Muchas son las preocupaciones que pueden tener los padres con sus hijos. Y una de ellas, por supuesto, es asegurarse de que gozan de buena salud. Por eso es normal que a veces puedan alarmarse cuando ven que la temperatura de sus hijos es muy alta o muy baja. No obstante, ¿cuál es la temperatura habitual en los niños?
La temperatura habitual de los niños
Antes de nada, deberíamos considerar que va a depender del termómetro que se utilice, ya que para medirla habrá que usar uno homologado, no solo vale a través del tacto. Normalmente, las zonas más utilizadas para tomar la temperatura son las axilas, la boca o el recto. Según qué zona del cuerpo se elija la temperatura habitual será distinta.
- Si se utiliza un termómetro en las axilas, lo normal es que los menores tengan una temperatura entre los 36ºC y los 37ºC. Aunque también hay que tener en cuenta la época del año; si se trata de los meses de más calor, es común que también puedan alcanzar los 37ºC e incluso algo más.
- Si se usa un termómetro rectal, consideraremos los 37,5ºC dentro de la normalidad ya que en esta zona la temperatura normalmente es superior.
- Si es un termómetro para la boca, la temperatura normal será aún mayor, entre los 37,5ºC y los 37,8ºC. Sin embargo, conviene no usar esta opción con niños porque en algunos casos no ponen de su parte y puede hacerse mal la medición.
¿Cuándo la temperatura es una señal preocupante?

Una vez que sabemos la temperatura del pequeño, si esta es superior o inferior a lo normal, ¿cuándo debemos preocuparnos?
- Si el niño tiene menos de 35 grados por vía rectal, podría estar padeciendo una hipotermia. De hecho, es probable que se aprecie por su piel pálida, su respiración más lenta y por presentar temblores.
- Si la temperatura del peque supera el nivel normal unas pocas décimas de lo habitual puede que el niño tenga febrícula o fiebre. No obstante, si alcanza los 39ºC o los 40ºC sí que es motivo de preocupación, por lo que se debe intentar bajar la fiebre lo antes posible.
Eso sí, algo que hay que tener siempre en mente es que la temperatura corporal de cada persona es diferente. Muchos niños pueden tenerla más alta que otros y no tiene por qué suponer nada malo. Por eso, lo importante es controlar las situaciones en las que esta esté por encima o por debajo de lo normal. En esos casos conviene consultar con el especialista.
¿Por qué se produce la fiebre?
Lo primero que hay que saber es que la fiebre actúa como mecanismo de defensa de nuestro organismo. De este modo, cuando un factor externo ataca, el hipotálamo inicia su trabajo y comienza a regular la temperatura corporal por encima del nivel normal (más o menos entre los 36ºC y los 37ºC).
Es ahí entonces cuando podría empezar a aparecer fiebre, y varias razones podrían ser las causantes, las más habituales son las infecciones víricas, las gastrointestinales o las urinarias. También puede darse como reacción a una vacuna reciente, en el momento de salir los primeros dientes o con el exceso de abrigo.