El BOE, en el artículo 46 de la Ley 8/1980, de 10 de marzo, del Estatuto de los Trabajadores, cita que estos tendrán derecho a un periodo de excedencia no superior a tres años para atender al cuidado de cada hijo, tanto cuando lo sea por naturaleza como por adopción, a contar desde la fecha de nacimiento o adopción de este. Así lo explica Laia Casadevall en su libro Maternidad consciente, asegurando que "durante este periodo no se cobra, pero se computa antigüedad igualmente".
"Aunque este derecho se aplica a ambos progenitores, si los hay, la mayoría de las excedencias por cuidados las realizan las madres. Si la excedencia es inferior a un año, la empresa debe guardar nuestro puesto de trabajo. Si es superior, garantiza un puesto de la misma categoría profesional", informa Casadevall, enfermera graduada por la Universidad de Vic y matrona formada en el Reino Unido por la City University of London.
Maternar debería estar reconocido y recompensado
La experta sostiene que son infinitas las veces que hemos tenido que escuchar la famosa frase de "pero si tú no trabajas" refiriéndose a una madre que materna a sus hijos a tiempo completo. "Las que deciden criar a sus hijos sí trabajan, y no poco. Maternar 24 horas al día, sin descansos ni festivos, sin tregua ni espacio, es un trabajo de cuidados. Probablemente el más importante y con más responsabilidad que tendrás en tu vida", garantiza.
Experta en partos domiciliarios y especialista en lactancia materna, reconoce que en esta sociedad no es remunerado ni reconocido: "Pero a pesar de ello, hay mujeres que desean hacerlo, aunque no todas podrán elegirlo, porque desgraciadamente las políticas de conciliación en España son pésimas". Por eso, propone que esté reconocido y recompensado porque "de los cuidados en la primera infancia dependerá la salud emocional presente y futura de nuestras criaturas".
"Es un privilegio elegir, sí. Luchemos para que deje de serlo y se convierta en un derecho de todas. Reivindiquemos maternidades libres de verdad. Visibilicemos lo que queremos en voz alta. Que no nos silencien más", concluye.
Qué implica la excedencia
Según Casadevall, la excedencia implica aparcar un tiempo nuestra vida laboral para priorizar los cuidados y la crianza temprana de nuestro bebé. "Es una situación privilegiada que no todas las familias se pueden permitir y que además, significa renuncia y empobrecimiento. Pero te diré que si tienes la opción de pedir una excedencia y te apetece maternar a tu bebé, lo hagas con los ojos cerrados. El trabajo espera, la infancia de tus hijos no", reitera.
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