Señales para saber si tu hijo te necesita, según el método Montessori
Por regla general, un niño no va a decir con palabras que necesita a su padre o su madre. Lo hará con señales: “Un niño sabe cómo pedir un vaso de agua, pero no cómo pedir un vaso de amor”, dice la experta Marta Prada.
“El niño es feliz si expresa todas las emociones, no solo la alegría”. Estas palabras pronunciadas por la psicóloga infantil Leticia Garcés son perfectas para explicar por qué es necesario que los niños nos digan, aunque sea a través de mensajes y señales, que nos necesitan. Que necesitan mimos, que necesitan atención o que necesitan, simplemente, un poco de cariño y comprensión de parte de sus padres.
De acuerdo a Rafa Guerrero, psicólogo infantil, los niños pequeños no solo necesitan alimento e hidratación: el cariño y el amor de sus figuras de apego son esenciales también para poder sobrevivir.
A partir de los cinco años, los niños comenzarán a tener el autocontrol suficiente para que las rabietas se terminen, pero incluso después de esas edad seguirán mostrándonos con señales los momentos en los que necesiten a mamá y papá, más allá de para cumplir sus necesidades vitales.
Siete señales para detectar si tu hijo te necesita más que nunca
Estas son las seis señales que comparte Marta Prada en su perfil de TikTok, guía Montessori y experta en el método (es Guía Montessori y certificada en Disciplina Positiva) que ayuda a los padres con la crianza en sus canales de redes sociales. Ella, igual que otros muchos expertos, está de acuerdo al afirmar que los niños no expresan con palabras, sino con actos: “Tanto los niños como las niñas nos transmiten que nos necesitan como pueden, como creen que es más eficaz y como creen que funciona”.
“Un niño pequeño sabe cómo pedir cosas concretas como agua o pipí, pero aún no sabe cómo pedir otras más abstractas como presencia y acompañamiento; lo que sabe es que cuando te pide esas cosas concretas tú vienes y estás ahí”, afirma también en su perfil de Instagram.
Así que, mamás y papás, por mucho que penséis que vuestros peques no os necesitan porque ya pasáis todo el día o gran parte de él junto a ellos, estad pendientes a estas señales que pueden indicar lo contrario:
- Dame tú de comer: cuando no quiere comer solito y prefiere que se lo demos nosotros, puede ser señal de que necesita más mimos
- ¿Juegas conmigo? Si no quiere jugar solo y prefiere estar siempre acompañado
- Pegar a otros niños (o a ti): puede ser señal de una falta afectiva que hay que tratar, de acuerdo a la profesional
- Esto es un asco (quejas): si el niño no para de quejarse por todo y no se le ve cómodo en ningún sitio y en ninguna situación, también habría que ver orígenes
- ¡Quiero otra vez agua! Una frase típica durante la noche; cuando se quedan solos o se desvelan, suelen llamarnos así. Pero si no paran de repetirlo y se niegan a que nos vayamos, también podríamos alarmarnos. “Cuando mi hijo me pedía un vaso de agua, le mostraba donde encontrarlo, cómo beber y le decía que sentía que habíamos tenido poco tiempo para darnos mimos y le daba un masajito”, afirma Marta Prada en Instagram
- ¡Tengo pis! Quizás, de tras de esto hay un ‘mamá, me da miedo la oscuridad’, así que es necesario que le acompañes en esos miedos
- Rabieta sin venir a cuento: es normal que a partir de los tres años se desencadenen rabietas. Los niños no tienen desarrollada la autorregulación y expresan su frustración con las herramientas que sí tienen (llantos y gritos); pero si las rabietas son demasiado recurrentes, habría que investigar el o los motivos
¿Por qué la mamitis es positiva?
Muchas familias verán en estas señales, mensajes claros de ‘matitis’ (ya sabéis, la palabra que solemos utilizar para definir a los momentos en los que los niños necesitan más mimos y abrazos de su mamá).
Pero lo cierto es que la misma experta, Marta Prada, asegura que la mamitis es muy positiva para ellos y que es necesaria. “A través de mamá irá aprendiendo a relacionarse, a adaptarse a los cambios, a sentirse acompañado y a conseguir autonomía, permitiéndole desarrollar una autoestima sana”.