Diccionario de la curiosidad: Balbucear. ¡Esas pequeñas charlas de cuna son el principio de todo!

¿Cuáles son las fases y tipos de balbuceo? Sabemos que es una de las primeras formas de comunicación de los bebés, pero no se limita solo al uso de la voz, sino también lo hacen con las manos. Conocemos su significado y algunas curiosidades.
El balbuceo es una forma en que los bebés exploran los sonidos y aprenden a controlar los músculos necesarios para hablar. / Fuente: Gemini

Hay instantes en la crianza que se graban a fuego en nuestra memoria, ¿verdad? Esa primera sonrisa, ese agarre diminuto a nuestro dedo… Y luego llega ese murmullo, a veces repetitivo: el balbuceo, el pilar del lenguaje humano y un reflejo temprano de cómo cuerpo y mente empiezan a trabajar.

Aunque al principio parezcan sonidos al azar, ¡no lo es tanto! Los bebés tienden a balbucear los sonidos que más escuchan en casa. ¿Y de dónde viene esta palabra?

Origen y significado

La palabra “balbucear” proviene del latín balbutiare, que a su vez deriva de balbus, que significa “tartamudo” o “que habla con dificultad”. Curiosamente, esta raíz onomatopéyica imitaba los sonidos entrecortados y poco claros que caracterizan los primeros intentos del ser humano por hablar.

Según el Diccionario de la Real Academia Española, balbucear significa:

“Hablar o leer con pronunciación dificultosa, tarda y vacilante, trastocando a veces las letras o las sílabas”.

Pero, ¿cuándo se producen los primeros balbuceos del bebé? En el contexto del desarrollo infantil, “babucear” se refiere a la etapa prelingüística donde el bebé, en los primeros seis meses, comienza a producir secuencias repetitivas de consonantes y vocales, como “bababa”, “mamama” o “dadada”. A medida que se desarrollan, estos sonidos comienzan a ser más complejos y el bebé asocial algunos objetos o personas, aunque sin un vínculo directo de significado.

¿Cuáles son las fases del balbuceo? Decodificación de los diferentes tipos

Hay diferentes formas o tipos de balbuceo que se identifican en el desarrollo temprano del lenguaje. En los dos primeros meses, el bebé se comunica principalmente a través del llanto. Entre los dos y cuatro primeros meses aparecen también los primeros sonidos que no son llanto, como las vocalizaciones suaves, que son consideradas como una exploración vocal temprana y a menudo descritas como arrullos o gorjeos. Suelen ser sonidos vocálicos o combinaciones de vocal+consonante gutural (como “agu” y “ajo”).

Entre los cuatro y seis meses, el bebé experimenta con una gama más amplia de sonidos. Por ejemplo, puede producir vocales más largas, variar el tono y el volumen, e incluso hacer sonidos que se asemeja a consonantes (pero no en sílabas repetidas). A partir de los seis meses en adelante, aparece el “verdadero” balbuceo. El bebé comienza a repetir sílabas de consonante-vocal de forma continua: “bababa” o “mamama”. Más adelante, y solapándose con la etapa anterior, el balbuceo se vuelve más complejo y entre los 9 y 18 meses el bebé combina diferentes consonantes y vocales en secuencias, conocido como balbuceo no reduplicativo. Esta es una etapa en la que el bebé ensayaría cómo sería hablar en su idioma, crear como una especie de “jerga” o lenguaje propio, sin que sea aún un lenguaje con un significado convencional.

Los bebés están experimentando con los sonidos, la melodía y el ritmo del lenguaje que escuchan a su alrededor, pero aún no tienen el vocabulario para formar frases con significado. / Fuente: Gemini

Algunas curiosidades sobre el balbuceo

El balbuceo como juego: A medida que los bebés descubren un mundo de sonidos, sus balbuceos se convierten en mucho más que simples intentos de comunicarse. Para ellos, es también una forma de jugar y explorar con su propia voz. Se divierten repitiendo sílabas, experimentando con los con los tonos y, lo más importante, disfrutan enormemente de la interacción que generan con quienes los rodean. En otras palabras, se fortalece el vínculo afectivo entre el bebé y sus seres queridos.

Acento temprano: Estudio llevado a cabo por investigadores de Francia y Alemania revelan que los bebés apenas de seis meses está sincronizando los sonidos del idioma. El bebé comienza a adquirir características fonéticas de la lengua materna.

