"No me sigan a mí, sigan al niño": el significado de la famosa frase de María Montessori

De la mano del guía Montessori Pedro Valenzuela, te contamos el potente significado de una de las frases más célebres de María Montessori, creadora del método Montessori.
Un profesor con su alumndo en clase
Un profesor con su alumndo en clase - Rubén García

El método Montessori es una forma de entender la educación cuya filosofía, y hasta el nombre, tiene su origen en la doctora María Montessori, autora de frases muy célebres. Quizá una de las que tiene más significado y más profundidad es esa en la que la creadora del método Montessori aseguraba lo siguiente: “No me sigan a mí, sigan al niño”. De la mano del guía Montessori Pedro Valenzuela, profundizamos en su significado.

El especialista Montessori y divulgador en redes sociales sobre este método Pedro Valenzuela dedica un post divulgativo a una de las frases más conocidas de María Montessori: ”No me sigan a mí, sigan al niño". En dicho post, el guía Montessori explica que la creadora del método del que es docente “repetía constantemente que no la siguieran a ella, que el foco no debía recaer en su persona, sino en su mensaje”.

Una profesora en clase - Rubén García

Para abordar su explicación, recuerda otra frase de María Montessori Pedro Valenzuela: “Todo el mundo habla de la reforma de la humanidad. Es extremadamente difícil reformar a un adulto; la infancia es el momento de la transformación, palabras que dijo en la conferencia 19 de Londres, en 1946.

Ambas frases de María Montessori se dan la mano a la hora de explicar la educación según el método que creó, explica Pedro Valenzuela. Su mensaje iba directamente a la infancia, la cual consideraba como el verdadero momento donde se formaba la persona y el lugar desde donde deberíamos trabajar si de verdad queremos producir la verdadera transformación social”. Es aquí donde encaja y adquiere todo el sentido su famosa frase de “no me sigan a mí, sigan al niño”.

Para María Montessori, en palabras de Pedro Valenzuela, “el niño representa el epicentro desde el cual se crea toda su propuesta educativa”. Dicho de otro modo, pero también con palabras del experto guía Montessori, “el niño es el creador, el único capaz de transformar la sociedad y de llevar la paz al mundo en el que vive”.

Una profesora con sus alumnos - Rubén García

La cuestión es definir y aprender a seguir al niño, como decía María Montessori. Esto significa “ofrecerles libertad e independencia para que se puedan construirse a sí mismos; es ofrecerles la oportunidad de que crezcan atendiendo a las leyes que dictan su propia naturaleza”, argumenta Pedro Valenzuela, el mismo experto que explica por qué los castigos y los premios no existen en el método Montessori.

“Seguir al niño es ver la verdadera humanidad y el potencial transformador que esconde la infancia; seguir al niño es respetar su dignidad e integridad como ser humano único e irrepetible que es por encima de todas las cosas, donde consideremos que es un derecho para la infancia el crecer de una manera sana y respetuosa”, añade el experto en el método de María Montessori.

El guía Montessori pone en valor la frase de la doctora que da pie a esta pieza porque la tuvo siempre vigente a lo largo de toda su vida. 

De hecho, según Valenzuela, la repetía “una y otra vez, consciente de que lo verdaderamente importante de su propuesta educativa no era su figura; no era que la siguieran a ella; sino que lo verdaderamente importante era dirigir directamente la mirada hacían la infancia, consciente de que es este periodo de la vida durante el cual está en nuestras manos la reforma de la humanidad”, concluye el guía Montessori.

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