Si tienes hijos, es más que probable que no concibas el hecho de no quererles. Aunque la realidad es que esto, aunque no sea algo común, puede ocurrir. Lo primero es saber que puedes pedir ayuda profesional si tienes sentimientos que no sabes cómo gestionar: acude a tu médico de cabecera o a un psicólogo para gestionar cualquier emoción que afecte a tu vida diaria.
Existen padres y madres que no establecen un vínculo saludable con sus hijos, o que simplemente no saben cómo gestionar la crianza y eso les supera. No tiene por qué ser algo permanente, quizá solo sea una etapa fruto de una situación concreta, como una depresión posparto o un mal momento personal.
A continuación vamos a hablar sobre algunas posibles razones que pueden provocar la ausencia de amor transitoria de unos padres hacia sus hijos.
Imagen negativa de sí mismos
Hay padres que tienen una imagen negativa de sí mismos. No son capaces de quererse a sí mismos y por lo tanto, no pueden querer a los demás. Ni tampoco transmitir amor y ternura. Suelen proyectar sus sentimientos negativos a los demás.
Mal momento personal
Todos podemos pasar por baches que nos hagan estar mal emocional y anímicamente, y en esos momentos es difícil establecer un vínculo ni cuidar de otros o de uno mismo. Son situaciones pasajeras que acaban volviendo a la normalidad por sí solas (o ayuda profesional si es necesaria).

Inmadurez emocional
También existen padres que son inmaduros y piensan que sus hijos son una carga de dependencia no deseada. Creen que la responsabilidad es una amenaza e incluso son capaces de sentir resentimiento hacia su descendencia.
No aceptan el amor
Si estos padres fueron lastimados emocionalmente siendo niños y no recibieron amor, tendrán problemas para aceptar el amor de sus pequeños. Ante el dolor emocional que les provoca, los padres se distanciarán inconscientemente de sus hijos porque no son capaces de cortar el patrón tóxico.
Traumas no resueltos de los padres
Hay padres que tienen traumas en sus vidas y no son capaces de conectar emocionalmente con sus hijos. Pueden rechazarles o compensar en exceso por esos traumas.
Ansiedad a la muerte
Hay padres que rechazan a sus hijos porque les recuerda que el tiempo pasa y que envejecen con el paso de los años. Esto les hace sentir gran ansiedad por la muerte.
Si tienes cualquier emoción negativa, hay que pedir ayuda profesional. Se puede comentar con el médico de cabecera lo que está pasando o acudir a un psicólogo. Esta artículo solo recopila algunas teorías sobre por qué puede costar establecer un vínculo saludable con un hijo, pero siempre debe ser un profesional médico el que reconduzca la situación.