El exceso de autoestima puede llevar a criar a niños individualistas y egocéntricos, según la psicología

Expertos en psicología de la Universitat Oberta de Catalunya advierten de los riesgos de que los niños y niñas alcancen niveles demasiado altos de autoestima.
Un niño disfruta al aire libre

Mucho se habla y se escribe sobre la autoestima en la infancia. Sobre todo, en positivo: lo importante que es reforzarla y cuidarla durante el acompañamiento que es la etapa de la crianza. Por ejemplo, psicólogos como Álvaro Bilbao comparten el hábito que siguen para fortalecer la autoestima de sus hijos y psicólogos de instituciones como Harvard subrayan que si tu hijo dice alguna de estas frases, es probable que tenga una alta autoestima. Sin embargo, apenas se sabe que la psicología también contempla un exceso de autoestima en la infancia, lo cual puede tener consecuencias negativas para el niño o la niña.

Antes de profundizar en el aspecto concreto de la excesiva autoestima en los niños y niñas y sus posibles consecuencias, cabe mencionar que los expertos en psicología de la Universitat Oberta de Catalunya reconocen que este, el de la autoestima infantil, es un campo “en el que todavía no existe mucha investigación, sobre todo en España, por lo que es complicado marcar pautas concretas para desarrollarla adecuadamente”.

Citan un estudio a nivel europeo impulsado por la Organización Mundial de la Salud, Health Behaviour in School-aged Children (HBSC), que investiga las conductas de los jóvenes escolarizados también en España, y otros estudios como este elaborado por la universidad de Washington, ‘Las medidas implícitas para niños en edad preescolar confirman el papel de la autoestima en el mantenimiento de una identidad equilibrada’, que concluye que la autoestima infantil empieza a establecerse a los cinco años.

“Los estudios actuales aportan pruebas empíricas de una autoestima positiva en niños de 5 años, una edad más temprana en el desarrollo de lo que se puede establecer utilizando las medidas de autoinforme disponibles. Estos hallazgos establecen que existen importantes propiedades de la autoestima en la primera infancia, concluye el citado estudio de la universidad norteamericana. Sin embargo, Ferran Marsà, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación, insiste en que "se sabe poco de la influencia de padres y escuelas en la autoestima infantil, aunque algunos investigadores ya están apuntando más a estudios cualitativos".

Un niño al aire libre en otoño - Rubén García

La alta autoestima en la infancia: causas y consecuencias

A grandes rasgos, la psicología reconoce la existencia de dos tipos de autoestima: baja y alta

La primera hace que las personas que la sufran suelan “ser acomplejadas, tratar de pasar desapercibidas y siempre sentirse inferiores”, apuntan desde Psicólogos México DF en un artículo divulgativo sobre el exceso de autoestima, y además suelen ser “sumamente susceptibles”. Las personas que tienen una autoestima alta, en cambio, suelen ser “optimistas, reconocen sus cualidades y tratan de explotarlas; y a pesar de que son conscientes de sus fallas, están seguras de que estas no deben limitarlas”, indican desde la plataforma de especialistas en psicología.

Lo que poca gente sabe, y se habla muy poco de ello en la crianza, es que se puede producir un exceso de autoestima, también en la infancia y en la adolescencia.

Esta se suele dar “producto de una valoración exageradamente positiva, y que este puede desencadenar consecuencias graves para quien lo manifiesta y los que están en su entorno”, advierten desde Psicólogos México DF, que define a estas personas como las que “quieren mostrarse superiores al resto de las personas, desean sobresalir para que los admiren y los cataloguen como un modelo a seguir”

Según los expertos en psicología, “la principal diferencia entre una persona con exceso de autoestima y una con autoestima alta, es que la primera se considera perfecta en todo sentido, no reconoce sus defectos y tiene un ideal de sí que no se ajusta a la realidad; mientras que la segunda aprende a quererse tal y como es, consciente de que hay aspectos que tiene que mejorar”.

Retrato de una madre y un bebé - Rubén García

En la infancia, pese a que es bueno aplicar los trucos para mejorar la autoestima de los niños,  la psicopedagoga Sylvie Pérez, advierte de que el exceso de autoestima puede derivar en “conductas clasistas, desprecio por la autoridad, competitividad excesiva, la necesidad de demostrar a los demás lo mucho que yo valgo y, por tanto, lo poco que valen los demás".

Por ello subraya que, como padres, debemos tener cuidado con el nivel de autoestima de nuestros hijos e hijas para que sea alta pero que no se conviertan en “pequeños emperadores”. "Criar a niños con la creencia de que son muy buenos e invencibles hace que, de mayores, no puedan medir el riesgo de sus acciones ni actuar con objetividad, tengan un sesgo a su favor y, como se consideran buenos y válidos, valoren a los demás por su propio rasero, con un gran narcisismo", dice Pérez.

En esta primera etapa de la vida, la alta autoestima se produce por diversos factores. Uno de ellos, advierte Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, es el miedo a que los niños y niñas desarrollen una baja autoestima. "Tenemos tanto miedo de una posible baja autoestima que nos creemos que, para no tenerla, lo bueno es que sea muy alta", asegura.

Otro motivo es la inseguridad de los adultos de referencia de los menores. "La generación nacida en los 80 es la primera que, cuando ha tenido hijos, ha reflexionado sobre su paternidad a través de su infancia y de la relación que tuvieron con sus padres, algo que se ve en el ámbito clínico. Ahora, cuando tienen niños, proyectan las experiencias que han vivido, y eso a veces lleva a malentendidos”, dice Ferran Marsà, profesor de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, dejando entrever que se ha producido en algunos casos el paso de un extremo a otro. "Creo que hemos pasado de un extremo a otro, de patrones educativos franquistas o posfranquistas a otros que se escapan de la realidad, sin ninguna evidencia más allá de teorías pedagógicas sobre la autoestima", agrega Marsà.

Un niño corriendo - Rubén García

Otros factores que también influyen en la construcción de la autoestima de los niños y niñas que pueden provocar un exceso de la misma según los dos expertos de la UOC son que “la paternidad y la maternidad se han convertido en un negocio, con pautas y guías que marcan cómo debe ser un buen padre o cómo es una mala madre” y la influencia de Internet.

Acerca de la primera cuestión, Ferran Marsà afirma que “los padres tengan que hacer autocrítica y autorreflexión para ser conscientes de que muchas de esas cosas son anuncios intentando vender un método y para hacer más caso a lo que les dicen los pediatras". Y sobre la segunda, Sylvie Pérez señala que “es importante que, en las relaciones entre niños, haya adultos mediando porque con internet, esta mediación desaparece, no existe un adulto que ayude a comprender el feedback que recibe el niño”

Para Pérez, el problema no son las pantallas, es la ausencia del adulto. Eso incide directamente en la autoestima porque no sabemos de qué forma influye que no haya un adulto para regularlas".

Para la experta en psicología de la UOC, la clave es el equilibrio. "Si tengo una autoestima muy alta, no necesito a los demás; si la tengo muy baja, no puedo hacer nada sin los demás. Lo adecuado es tener una autoestima alta, pero ser capaz de escuchar a los demás, empatizar con sus pensamientos y sentimientos, incorporar sus opiniones", concluye la psicopedagoga. 

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