Lego como herramienta educativa en el aula: estudio demuestra que mejora el rendimiento en matemáticas

Un estudio con más de 400 niños revela que las sesiones escolares con LEGO mejoran sus habilidades espaciales y sus resultados en matemáticas.
Una docente acompaña el aprendizaje de un grupo de niños mientras construyen con LEGO en el aula.
Una docente acompaña el aprendizaje de un grupo de niños mientras construyen con LEGO en el aula (Midjourney-RG)

En un aula de primaria, los niños y niñas que manipulan bloques de colores, siguen instrucciones visuales y construyen modelos complejos con piezas del archipopular juguete Lego aprenden más en cuestiones matemáticas como las habilidades espaciales. No hablamos de una actividad extraescolar, ni de un recreo creativo. Es el uso de estas piezas en una sesión de matemáticas el que, según un estudio recién publicado, consigue esa mejora en los resultados en matemáticas.

El juego con bloques de construcción en general —y concretamente, con piezas de Lego— ha pasado de ser una opción lúdica a convertirse en una herramienta pedagógica con efectos comprobados.

Un equipo de investigadores internacionales ha confirmado que un programa educativo basado en Lego mejora de forma significativa las habilidades espaciales y los resultados en matemáticas de niños de 6 a 7 años.

La construcción estructurada con LEGO potencia habilidades cognitivas que se traducen en mejores resultados en matemáticas.
La construcción estructurada con LEGO potencia habilidades cognitivas que se traducen en mejores resultados en matemáticas (Midjourney-RG)

Qué demuestra el estudio y por qué es relevante para la educación

El estudio fue realizado por un equipo liderado por Emily K. Farran, con participación de universidades como Surrey, Dublín, Londres y Loughborough. Se publicó en Mind, Brain, and Education en 2025.

Durante seis semanas, 409 niños y niñas participaron en un programa llamado SPACE (SPAtial Cognition to Enhance mathematical learning), que consistía en doce sesiones de 30 minutos de construcción estructurada con LEGO, guiadas por sus docentes. En paralelo, otros 104 niños y niñas del grupo de control continuaron con la enseñanza habitual de matemáticas.

Cada sesión se integraba en el horario escolar y sustituía parte de la clase de matemáticas. A los niños y niñas se les entregaba un libro de instrucciones con modelos para construir y una bandeja con 250 piezas. La consigna era sencilla: seguir paso a paso las instrucciones visuales, primando la precisión sobre la velocidad.

Figura 1. Ejemplo de tarjeta con indicación ESPACIO para visualización que muestra (a) indicación espacial para sesiones de Lego y (b) matemáticas.
Figura 1. Ejemplo de tarjeta con indicación ESPACIO para visualización que muestra (a) indicación espacial para sesiones de Lego y (b) matemáticas.

Los resultados fueron concluyentes. En comparación con el grupo de control, los niños y niñas del grupo LEGO mejoraron notablemente en las pruebas de rotación mental y en las de matemáticas, especialmente en geometría y resolución de problemas.

Este tipo de habilidades espaciales son fundamentales en etapas escolares clave, y su entrenamiento genera lo que los expertos llaman “transferencia lejana”: mejora de competencias no directamente entrenadas, como la comprensión de estructuras numéricas o el cálculo, en lo que también ayuda jugar con piezas de Lego.

Figura 6. Puntuaciones previas y posteriores a la intervención para medidas de lenguaje espacial, rotación mental y matemáticas (puntos de datos individuales, medias y barras de error estándar).
Figura 6. Puntuaciones previas y posteriores a la intervención para medidas de lenguaje espacial, rotación mental y matemáticas (puntos de datos individuales, medias y barras de error estándar).

¿Por qué funciona Lego como herramienta matemática?

La construcción con bloques activa múltiples habilidades cognitivas: visualización espacial, rotación mental, memoria visoespacial, atención sostenida y planificación secuencial. Estas funciones están directamente relacionadas con la capacidad de resolver problemas matemáticos.

