Normalización, el concepto “más importante” del método Montessori según su fundadora

María Montessori decía que “la normalización es el estado más importante de nuestro trabajo”. te contamos qué significado tiene en el método Montessori este concepto.
Un aula Montessori conpeques jugando

El método Montessori tiene sus ventajas y sus desventajas, como casi todo en la vida, pero de lo que no cabe duda es de que cuenta con muchísimas fieles a sus principios. Al menos en España, no hay método educativo alternativo al sistema tradicional con más impacto que el método Montessori, ni siquiera el método Waldorf y otros que intentan hacerle sombra se le acercan. tampoco la disciplina positiva, porque esta y el método Montessori no son lo mismo. Uno de los secretos del método Montessori es el carácter único e intransferible de sus postulados y enseñanzas, que se sustentan en conceptos como la normalización. Este, en opinión de María Montessori, fundadora del método al que da nombre, “es el estado más importante de nuestro trabajo”.

En el método Montessori, el concepto de normalización tiene un sentido muy concreto: es un proceso que se da únicamente cuando el desarrollo del niño o niña es autónomo a la hora de escoger qué camino tomar. Es decir, se produce cuando el menor satisface su interés de manera espontánea. Por ejemplo, cuando reúne el material que necesita para hacer la actividad que considera oportuno para su aprendizaje y evolución personal.

Un aula Montessori vacía - Rubén García

Rosaura Rodríguez Infante, guía Montessori y miembro del Departamento Pedagógico del IMI, un centro formativo especializado en el método Montessori, explica en el artículo 'Normalización y desviaciones Montessori' en qué consiste la normalización en el método Montessori: “es el proceso por el cual el niño abandona todos los comportamientos negativos y adquiere comportamientos positivos de una manera espontánea y sin esfuerzo”.

En este sentido, el equipo de los centros Montessori Village apunta en este artículo sobre la normalización de María Montessori que en el método “un niño normalizado es un ser humano social, con personalidad y un carácter único, un niño que siente orden y paz interior, y está lejos de un estado de desviación”. La desviación, por lo tanto, en el lenguaje Montessori, es el proceso opuesto a la normalización de la que hablamos. 

Para que el proceso de normalización en el método Montessori se produzca, es clave que el ambiente esté preparado. “En un ambiente adecuado en el que encuentra motivos de actividad con propósito, elegidos por él mismo y que correspondan a sus necesidades e intereses”, puntualiza Rosaura Rodríguez. En este sentido, recuerda que una actividad Montessori solo lo es si cumple estos requisitos.

En facilitar este tipo de ambiente a los niños y niñas desde pequeños tiene mucho que ver el rol del adulto, que debe acompañar y guiar, pero intervenir lo menos posible. Así es a lo largo de toda la crianza y educación dentro del método Montessori. “El niño se tiene que sentir libre de escoger los materiales, no se puede forzar, tan sólo facilitar”, afirman al respecto desde Montessori Village.

Ambiente Montessori en un centro educativo - Rubén García

Además, en paralelo a crear el ambiente adecuado para ello, también resulta esencial tener paciencia para alcanzar el momento en el que la normalización aparezca. “La repetición es el momento clave para que la normalización aparezca”, dice Rosaura Rodríguez, guía Montessori y formadora de profesionales. “Esta se da después de que el niño ha sido preparado para realizar una actividad, en la que previamente se ha reunido el material necesario y se han mostrado los movimientos analizados y exactos, para lograr que el niño focalice su atención en ellos y se centre en la actividad”, añade.

Cuando esto ocurre, el niño pasa por “un nivel profundo de concentración”, explica Rosaura Rodríguez. Alcanzar este punto es clave para que aparezca de forma definitiva la normalización tal y como la entiende el método Montessori, del que te contamos sus diez principios sobre el aprendizaje y el desarrollo infantil.

Esta llegará una vez el niño llegue al descanso, etapa posterior a la de máxima concentración. Esta fase, dice la guía Montessori del centro IMI, “se caracteriza por una sensación de satisfacción y bienestar”, y es “el punto en el que el niño realiza una integración importante de su desarrollo físico, mental y emocional”.

Ahora sí, la normalización, ese estado “más importante” dentro del método Montessori que decía su fundadora, aparece. “El niño que se normaliza encuentra una salida natural a sus enormes capacidades, volviendo a un estado de tranquilidad, orden, felicidad, amor por el trabajo y respeto hacia sí mismo y hacia los demás”, concluye Rosaura Rodríguez.

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