Por qué los castigos y los premios no existen en el método Montessori, según un experto

Pedro Valenzuela, guía Montessori y divulgador en redes sociales, comparte las razones por las que los conceptos castigos y premios no caben en este método educativo.
Colegio Internacional Greenleaves
Colegio Internacional Greenleaves Montessori - Un aula Montessori del colegio International Greenleaves

La disciplina positiva huye de los castigos y de los premios, especialmente de los primeros. En esto, como en algunas otras cuestiones, coincide con el método Montessori, en el que no tienen cabida ninguno de estos conceptos: ni los premios, ni los castigos. ¿Por qué? Lo explica para acabar con el debate de una vez por todas Pedro Valenzuela, el guía Montessori y divulgador de este método educativo.

Inicia su argumentación Pedro Valenzuela con una frase de María Montessori, la creadora de un método educativo que sigue plenamente vigente en la actualidad: “Los premios y los castigos, en cuanto que resultan extraños al trabajo espontáneo del desarrollo del niño, suprimen y ofenden la espontaneidad del espíritu.

Dos niños jugando en muebles Montessori - Juri Pozzi/Freepik

El guía Montessori explica que los niños, según la metodología Montessori, “experimentan una felicidad del logro de manera totalmente natural”. Esto significa que un niño o niña en proceso de desarrollo no entiende de errores, sino de un paso más en el proceso de aprendizaje. “Un niño en proceso de desarrollo considera el trabajo que realiza con un proceso a través del cual va viendo satisfechas sus necesidades de desarrollo de manera totalmente natural, de ahí que lo que para un adulto es considerado como un error, para el niño no es más que una parte del proceso que lo invita a probar otras maneras para poder conseguir los objetivos que persigue”, dice Pedro Valenzuela.

Por este motivo, para la metodología Montessori el error, equivocarse, es una oportunidad, de forma que no pueden tener cabida ni los castigos por fallar ni los premios por acertar. “Permitir al niño ‘equivocarse’ desde este lugar lo hace un ser más creativo, independiente, con capacidad para la resolución de problemas, o que no muestra una frustración rápida cuando siente que algo no está sucediendo como él quisiera”, expone el especialista.

De esta forma, añade el guía Montessori, se hace al niño un ser resiliente, que desde bien pequeño aprende a ser perseverante y a creer que intentarlo es la única manera de poder conseguirlo”. Y es por este motivo también, añade, por lo que en centros educativos Montessori u hogares donde se educa siguiendo las directrices de esta metodología “hay materiales autocorrectores que le ayudan en este sentido”. Es decir, se trabaja la autonomía de los niños y niñas también en el “error”.

una alumna del colegio Montessori Granollers - Colegio Montessori Granollers

Y del mismo modo que no se castiga, el método Montessori tampoco premia. No lo hace porque esta metodología defiende que “para un organismo en desarrollo como es el niño, crecer en sí mismo ya es motivo de felicidad”, dice Pedro Valenzuela. “Este crecimiento se lleva a cabo a través de la actividad que el niño realiza. Actividad que va en consonancia con las leyes vitales de desarrollo del niño como ser vivo que es. Es por ello por lo que en las escuelas Montessori el adulto no se hace poseedor del logro o éxito del niño. El éxito del niño es suyo, e intentamos que así lo vea y así lo considere, agrega el divulgador del método Montessori.

Para el guía Montessori, en línea con otros especialistas que piensan que castigar es una de las peores forma de educar,  piensa que criar sin castigos ni premios, fomentando la concepción del error como oportunidad y la autocorrección en los peques,  “empodera a los  niños”. “Por pura naturaleza, (el niño) ama lograr una unidad completa de actividad; ama sentir y vivenciar el proceso desde el inicio hasta el final. Este logro le da un sentido de poder e independencia, y es a través de este logro, cuando siente verdadera dicha y felicidad”, concluye el especialista en el método Montessori.

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