Utilizar ventosa durante el parto: posibles complicaciones en el bebé

En muchas ocasiones, por motivos maternos o fetales, tenemos que acelerar el proceso de parto. Para ello disponemos de instrumentos como las ventosas obstétricas. Os explicamos qué modelos existen y las complicaciones más frecuentes que pueden producir en el bebé.
parto desagradable

En algunas ocasiones se hace imprescindible la finalización del parto, en situaciones como por ejemplo que el estado del bebé no nos permita esperar más, cuando la posición del bebé en el canal del parto no es la adecuada, o cuando los esfuerzos expulsivos maternos no provocan el parto espontáneo.

- Getty Images/iStockphoto

Hay algunas situaciones en las que la finalización del parto necesita ser acelerada. Situaciones como, por ejemplo, que el estado del bebé impida esperar a que se produzca de manera natural, cuando la posición del bebé no es la adecuada o cuando los esfuerzos expulsivos de la madre no provocan por sí solos el parto. 

¿Qué son las ventosas y cuántos tipos hay?

En estos casos se puede plantear la realización de un parto instrumental. La ventosa obstétrica (vacuum extractor, extractor de vacío) es un instrumento que, como el fórceps y las espátulas, ayuda a la mujer a dar a luz por vía natural.

Pero, ¿sabéis que hay dos tipos de ventosas diferentes?

Vamos a explicaros en qué consisten, pues la información es útil para ir más tranquilas al momento del parto sobre todo sabiendo que, bien aplicadas e indicadas, son necesarias para lograr el nacimiento de un bebé sano.

Además de las ventosas metálicas clásicas, en lo últimos años se ha potenciado más la utilización de ventosas desechables y de un tamaño menor.

Todos los extractores de vacío constan de una copa que es la que se aplica sobre la cabeza del bebé y de un sistema de tracción-succión que ejerce presión negativa entre la copa y la cabeza fetal. Esta sistema es el que ejerce el vacío para que la copa no se separe.

Vamos a explicar las principales diferencias entre ellas. 

Ventosa metálica

- Getty Images/iStockphoto

La ventosa apareció por primera vez en 1706 cuando James Yonge describió el primer intento de parto asistido por vacío con ventosa.

Posteriormente, en 1954, Malmstrom introduce una copa de vacío metálica y que presentaba un sistema de tracción con cadena, similar al utilizado en la actualidad. Este sistema de vacío está ampliamente aceptado por la obstetricia moderna. Este dispositivo metálica hace un vacío mayor adhiriéndose más a la cabeza del bebé.

Ventosa desechable tipo Kiwi

- Tamas Gabor

La ventosa kiwi es un tipo de ventosa moderno. Es más pequeña, desechable y portátil. Se conoce como Kiwi por su nombre comercial y puede usarse de forma rápida, por lo que es muy útil en ciertas ocasiones. Con el paso de los años, se ha ido desechando la utilización de las ventosas metálicas y cada vez se utilizan más las ventosas desechables.

En 2001, el obstetra australiano Aldo Vacca publicó un artículo en el que se comparaba este nuevo dispositivo Kiwi, con uno de silicona del mismo diámetro (5 cm) pero menor grosor y un delgado tubito flexible que sirve para el vacío, así como para la extracción fetal. Demostró que muestra alta eficiencia y seguridad para el parto asistido, en comparación con la ventosa metálica. 

Complicaciones en el bebé de usar ventosas en el parto

Aunque las tasas siguen siendo bajas, están descritas algunas complicaciones que pueden implicar las ventosas en el bebé y en la madre. Distocia de hombros, parálisis plexo braquial, parálisis fácil cefalohematoma, caput, abrasiones o lesiones en el cuero cabelludo, sangrado retiniano o ictericia son solo algunas de ellas.

Os vamos a explicar las dos más características, pues las otras, en ocasiones, son consecuencia de ellas. Son el cefalohematoma y el caput sucedaneum

Ambas lesiones a son producidas como consecuencia de una presión excesiva generada sobre la cabeza del bebé.

El caput es lo que se conoce como ‘tumor de parto’. Se evidencia mucho más con la utilización de las ventosas. Es un edema de las partes blandas de la cabeza con bordes mal definidos. A nivel de la piel aparece enrojecimiento o algún pequeño sangrado limitado. Aparece inmediatamente tras el parto y se suele resolver de forma espontánea en 24-48 horas.

- Getty Images/iStockphoto

El cefalohematoma ocurre más en profundidad, a nivel del periostio, una capa superficial del hueso. Está asociada a una pequeña fractura superficial de la zona. El tiempo que tarda en aparecer es mayor, hasta horas después del parto. La resolución también es más lenta, pudiendo ser de hasta 6-8 semanas.

Eso sí, hay que explicar que la mayoría de complicaciones presentadas tras la utilización de este instrumento son temporales y no presentan efectos a largo plazo.

Recomendamos en