El sueño, como cualquier otra actividad del ser humano, está influido por el contexto en el que nos encontramos.Los cambios propiosde la edad, la temperatura, la humedad y especialmente la luz ocasionan variaciones (a veces llamativas) en el tiempo y la forma en la que dormimos.
De momento, y si es de forma temporal, estos incrementos (o disminuciones en ocasiones) del tiempo dedicado al sueño en los bebés en verano están dentro de la normalidad. Lo importante es valorar la conducta de tu hijo mientras está despierto: come bien, contacta con el medio, está activo, llorón o inquieto...
Estas son las cosas que hay que controlar ahora y no exclusivamente el tiempo dedicado al sueño.
Si observas algún cambio llamativo en la conducta, conviene consultarlo con el pediatra.