Juegos para trabajar con tu bebé la anticipación
Estas 3 actividades le ayudarán a entender la relación causa-efecto y que unas cosas anuncian otras.
Poco a poco tu bebé empezará a entender que después del desayuno se va a la guarde, que tras el baño vienen los mimitos de mamá y después de la cena llega el cuento de buenas noches. Las rutinas le dan seguridad y le ayudan a ser consciente de que unas cosas anticipan otras.
Pero con juegos también puede aprender la relación causa y efecto. Aquí tienes un par de ejemplos:
¡Que viene el mosquito!
Sienta a tu bebé frente a ti y muéstrale tu dedo índice: “¡Que viene el mosquito!”. Haz el zumbido mientras acercas el dedo al niño.
¿Lo sigue con la mirada? Acércalo y aléjalo, anuncia su llegada: “¡Ya llega, que te pica!”, y termina siempre en el mismo lugar, por ejemplo en su cuello, haciéndole cosquillas.
¡Hay que reírse mucho! Con este juego le ayudas a desarrollar no solo la capacidad de anticipación, también la atención y la agudeza visual al ofrecerle la oportunidad de seguir un objeto.
El día que tu bebé encoja el cuello nada más escuchar el zumbido del mosquito ¡sabrás que ha dado otro salto en su desarrollo!
A partir de entonces, haz que el mosquito encuentre nuevos lugares en los que terminar el vuelo: las axilas, la barriguita, las piernas… Verá a tu bebé seguir al mosquito atentamente para ver dónde termina su camino.
La capacidad de anticipar hechos es otra habilidad que tendrá un papel importante en su vida.
Sopla en la carita
Tumba al niño boca arriba. Te acercas a su carita y le soplas muy suavecito.
Él cerrará los ojos. Después te alejas y le haces cosquillas en la tripa, pedorretas, le sonríes… Se trata de que os riáis juntos. Al rato te vuelves a acercar a su carita y soplas de nuevo.
Después de unas cuantas veces, cuando vea que acercas la cara, cerrará los ojos antes incluso de que le soples. Sabe lo que va a ocurrir, pero ¡qué listo es tu niño!
Pompas de jabón
Coloca al bebé frente a ti y con gran alborozo haz pompas de jabón. Dirígelas hacia él.
Según su pericia y personalidad se intentará apartar o, lo más común, hará esfuerzos por tocarlas con las manos. Verá que se explotan rápido, antes incluso de tocarlas, lo que generará en él emoción y risas.
Enseguida se pondrá nervioso nada más ver las pompas. Sabe que si las toca, explotarán, y eso le produce nerviosismo.