¿Sabes hasta qué punto el comportamiento de tus hijos está determinado por tu genética? Hay estudios que avalan que en la conducta de los niños influyen, de forma indirecta, determinados genes paternos o maternos,
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Utah revela que el ADN de cada progenitor repercute, de manera significativa, en las hormonas y otros componentes químicos que actúan en el estado de ánimo, así como en el comportamiento.
Al mando de esta investigación se encuentra el profesor de Neurobiología de la mencionada universidad Christopher Gregg que explica que el estudio, realizado con ratones, descubrió que hay células del cerebro que dependen exclusivamente de los genes maternos y que en otros órganos, sin embargo, son los genes paternos los que se activan.
En el experimento, los investigadores analizaron un gen que recibe el nombre de "dopa descarboxilasa", cuya función es producir dopamina, serotonina y noradrenalina, moléculas que impactan en el estado de ánimo. Tanto el gen del padre como de la madre se reproduce en el cerebro de los hijos, aunque parece ser que, según este estudio, hay cierta preferencia del cerebro por la copia del gen materno.

Sin embargo, aunque diversos estudios como el llevado a cabo por la Universidad de Utah confirman que la genética de los padres influye en el comportamiento de los hijos, no son sólo los genes los que influyen en la formación de su personalidad y su conducta.
Como afirma la genetista y psicóloga del comportamiento, Danielle Dick,en el libro, “El código del niño”, la tendencia de un hijo a la ansiedad, o a cualquier otro comportamiento, será el producto de las variantes que porte de los miles de genes que influyen en esa conducta: “Ciertas variantes genéticas aumentan el riesgo, mientras que otras lo disminuyen, por lo que su tendencia natural con relación a cada dimensión de la conducta será la suma de todos los genes de riesgo o protección que porte y que influyan en ella”, sostiene Dick.
Sin embargo, la misma psicóloga aclara que no es sólo la genética la responsable de la formación del carácter, sino que es la mezcla de la genética y del ambiente en el que se desarrolla el niño la que va a repercutir en su conducta, lo cual es interesante para saber por qué aparecen los problemas de conducta y cómo se pueden reconducir.

De la misma opinión es la psicóloga infantojuvenil, Mariana Capurro, (@permiso para educar) que asegura que “hay comportamientos que pueden tener una base genética, pero esto no significa que se vayan a manifestar obligatoriamente, sino que también el entorno va a tener una importante influencia en ellos”.
Por tanto, Capurro explica que los comportamientos que vienen determinados por el componente genético siempre son susceptibles de ser cambiados si se ponen en marcha las herramientas adecuadas. Por ejemplo, las investigaciones han demostrado que el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad) está determinado por factores genéticos y hereditarios pero también por los ambientales.
En definitiva, los estudios realizados sobre el tema y los psicólogos especializados coinciden a la hora de afirmar que aunque la conducta de los niños tiene una influencia genética, ésta se desarrolla y construye también en función de su entorno. Es decir, la suma de los factores genéticos, las condiciones ambientales, las experiencias vitales y la forma en la que procesa la información un niño dará como resultado la formación de su comportamiento. “Si el pequeño crece en un ambiente que le acompaña con amor y respeto, que le guía, le educa y le contiene de la manera manera, seguramente desarrolle una personalidad con todas esas características que le han brindado sus cuidadores”, apunta la psicóloga infantil.
TAMBIÉN LEE: