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Quemaduras solares durante el embarazo: qué hacer y cómo tratarlas

Si las quemaduras solares son peligrosas en cualquier momento de la vida, durante el embarazo pueden serlo aún más, ya que la piel tiende a estar más sensible.

Durante el embarazo el cuerpo de la futura mamá cambia. Y no solo lo hacen los pechos, el estómago o las piernas. A lo largo de los nueve meses también se producen una serie de cambios evidentes en otras áreas, como podría ser el caso de la piel o del cabello.

Por ejemplo, durante la gestación el cabello tiende a cambiar de naturaleza, de manera que, gracias al mayor aporte de estrógenos, se vuelve menos seco y el riesgo a que se parta suele ser muchísimo menor. De ahí que se consiga un mayor volumen, ya que se pierde menos.

Sin embargo, otro de los cambios más evidentes tiene que ver con la piel. Por ejemplo, suele ser común que se muestre más suave y luminosa, aunque tampoco está exenta de la aparición de un buen número de imperfecciones cutáneas, siendo el acné o las manchas (conocidas en esta época bajo el nombre de cloasma) algunos de los más comunes.

Por este motivo, la protección de la piel si se va a tomar el sol es, cuanto menos, fundamental, no solo por el hecho evidente de que el riesgo a las quemaduras y al cáncer de piel sigue estando ahí, como en cualquier otro momento o época de la vida. También se debe fundamentalmente a que el riesgo de formación de manchas solares suele ser muchísimo mayor.

Por tanto, en caso de quemaduras solares durante el embarazo, ¿qué se debería hacer para aliviar las molestias y poder tratarlas? Te lo explicamos.

¿Por qué se produce una quemadura solar?

Conocida médicamente bajo el nombre de eritema actínico, una quemadura solar consiste en una reacción de la piel, similar a una quemadura, causada por la exposición a los rayos UVA y / o UVB del sol.

Como coinciden en señalar muchos dermatólogos, las quemaduras solares recurrentes, que si bien es cierto no suelen ser graves en sí mismas, sí tienden a predisponer al envejecimiento prematuro de la piel, así como al posible desarrollo de melanoma y otros cánceres cutáneos.

Los rayos UVA son los principales responsables de la mayoría de las quemaduras solares; sin embargo, los expertos consideran que los rayos UVB también pueden estar involucrados.

Foto: Istock

Quemaduras por el sol en el embarazoFoto: Istock

En contacto con los rayos ultravioleta, la piel empieza a producir melanina, que es el pigmento responsable de su bronceado, con la finalidad de protegerse de las continuas quemaduras a las que está expuesta. No obstante, cuando la exposición al sol es demasiado importante, se produce una reacción inflamatoria de tipo alérgico, y es aquí donde aparecen las quemaduras solares.

Muchos de sus síntomas no aparecen de forma instantánea, pudiendo incluso tardar hasta 24 horas en aparecer. Por este motivo, las quemaduras solares pueden acabar volviéndose graves, puesto que no sentimos sus efectos de inmediato, de manera que, al no sentir la necesidad de ocultarnos y alejarnos del sol, la inflamación termina empeorando.

Cuando aparecen, es común que se forme un enrojecimiento difuso en el área, una mayor sensibilidad y dolor, los cuales suelen desaparecer a los pocos días. Además, es común que la piel se vuelva caliente al tacto.

Quemaduras solares durante la gestación

No hay duda que la exposición al sol nos permite producir vitamina D, la cual es fundamental durante el embarazo para, por ejemplo, la constitución del esqueleto del bebé. Y, de acuerdo a distintos estudios, es posible acumular la suficiente cantidad de esta vitamina exponiendo los brazos y piernas durante un máximo de 15 a 20 minutos.

Durante la gestación, especialmente entre el cuarto y sexto mes de embarazo, el cloasma consiste en una hiperpigmentación de la piel. Se caracteriza por la formación de pequeñas manchas marrones que invaden sobre todo el rostro, debido al alto nivel de hormonas que estimulan la producción de melanina, originando una pigmentación excesiva.

El cloasma del embarazo puede activarse o incluso empeorar como consecuencia de la exposición al sol. Además, aunque exponerse al sol no representa un riesgo directo para el feto, sí podría aumentar el riesgo de quemaduras solares, debido a que las embarazadas poseen una piel mucho más sensible, siendo más propensas a sufrir quemaduras solares, o un golpe de calor y deshidratación.

Por todo ello, es de vital importancia aplicarse un protector con índice de protección 50 tanto en el rostro como en el cuerpo pocos minutos antes de exponerse al sol. Es más, incluso para pasear, es sumamente recomendable usar unas gafas de sol y sombrero.

Cómo aliviar las quemaduras solares en el embarazo

Aún cuando no se hayan producido quemaduras, ¿sabías que el sol tiende a promover la formación de estrías? Por este motivo, siempre es fundamental mantener una buena hidratación después de haber tomado el sol.

No obstante, en caso de que sí se hayan producido quemaduras, es conveniente tomarse una ducha fría y aplicar compresas frías en las principales áreas del cuerpo afectadas, lo que ayudará positivamente a la hora de disminuir los síntomas y las molestias al máximo.

También es recomendable hidratarse la piel tanto del cuerpo como del rostro con la ayuda de un buen aftersun y, seguidamente, de una buena crema hidratante facial y corporal.

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