Técnicas muy concretas de Montessori para lograr unas noches tranquilas con los niños

Audrey Zucchi, experta en este método de enseñanza, nos da todas las claves 
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Llega la hora de acostarse y para muchos niños la frase suena como una condena. Audrey Zucchi, experta en la metodología Montessori, explica en su libro Una jornada Montessori que para conciliar el sueño de una manera tranquila y en un nido acogedor es importante contar con una cama adaptada para respetar su autonomía

"Es una opinión generalizada que, hasta los tres años, los niños deben dormir en cuna. Después, la entrada en el colegio marca la transición a una cama individual de adulto. De inmediato, surgen dos preguntas: ¿Cómo pretendemos que un niño disfrute con la hora de ir a dormir a su cama si se parece a una cárcel? Con esa altura y provista de barras. Por otra parte, ¿no resulta extraño que, en nuestras mentes adultas, todos los niños superen un umbral simbólico precisamente a los tres años? De la noche a la mañana, empezamos a tratarlos como adultos, suprimiendo radicalmente todo lo que hasta entonces había hecho de ellos bebés", asevera la experta.

Por eso, mantiene la recomendación de que optar por una cama colocada directamente en el suelo evitará muchas molestias y gastos innecesarios. 

SUS CAPACIDADES, SEGÚN SU EDAD

Zucchi reconoce que para tener unas noches tranquilas "es importante transmitir a los niños sus capacidades en función de su edad para que no dependan de nosotros durante las veladas".

En este sentido, "es fundamental saber que a partir de los dos años ya están listos para quitarse los zapatos y guardarlos. También lo están para colgar el abrigo y ordenar sus accesorios, lavarse el cuerpo poner la ropa en el cesto de la ropa sucia, ir a buscar el pijama o la ropa de estar por casa, lavarse la cara y las manos, y empezar a utilizar el cepillo de dientes".

A partir de 3 años, asegura que los niños empiezan a quitarse solitos toda la ropa, a ponerse solos el pijama o la ropa de estar por casa, escurrirse el pelo y peinarse después del baño, lavarse los dientes, participar en la elaboración de productos de baño caseros y sacar los juguetes de la bañera para ponerlos en su sitio. 

"Cuando cumplen cuatro años, ya pueden doblar y ordenar la ropa, doblar las toallas del baño, lavarse el pelo y preparar el baño (es decir, localizar el producto que vamos a usar y regular la temperatura del agua). Con cinco, están listos para secarse el pelo", garantiza la experta.

QUÉ NECESITAN EN SU DORMITORIO

Además de lo necesario para empezar las mañanas con una sonrisa, es importante que contemos con un pijama fácilmente accesible, pañales o ropa interior, así como una cama en el suelo y una lámpara de noche de baja intensidad luminosa.

Y EN EL CUARTO DE BAÑO

"Hemos de contar con productos de limpieza suaves y relajantes, aceites de masaje y aceites esenciales, así como un cesto de ropa sucia claramente identificado, que permita separar, si se quiere, la ropa blanca de la de color", indica Audrey Zucchi.

Y además, "una iluminación tenue, una buena infusión o bebida efecto calmante, plastilina, imágenes para colorear, juegos tranquilos... También ayuda una sesión de yoga, meditación o respiración consciente, incluso silencio, música tranquila, cuentos en audio, libros...", concluye.

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