lo mejor era dormir boca arriba y jugar boca abajo. Aunque la realidad es que los bebes pasan demasiado tiempo boca arriba y muchas veces con poca libertad de movimiento”, comenta Mendoza. 

Cuando llega un caso a la consulta, lo primero que se hace es tranquilizar a la familia, ya que es muy sencillo realizar la rehabilitación y seguir las pautas domiciliarias. “Solo hay que enseñarles ejercicios para estimular el giro de la cabecita y cómo colocarlo al dormir, jugar…”,  explica la profesional. “Se miden los grados de movimiento del cuello y tratamos para liberar esas tensiones para que puedan moverse bien, además de ver otras asimetrías y evaluar el desarrollo motor que puede verse enlentecido”, precisa. 


El ‘craneómetro’, un aparato que evalúa el nivel de deformidad, suele ser un indicador fiable a la hora de valorar si los niños necesitarían un tratamiento con casco. Desde la fisioterapia se trata con técnicas manuales para que junto con el crecimiento de la cabeza se vaya corrigiendo. Muchos casos se normalizan o se reducen casi por completo, pero es importante que se acuda a un especialista antes de que se cierren las suturas craneales, algo que sucede alrededor de los seis meses.

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