Con solo 28 años, la deportista Ana Peleteiro tiene una trayectoria vital impresionante. Medallista olímpica, influencer y desde hace catorce meses, madre de la pequeña Lúa.
Peleteiro se proclamó campeona mundial juvenil de triple salto a los 16 años con una marca de 14,17 metros. Fue entonces cuando el mundo descubrió su excelencia atlética a la par que su carácter fuerte y perseverante.
Además de la medalla olímpica en Tokio que consiguió en 2020, Ana Peleteiro luce en su palmarés de triple salto un bronce europeo al aire libre (2018), un bronce mundial en pista cubierta (en el mismo año) y un oro y una plata europeos en bajo techo.
Seguramente, su tenacidad y determinación son factores clave que explican el hecho de que Peleteiro logre el éxito en todo lo que se propone. Durante el embarazo, decidió convertirse en influencer. A pesar de muchas opiniones en contra que intentaron desviarla de este camino, ella tenía las cosas claras. Y triunfó también en las redes: su cuenta de Instagram sobrepasa los 400.000 seguidores.
Por si todo esto fuera poco, la fortaleza innata y trabajada de Peleteiro se ha visto acrecentada después de convertirse en madre. Así lo asegura ella misma en un declaraciones al diario El País:
“Los seis primeros meses después del parto yo me reía de eso de que la mujer madre es más fuerte y decía que no sabía quien se había inventado esa mentira, pero ahora sí que noto que en ciertos aspectos estoy más fuerte”, asegura la campeona olímpica.
Aunque a renglón seguido apunta que no sabe si es porque ha dado a luz o porque ahora se esfuerza más: “Cuando voy a la pista focalizo toda mi energía en el entrenamiento, antes estaba más dispersa. La maternidad me hado mucho foco”, confiesa.

“Me enfado mucho menos”, apunta y añade: “Si ser deportista de alto nivel no te permite crear tu familia, tener un vínculo y un círculo sano todo acaba en frustración. Yo vivo sin frustración y tener una familia alrededor que me hace feliz me ayuda a quitarle importancia al atletismo”.
Peleteiro explica que después de 14 meses de haber dado a luz ya ha conseguido estabilizarse tanto física como emocionalmente. “La persona que vuelve al deporte después de haber sido madre es una persona diferente, porque la maternidad te cambia, tanto para bien, como para mal”, opina la plusmarquista.
“Ha sido como empezar de cero porque mi parto fue mediante cesárea y complicado. Cuando me dijeron que tenía que ser por cesárea lo vi todo un poco negro porque pensaba que la recuperación iba a ser más lenta”, dice Peleteiro. Sin embargo no tuvo ningún contratiempo y ocurrió lo que ella confiesa que pensaba: “Si a mi me dan salud y un bebé que duerma bien, yo sé que voy a volver y que voy a estar igual que antes”.
Su entrenador, Iván Pedroso, confirma la fortaleza post maternidad de Ana Peleteiro en declaraciones al mismo diario: "Las atletas que vuelven de la maternidad vuelven más fuertes y así ha sido con Ana, que, además, ha vuelto a recuperar su punto fuerte que es la velocidad. Está más centrada que nunca. Lúa la pone más fuerte”, asegura convencido.
"No busco ser ejemplo de nada, ser trabajadora y madre es duro para todas"
Sin embargo, la deportista no busca ser referente ni modelo de nadie y afirma que utiliza las redes sólo para compartir su realidad: “Yo no busco ser ejemplo de nada. Ser deportista y ser madre es difícil sí, pero es que también es muy difícil ser trabajadora de un trabajo normal y ser madre y eso le ocurre a todas las mujeres. La maternidad es complicada y conciliar es muy difícil”, afirma.
Como miembro del Team España, la atleta recibe la ayuda del Consejo Superior de Deportes (CSD) para contar con los servicios de una niñera. Así, tanto ella como su marido Benjamín Compaoré, también atleta de triple salto, pueden entrenar y competir. Pero Peleteiro es consciente de que “hay muchas mujeres deportistas que, a lo mejor, no se animan a ser madres por su situación económica, porque no se pueden permitir pagar mil euros a una cuidadora para que se ocupen de su hijo”.
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