"El modelo tradicional de educación no es mejor ni peor, pero sí aburrido"

Una persona que se formó en un colegio que seguía el método Waldorf expone las diferencias entre esta metodología y la educación tradicional.
Un colegio moderno
Un colegio moderno (foto: R.G.) - Un colegio moderno (foto: R.G.)

Patricia M.R. es una lectora de la revista Ser Padres de 41 años de edad que estudió en un colegio que seguía el método Waldorf, una metodología alternativa que no es el método Montessori —aquí te contamos las diferencias entre el método Waldorf y el método Montessori—. En estas líneas, la lectora de Ser Padres expone cuáles son, en su opinión, las diferencias entre la forma en la que ella estudió y la educación tradicional. 

“El modelo tradicional no es mejor ni peor, pero sí aburrido”

La lectora de Ser Padres puede comparar los dos métodos, Waldorf y tradicional, porque estudió el Bachillerato por el método tradicional, el de los libros, la clase presencial y los pupitres alineados y distribuidos por la clase de forma individual. 

Fachada de un colegio tradicional
Fachada de un colegio tradicional (foto: R.G.)

Esta es la opinión de Patricia M.R., de 41 años, lectora de Ser Padres, sobre el método Waldorf y la educación tradicional.

“Estudié en la Escuela Libre Micael de Las Rozas (método Waldorf) y lo recuerdo como un aprendizaje desde el interés, la libertad de expresión y la creatividad. En mi grupo de amigos, por ejemplo, casi todos tocamos algún instrumento o se han dedicado a las artes. Y eso sólo nos ha reportado cosas buenas, desde el deseo de hacerlo y el sacrificio también. 

Mucha gente piensa por esto que salimos muy hippies, pero ni mucho menos. Hay ingenieros, biólogos y CEOs que fueron a colegios Waldorf y que, seguramente, como yo, llevarán a sus hijos a uno de sus centros. 

Interior de un colegio clásico
Interior de un colegio clásico (foto: R.G.)

El Bachillerato lo cursé en un centro ordinario y el modelo tradicional no me pareció mejor ni peor, pero sí muy aburrido... Todo libros y deberes. Nunca había tenido tareas y no le encontraba el sentido, pero me habitué a ellas sin problemas. 

Somos personas muy normales en realidad, que en lugar de haber aprendido el abecedario con un libro de dibujos, lo hicimos dibujando lo que nos apetecía, sin que nadie nos dijera que el sol no podía ser azul ni la rana la princesa".

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