Mi hijo lanza objetos y no hace caso cuando le regañamos: ¿cómo evitarlo?

Seguro que te puedes sentir algo identificado si hablamos de los niños y su increíble necesidad de lanzar objetos. Y es que, aunque no sepa lo que es la gravedad, sí que puede observar sus consecuencias, y eso es parte de su desarrollo.
Mi hijo lanza objetos y no hace caso cuando le regañamos: ¿cómo evitarlo?
Niño lanzando objetos - Cortesía de iStock.

La etapa entre el año y medio y los tres años es un periodo fascinante en el desarrollo de los niños. Durante este tiempo, es común observar que los pequeños tienen una tendencia natural a lanzar objetos.

Esta conducta, aunque puede ser un desafío para los padres, es una manifestación de su crecimiento y curiosidad. Los niños están descubriendo sus habilidades motoras y la relación entre causa y efecto. Comprender por qué ocurre esto y cómo manejarlo de manera efectiva es clave para guiar a nuestros hijos en su desarrollo.

¿Por qué los niños entre 1.5 y 3 años lanzan objetos?

Mi hijo lanza objetos y no hace caso cuando le regañamos
Niño lanzando objetos - Cortesía de iStock.

Entendiendo el desarrollo de la coordinación mano-ojo y motricidad fina

Durante los primeros años de vida, los niños experimentan un rápido desarrollo de sus habilidades motoras. La coordinación mano-ojo y la motricidad fina son aspectos cruciales que comienzan a afianzarse en esta etapa. Los niños descubren que pueden abrir y cerrar las manos con precisión, lo que les permite manipular objetos con mayor destreza. Lanzar cosas se convierte en una forma de practicar y perfeccionar estas habilidades, además de ser una actividad que les proporciona una retroalimentación inmediata sobre su entorno. Esta práctica les ayuda a entender cómo interactúan sus acciones con el mundo que los rodea.

¿Es normal que mi hijo de 2 años tire todo al suelo?

Es completamente normal que un niño de 2 años tire objetos al suelo. Esta conducta no solo es un reflejo de su desarrollo motor, sino también de su curiosidad natural. A través de estas acciones, los niños exploran conceptos como la gravedad y la resistencia de diferentes objetos. Además, el acto de lanzar y ver caer un objeto puede ser una fuente de diversión y aprendizaje para ellos. Lo importante es canalizar esta energía de manera positiva, ofreciendo alternativas seguras para que puedan seguir desarrollando sus habilidades sin causar daño o desorden innecesario.

Estrategias para manejar el lanzamiento de objetos

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Niña lanzando objetos - Cortesía de iStock.

Establecer límites claros y controlados

En lugar de recurrir al castigo, es más efectivo establecer límites claros y controlados sobre lo que se puede y no se puede lanzar. Los niños responden mejor a las reglas consistentes que a las reprimendas ocasionales. Es importante comunicar de manera calmada y firme qué objetos están prohibidos para lanzar y por qué. Al establecer estas normas, se debe ser constante y asegurarse de que todos en el entorno del niño las respeten. De esta manera, se crea un ambiente predecible que ayuda al niño a comprender y respetar los límites establecidos.

Identificar objetos permitidos para lanzar

Proporcionar a los niños objetos seguros para lanzar es una excelente manera de canalizar su energía de manera positiva. Las pelotas blandas son una opción ideal, ya que permiten practicar el lanzamiento sin riesgo de causar daño. Además, existen juegos diseñados específicamente para lanzar, como los que implican encestar o derribar cosas en un entorno controlado. Estos juegos no solo son seguros, sino que también fomentan la coordinación y el trabajo en equipo. Al ofrecer estas alternativas, se reduce la tentación de lanzar objetos inapropiados.

Actividades de lanzamiento controladas y seguras

Organizar actividades de lanzamiento controladas puede ser una forma efectiva de satisfacer el deseo de los niños de lanzar objetos. Juegos como el boliche infantil o el lanzamiento de aros pueden resultar muy atractivos para ellos. Estas actividades no solo son seguras, sino que también promueven el desarrollo de habilidades motoras y de coordinación. Al participar en estas actividades, los niños aprenden a seguir instrucciones y a respetar las reglas, lo que contribuye a su desarrollo social y emocional.

