¿Cuántas veces hemos hecho referencia a que la vida después de la paternidad o la maternidad es totalmente diferente a la que se conocía hasta ese momento? Tener un hijo lleva consigo muchos cambios, mucho esfuerzo y, sobre todo, una mentalidad muy fuerte que permita saber toda la responsabilidad que tendrá a partir de ese momento.
Las mamás y papás que tenemos a nuestro alrededor, normalmente nos adelantan algunos de los cambios que trae consigo la paternidad. Pero, algunos son tan increíbles que nos cuesta asentarlos en nuestra cabeza y pensar que algún día puedan ser realidad.
Nadie se cree que después de tener un bebé pueda cambiar la vida en pareja, nadie comprende todos los cambios que sufre el cuerpo en el posparto o lo extremadamente difícil que es llevar a cabo la lactancia y no morir en el intento.
Por ello, Gylisa Jane, una mamá de una niña de un año y medio, ha decidido compartir en su página de Facebook un texto con el que pretende que todas las madres tomen conciencia y, además, demostrarlas que no están solas en ese proceso, que todas hemos pasado por lo mismo y que, aunque estos cambios puedan afectar a nuestra vida, no dejan de ser pasajeros.
En el texto deja claro que, aunque las galletas y el té se conviertan en los mayores compañeros del día a día, las rabietas del pequeño a veces se hagan insoportables o que el cuerpo no volverá a ser el mismo, es cierto que después de discutir con la pareja, ver jugar al pequeño hace que todo lo malo se pase.
Decidió ilustrar el texto con una imagen de ella depilándose las piernas y su pequeño en medio para dejar claro que “nunca volverá a estar sola”.
Su texto, titulado, “Las cosas que nadie me dijo” se ha compartido más de 65 mil veces en Facebook, quedándonos claro que ha llegado a hacer compañía a muchas mamás que han podido pensar, en algún momento, que la maternidad es algo muy complicado.
1559952930698570En el mismo hace referencia a problemas muy comunes para todas las mamás y los papás. “Nadie me dijo que los puntos en la vagina pueden doler más que dar a luz”, “nadie me dijo que los efectos secundarios del embarazo duran años” o que “un bebé puede hacer odiar a tu marido en algunas ocasiones”.
Sin embargo, también admite que “esos sentimientos no duran para siempre. Que a veces quieres huir pero que todo mejora”.
Además, admite que echa de menos a su pequeño incluso cuando duerme la siesta.
"Ha habido innumerables momentos durante mi primer año de maternidad en los que he pensado '¡por qué nadie me ha hablado de esto...!' Las consultas con la matrona deberían ser cosas del pasado. No te enseñan nada que no puedas ver en vídeos, en posts de Facebook o en una clase de educación sexual.
Por ejemplo, nadie me dijo que puedes admitir que no quieres a tu bebé cuando está haciendo fuerza contra ti estando dentro de tu barriga. Está bien, sentí lo mismo cuando vi la placenta en aquella taza y no, no quería abrazarla.
Nadie me dijo que los puntos en la vagina pueden ser realmente dolorosos (más que dar a luz a un bebé de siete kilos).
Nadie me dijo que la lactancia duele. Cualquiera que diga lo contrario, está mintiendo. Que haya dolor es una señal de que tu pezón está siendo absorbido. Comenzar a hacerlo bien puede llevar una o dos semanas pero, te juro que se puede. Luego tu pareja puede tomarte fotos lindas sonriendo con tu bebé, en lugar de mostrar algunas en las que sales apretando los dientes de dolor. Nadie me dijo que todo el mundo podría opinar sobre mi bebé (cómo lo visto, el nombre, cómo come, por qué le pongo rock, si no lo cuidas 24/7 serás una madre de mierda, será un malcriado…) y así.
Nadie me dijo que nunca volvería a estar sola. Esto incluye ir al baño, ducharse y afeitarse. Especialmente cuando se hacen mayores y les parece muy interesante afeitarte el trasero dejándote una cicatriz de por vida.
Nadie me dijo que, una vez que consigues estar solo, les extrañas hasta cuando duermen porque son muy lindos. Oh Dios, ¿sus ojos se están abriendo? ¡Corre ahora!
Nadie me dijo que los efectos secundarios del embarazo duran años… así que, podríamos decir que estás embarazada durante dos años. Como un elefante (así de gorda me siento ahora).
Nadie me dijo que comer galletas y beber té se convertiría en una dieta saludable. Porque no lo es, pero te hacen pasar el día así, así que da igual.
Nadie me dijo que tener un bebé podría hacerme odiar a veces a mi marido. Que, en ocasiones, preferiría un abrazo con nuestro bebé. Que se sentiría injusto. Pero, además, nadie me dijo que verlo tocar/ abrazar/ mirar a nuestro bebé después de reñir con él, me haría sentir plena de felicidad.
Nadie me dijo que, a pesar de no saber hacer nada de esto, los instintos te hacen aprender, que todo el mundo improvisa. Algunas personas hacen que parezca más fácil. Mirar cómo otras personas hacen las cosas no debería cuestionar mi forma de hacerlas.
Nadie me dijo que te sentirías solo después de tener al bebé. Nadie me lo dijo así que sentí que no podía decirle a nadie que me sentía así, hasta que un día decidí compartir mis palabras con miles de personas. Y todos lo habéis admitido también. Y entonces, todos me dijisteis que esos sentimientos no duran para siempre. Que a veces vuelven y quieres huir, pero todos y cada uno de todos, van a mejor. Se vuelve todo más fácil. Todo pasa volando y vale la pena.
Y no es para siempre.”