El problema de tu hija no es el sueño, sino la actitud que tiene, por lo tanto, hablaríamos de una falta de límites por tu parte a la hora de acostar a la niña.
Ella quiere mandar, como todo niño, y no le estás transmitiendo con seguridad que en casa de mamá cada uno duerme en su cama. Ella debe entender qué cosas se pueden hacer en casa de mamá y qué cosas en casa de papá.
El sueño no es algo aislado del día, no podemos entender qué pasa por la noche si no observamos que pasa durante el día y al revés. Sería conveniente observar qué pasa a lo largo del día cuando la niña quiere algo: ¿normalmente lo consigue?, ¿es persistente y pese a que tú le digas que no varias veces, termina saliéndose con la suya?, ¿se enfada con facilidad cuando se le niega algo o se conforma?
Las respuestas a este tipo de preguntas pueden explicar el comportamiento de la niña a la hora de acostarse.
También es importante saber si a lo largo del día ella pasa algún tiempo a solas en su cuarto o en el comedor... o si, por el contrario, permanece acompañada todo el tiempo. Si ella no está sola en ningún momento, no entiende por qué tiene que estar sola por la noche y la situación de soledad le genera nerviosismo.
Para poder cambiar esta conducta debes seguir estas pautas:
- Lo primero es que debes tener claro que una vez empiece no podrá ceder ni un solo día. Con un solo día que cedas, por agotamiento, ella gana la batalla y hay que volver a empezar.
- Lo segundo sería modificar lo que pasa por el día, es decir, empezar a dejarla sola por pequeños espacios de tiempo en alguna estancia de la casa y tratar de conseguir que entienda que si digo "no" es "no", no cediendo por muy pesada que se ponga.
- Lo tercero sería decidir cómo vas a conseguir que se quede sola en su cuarto a la hora de dormir. Lo más importante es hacer siempre lo mismo.
- Si ella tiene una actitud muy negativa puedes empezar por negociar con ella que te quedarás en su habitación hasta que se duerma y cuando lo haga te irás a dormir a su habitación.
Si haces esto, no puedes tocarla ni acostarte con ella en la misma cama; si lo haces, en cuanto la suelte o se levante se despertará.
Elegir esta opción, supone aceptar que cuando se despierte a media noche, que lo hará, hay que hacer lo mismo: trasladarse a su cuarto y esperar a que se duerma.
Esto puede durar un tiempo diferente según sea el niño de resistente, pero si haces siempre lo mismo y ella nota que no vas a hacer nada diferente, al cabo de los días se relajará y cada vez tardará menos en dormirse.