Cinco consejos para tratar a un niño NAS (niño altamente sensible)
Los niños altamente sensibles o NAS tienen emociones más intensas que el resto de niños: perciben el mundo con más intensidad (tanto para bien como para mal). ¿Cómo tratarlos?
“Manera peculiar de sentir y pensar”. Así define la Real Academia Española el término PAS que hace referencia a las siglas de Persona Altamente Sensible. En el caso de los niños, los conocemos como NAS (Niños Altamente Sensibles). Un término acuñado por la psicóloga Elaine Aron hace ya 20 años.
La hipersensibilidad, de acuerdo al portal La Mente Maravillosa, es compartida por el 15% de los niños y, tal y como explican desde la Asociación de Personas con Alta Sensibilidad de España (PASE) es un rasgo hereditario, con el que se nace, y con el que tendrán que convivir durante toda su vida.
Pero, ¿cómo es un niño altamente sensible? A grandes rasgos, son niños que viven el mundo con mayor intensidad que el resto, que sienten las emociones (todas) con mucha más sensibilidad y de forma más intensa. “Suelen ser maniáticos y quisquillosos con la ropa, procesan de manera muy profunda la información, con frecuencia colapsan y necesitan tiempo a solas o acompañamiento emocional para gestionar su desorden”, afirma a Ser Padres la psicóloga infantil Úrsula Perona. “Esto es porque la corteza prefrontal del cerebro, encargada de la toma de decisión el control y la planificación está más activada, así como las zonas donde se alojan las neurona espejo, que son las que permiten desarrollar la empatía y la comprensión de las emociones de los demás”, continuaba.
¿Cuáles son los rasgos que definen a un niño NAS?
Hay, de acuerdo a la Asociación de Personas Altamente Sensibles de España, cuatro aspectos básicos que caracterizan a estos niños:
- Reflexionan de manera profunda sobre diversos temas
- Pueden sentirse sobreestimulados
- Viven la vida con mucha emocionalidad
- Tienen elevada sensibilidad
Aunque puedes hacer este test para comprobar si tu hijo es o no un niño Altamente Sensible, hoy queremos explicarte cómo hay que tratar con ellos (porque entenderás que hay que tener ciertos cuidados).
Cómo ayudar a un niño NAS
Estos niños suelen tener necesidades específicas que las familias conocen e intentar suplir en cada momento. Pero, hay ciertas cosas que, además, se pueden tener en cuenta diariamente para facilitar su vida.
Ofrécele contacto físico
Es necesario que vean que estamos 100% disponibles para él y que, además, les podemos ofrecer un abrazo siempre que lo necesiten. Estos niños, normalmente, precisan de más contacto físico. Estar cerca de él, bajarse a su altura cuando nos hablen, mirar a los ojos y evitar distracciones son consejos muy prácticos a la hora de dirigirnos a él.
Entenderá que nos importa lo que le está ocurriendo.
Valida todas y cada una de sus emociones
Son niños que tienden a frustrarse mucho porque colapsan emocionalmente (al vivir de manera intensa muchas emociones a la vez). Es necesario ayudarlos a aprender a canalizar esas emociones: enseñándoles a respirar conscientemente, técnicas de yoga o con algunas prácticas de relajación.
La empatía es fundamental para abordar las necesidades de los niños con alta sensibilidad. No ridiculices el llanto, ni una risa demasiado estrambótica, y tampoco un enfado. Dale tiempo para calmarse, ayúdale a hacerlo si lo necesita y, cuando todo haya pasado, habla con él sobre lo ocurrido.
Olvídate de las etiquetas y los juicios
Si esto es importante en cualquier niño, lo es el doble en niños NAS. Cualquier etiqueta o juicio puede afectarle el doble. Evita lo de ‘no te pongas así por esa tontería’ o ‘¿cómo te va a afectar esto tanto?’ porque, sí, les afecta, y debemos validarlo y ayudarlos a superar cualquier cosa.
Enséñale el valor del perdón
Como decimos, estos niños no solo sienten de forma intensa los enfados o la felicidad: también tienden a tomarse muy a pecho cualquier malentendido o discusión. Es necesario que aprenda a perdonar y, para ello, necesitan la ayuda de sus padres.
Establece rutinas con ellos
Tal y como explica la psicóloga Úrsula Perona, el cerebro de los niños altamente sensibles es más rápido que el resto. Por eso reaccionan tanto y tan rápido a cada estímulo y eso puede hacer que se abrumen.
Por eso, es mejor evitar muchos cambios repentinos o repetitivos y apostar, siempre que sea posible, por las rutinas.
Cuida lo que hablas delante de ellos
Otra de las emociones que tienen muy desarrollada es la empatía: son capaces de ponerse en el lugar de la otra persona con mucha facilidad; incluso, de sentir que lo que le pasa también les está pasando a ellos.
Por eso, hay que extremar la precaución con los problemas que les contemos, porque pueden afectarle de gran manera.