Como señala el equipo investigador, los niños y niñas no solo manipulan piezas: están creando representaciones mentales, comparando formas, ajustando simetrías y tomando decisiones basadas en proporciones. Todo ello son operaciones matemáticas sin necesidad de números.

Además, el componente manipulativo de Lego resulta especialmente eficaz en edades tempranas. El estudio se suma a una línea de evidencias crecientes: los materiales físicos como bloques, tangrams o rompecabezas no solo motivan, sino que fortalecen el aprendizaje conceptual. En este caso, las sesiones Lego generaron una mejora estadísticamente significativa en matemáticas, incluso tras solo 6 semanas de intervención.

El trabajo con bloques LEGO estimula la concentración y el pensamiento espacial desde edades tempranas.
El trabajo con bloques LEGO estimula la concentración y el pensamiento espacial desde edades tempranas (Midjourney-RG)

Aplicaciones prácticas: cómo pueden usarlo familias y docentes

Este estudio demuestra que el juego con estas famosas piezas tiene una aplicación práctica positiva: no solo es ocio divertido, también supone una oportunidad para mejorar muchas habilidades matemáticas. Ya lo decía Alberto Soler: los Lego son de los mejores juguetes que existen.

Por ello, es positivo fomentar su uso tanto en clase como en casa. ¿Y cómo podemos aprovechar el potencial educativo de Lego?

  • En casa: incluir retos de construcción con instrucciones visuales, fomentar que el niño o niña verbalice lo que construye, combinar los modos de construcción libre con el de figuras pautadas por unas instrucciones (dejando que sea él o ella quien las interprete, con ayuda en función de su edad) y proponer juegos que impliquen rotación o simetría.
  • En el aula: introducir sesiones regulares de construcción estructurada, alineadas con el currículo de matemáticas. El estudio demostró que esto es viable sin grandes cambios, con solo una breve formación al profesorado. No en vano, ya existen programas educativos en España especializados, por ejemplo, en Minecraft —la Comunidad de Madrid ha organizado este curso escolar la primera liga intermunicipal escolar del videojuego Minecraft—.
  • En la formación docente: incluir módulos sobre cognición espacial y su vínculo con las matemáticas puede transformar la enseñanza de forma sencilla.
El papel del docente es clave: guiar sin intervenir demasiado para fomentar la autonomía del niño.
El papel del docente es clave: guiar sin intervenir demasiado para fomentar la autonomía del niño (Midjourney-RG)

Qué dice la ciencia sobre el vínculo entre espacio y matemáticas

Este no es un hallazgo aislado. Diversas investigaciones previas han vinculado las habilidades espaciales con el rendimiento en matemáticas a largo plazo. Un meta-análisis de 2022 (Hawes, Gilligan-Lee & Mix) concluyó que el entrenamiento espacial tiene efectos positivos sostenidos en competencias matemáticas, especialmente cuando se realiza con manipulativos físicos.

El equipo de Farran va un paso más allá al demostrar que estos beneficios también se consiguen en condiciones reales de aula, con maestros sin experiencia previa y recursos limitados. La clave está en la estructura del aprendizaje: actividades guiadas, objetivos claros, herramientas visuales y entrenamiento específico.

Es indudable que Lego ha pasado de ser un juego de sobremesa a un recurso educativo a tener muy en cuenta. Este estudio demuestra que, cuando se utiliza de forma estructurada, no solo entusiasma a los niños, sino que mejora habilidades clave para su desarrollo académico.

Referencias

  • Emily K. Farran, Katie A. Gilligan-Lee, Denis Mareschal, Marija Živković, Santa Bartušēvica, Derek Bell, Tim Jay, Camilla Gilmore. Teacher Delivered Block Construction Training Improves Children’s Mathematics Performance. Mind, Brain, and Education, 2025. DOI: 10.1111/mbe.70006
  • Zachary C. Hawes, Katie A. Gilligan-Lee, Kelly S. Mix. Effects of spatial training on mathematics performance: A meta-analysis. Developmental Psychology, 2022, Vol. 58(1), pp. 112–126. DOI: 10.1037/dev0001281

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