Enseñar a no lanzar con violencia: explicando consecuencias

Es crucial enseñar a los niños que lanzar objetos con violencia no es aceptable. Si un niño muestra la intención de hacer daño al lanzar algo, es importante intervenir de inmediato. Explicar de manera clara y sencilla las consecuencias de sus acciones puede ayudarles a entender por qué no deben hacerlo. Frases como "eso duele" o "no es seguro" pueden ser efectivas. Además, es importante ofrecer alternativas, como expresar sus emociones mediante palabras, para que aprendan a manejar sus frustraciones de manera constructiva. Os recomendamos leer esta guía completa sobre el comportamiento agresivo infantil con estrategias para padres.

Momentos de reflexión y control emocional

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Niño lanzando objetos - Cortesía de iStock.

¿Qué hacer si mi hijo lanza objetos con intención de hacer daño?

Si un niño lanza objetos con la intención de hacer daño, es fundamental abordar la situación con calma y firmeza. Retirar al niño del entorno donde ocurrió el incidente y darle un momento para reflexionar puede ser útil. Durante este tiempo, se le puede explicar por qué sus acciones fueron incorrectas y cómo puede expresar sus sentimientos de manera adecuada. Es importante reforzar que el comportamiento violento no es aceptable, pero también ofrecer apoyo y comprensión para ayudar al niño a desarrollar un mejor control emocional. Os recomendamos leer también este artículo donde una psiquiatra explica qué hacer si tu hijo lo tira todo al suelo constantemente.

Recoger objetos juntos para evitar que se sienta abrumado

Después de que un niño haya lanzado objetos, involucrarlo en la tarea de recogerlos puede ser una experiencia de aprendizaje positiva. En lugar de ordenar que lo haga solo, hacerlo juntos puede transformar la actividad en un juego o desafío. Esto no solo ayuda a aliviar cualquier sentimiento de abrumo que el niño pueda experimentar, sino que también le enseña responsabilidad y colaboración. Frases motivadoras como "¡A ver cuánto tiempo tardamos en recoger juntos!" pueden convertir la tarea en una actividad divertida y educativa.

Prevención del lanzamiento de objetos durante la comida

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Niño lanzando objetos - Cortesía de iStock.

Compartir la hora de la comida y supervisión constante

La hora de la comida puede ser un momento tentador para que los niños lancen objetos, especialmente si están aburridos o frustrados. Sentarse con ellos durante las comidas y supervisar de cerca puede prevenir este comportamiento. Además, compartir este tiempo con ellos no solo ayuda a evitar el lanzamiento de alimentos, sino que también ofrece una oportunidad para fomentar la comunicación y el vínculo familiar. Conversar sobre el día y mostrar interés en lo que el niño tiene que decir puede hacer que se sienta valorado y menos propenso a actuar de manera disruptiva.

El pediatra Pablo Ferrer asegura que es importante recalcar que "muchas veces los niños buscan la atención de los padres. Sería bueno en esos casos mostrar una nula atención cuando tienen un comportamiento de lanzar objetos y sin embargo, realizar un refuerzo positivo y prestar atención cuando no lo hacen: cuando cogen su alimento y se lo comen o cuando no lanzan los cubiertos o los platos. La cuestión sería hacer un refuerzo positivo de la buena conducta y una ausencia de atención cuando la conducta no es correcta".

Usar vajilla resistente y fomentar la comunicación

Para minimizar el riesgo de roturas y accidentes durante las comidas, es recomendable utilizar vajilla resistente, como platos de plástico o silicona diseñados para bebés. Esto no solo protege la vajilla, sino que también reduce el estrés de los padres ante posibles lanzamientos. Además, fomentar la comunicación durante las comidas puede ser muy beneficioso. Preguntar al niño sobre sus preferencias alimenticias o hablar sobre temas que le interesen puede mantener su atención y reducir la tentación de lanzar objetos. Al crear un ambiente positivo y comunicativo, se promueve un comportamiento más tranquilo y cooperativo.

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