Los niños crecen a la velocidad del rayo. De repente pasan de ser bebés indefensos y dependientes a ser personitas que piensan y actúan por sí mismas. Pero, ¿cómo logran pasar tan rápido de una etapa a otra?
Los niños aprenden por etapas. En cada una de ellas, según la edad, van adquiriendo conocimientos y habilidades nuevos que aprenden en el colegio o en casa y cuya mente les permite asimilar.
Los indicadores del desarrollo nos dan pistas sobre las cosas que deberían saber hacer los niños según cada edad. Aunque cada uno tiene su ritmo de aprendizaje y no debemos forzarlo a saber todo, es cierto que la mayoría son capaces de llevar a cabo casi todas las actividades acordes a su edad. Así, destrezas como saber gatear, saber decir que no o aprender a andar, son indicadores del desarrollo que nos cuentan el grado de madurez mental de nuestro bebé desde el momento uno de su nacimiento.
Conviene que, como padres, echemos un vistazo a la lista de cosas que pueden hacer según su edad y vayamos tomando nota de todos los avances que vamos observando en nuestro pequeño. Si hay algo que nos preocupa en relación a esto, lo mejor será comunicárselo al pediatra y que se él quien dé un diagnóstico.
Pese a que, como hemos dicho antes, no todos los niños aprenden y desarrollan sus destrezas y habilidades al mismo tiempo, los indicadores del desarrollo son más o menos comunes a todos y por ello los hemos separado por edades. Puedes consultar la edad de tu pequeño y descubrirás todas las cosas que sabe o que su edad le permite saber y hacer. Si después de saber todo, hay algo con lo que tengas duda, no dudes en llevarle al pediatra para que sea él mismo el que le haga un diagnóstico completo.
Cuando es bebé
Antes de cumplir el primer año, los niños pasan por diferentes etapas. A medida que las vayan superando, irán adquiriendo conocimientos y destrezas nuevas. Así, mientras a los dos meses solo son capaces de sonreír a las personas, hacer sonidos, tratar de mirar a sus padres o interesarse por las caras. A los seis ya son capaces de reconocer las caras familiares, mirarse al espejo, copiar sonidos, reaccionar ante su nombre, juegar a esconder su cara detrás de las manos o comenzar a sentarse sin apoyo. A los nueve, además de todo esto, podrá tener juguetes preferidos, entender un “no”, gatear o señala objetos con los dedos.
Con un año
Cuando el niño llega a su primer año, el avance es más que evidente. A esta edad ya será capaz de hacer más cosas por sí mismo. Entre ellas, llorará cuando se alejen sus padres, demostrará el miedo ante algunas situaciones, levantará los brazos y las piernas para ayudar a vestirle, moverá la mano para decir adiós, decir “mamá” y “papá” o comenzará a explorar objetos.
A los dos años
A la edad de dos años, además de todo lo anteriormente descrito, el niño será capaz de mostrarse más independiente, comenzará a hacer cosas que se le han dicho que no puede hacer, incluira a otros niños en su juego y será capaz de seguir instrucciones sencillas, además de repetir palabras que ha escuchado en alguna conversación. También será capaz de jugar con su imaginación de forma sencilla.
Cuando cumplen tres años
A la edad de tres años, mejora enormemente su concentración y ya es capaz de armar puzzles y juegos de construcción. Es una etapa ideal para incluir en su vocabulario otro idioma, ya que absorben mucho y muy bien las palabras.
Con cuatro, cinco y seis años
Con cuatro años los signos de cambio son evidentes en el pequeño. A esta edad la autonomíaes la protagonista. Aprenderán a hacer cosas por sí solos como vestirse o lavarse los dientes. Además, se esforzarán en hablar bien y se interesarán un poco más por la escritura y la lectura.
Cuando cumple cinco años, comienza a preguntarse el porqué de sus cambios de emociones. Por tanto, será la edad ideal para enseñarle cómo debe controlarlas. Es capaz de hablar casi a la perfección y, además, su curiosidad crece como la espuma. Es la famosa época del “por qué” ya que se cuestionan todo lo que está a su alrededor.
Los seis años será la edad perfecta para enseñarles autoestima porque empiezan a darse cuenta de todas sus habilidades.
De los siete a los diez años
Con siete años cumplidos, aumenta su tiempo de concentración y son capaces de ayudar en muchas más tareas de casa.
A los ocho años y nueve años la amistadcobra una importancia absoluta. Además, se sienten mucho más autónomos y con más autoestima. Aunque aún necesitan de nuestro apoyo para controlar sus emociones, ya son capaces de identificar las suyas y las de los demás.
Cuando llegan a los diez están en plena época preadolescente. Ya son capaces de resolver conflictos, preocuparse por los demás y reflexionar sobre sus sentimientos y emociones.