El ritmo cardiaco: Un estudio reciente reveló una conexión fascinante entre la frecuencia cardíaca del bebé y sus vocalizaciones. Los bebés tienden a vocalizar más durante los picos y descensos de su ritmo cardíaco.

Las crías de murciélago balbucean como bebés: La respuesta corta es sí, al igual que los bebés humanos, las crías de murciélago también pasan por una etapa de vocalizaciones tempranas que se asemejan al balbuceo. Sin embargo, no es idéntico al balbuceo humano, sus sistemas de comunicación y las funciones de sus vocalizaciones son muy diferentes.

¿Cuántas palabras se dice a cada edad?

Una pregunta común entre padres puede ser la cantidad de palabras que dicen sus hijos, pero la respuesta no es una cifra exacta. Sin embargo, hay algunas pautas generales que pueden observarse en el proceso de adquisición del lenguaje.

12 meses (1 año): Entre 1 y 3 palabras, como “mamá” y “papá” o palabras muy simples que puede llegar a comprender. Normalmente el niño tiene entre 1 y 5 palabras en su vocabulario.

18 meses (1 año y medio): A esta edad, el niño empieza a tener entre 20 y 50 palabras. Las primeras frases de dos palabras pueden aparecer, como “papá coche” o “más agua”.

2 años: El niño tiene alrededor de 200 palabras y puede formar frases de dos a tres palabras. A esta edad, el vocabulario sigue creciendo rápidamente y se puede notar que el niño imita los patrones del lenguaje de los adultos.

3 años:  Alrededor de los 3 años, el niño suele tener unas 1.000 palabras. Ya es capaz de mantener conversaciones sencillas, usar frases completas y comprender conceptos más complejos. Además puede empezar a jugar con las rimas y a disfrutar de canciones o cuentos.

Entre los 3 y 4 primeros meses, comienzan a aparecer los primeros balbuceos. Inicialmente, pueden ser sonidos sencillos de una sílaba como "ba", "da", "ma". También pueden reír y hacer otros sonidos para expresar alegría. / Fuente: Gemini

El balbuceo gestual

Al igual que el balbuceo vocal, que es la repetición de sonidos o sílabas, el balbuceo gestual implica una forma de comunicación prelingüística, es decir, el niño aún no está usando palabras, pero está experimentando con los gestos y las señales que son fundamentales para la comunicación. Por ejemplo, un bebé puede levantar los brazos para que lo levanten o extender las manos para pedir un objeto o el biberón. En familias sordas, el balbuceo gestual adquiere una importancia aún mayor, ya que en estas familias los bebés crecen expuestos a un lenguaje de señas desde el principio, en lugar del lenguaje hablado.

Los bebés comienzan a comunicarse a través de gestos mucho antes de decir sus primeras palabras. / Fuente: Gemini

Cómo estimular el habla del bebé

El desarrollo en los primeros años de vida es uno de los hitos más emocionantes y significativos en la crianza. Como padres, la influencia en este proceso es crucial, ya que las interacciones diarias con los hijos son la base sobre la que se construirá su capacidad de comunicación. Aunque cada bebé avanza a su propio ritmo, hay prácticas y estrategias que pueden acelerar este proceso de manera natural, sin presión ni expectativas.

Hablarle constantemente desde el principio: Desde el momento en que nacen, los bebés están inmersos en un mundo lleno de sonidos y palabras. Hablarles regularmente, incluso cuando todavía no entienden el significado de las palabras, les ayuda a familiarizarse con los sonidos del habla y con las estructuras básicas del lenguaje. Por ejemplo, describir en voz alta lo que estamos haciendo, nombrar objetos y describir emociones son formas sencillas de contribuir a su desarrollo verbal.


Responder a sus balbuceos: Incluso si aún no son palabras claras, es fundamental para que el bebé entienda que la comunicación es un proceso bidireccional. Es recomendable imitar sus sonidos y, poco a poco, enriquecerlos con palabras sencillas que refuercen el significado de lo que está intentando expresar.

La importancia de la lectura temprana: Aunque el bebé no pueda entender las palabras, escuchar historias, rimas y canciones le proporciona una rica estimulación auditiva. Elige libros con ilustraciones coloridas y texto simple, y utiliza diferentes tonos de voz para mantener su atención. Te recomendamos 10 cuentos cortos infantiles para educar y divertir.

Introducir gestos y señales: Las primeras señales gestuales adquieren mucha importancia. De hecho, el uso de señas básicas como “más”, “agua” o “comer” puede ser una excelente forma de enriquecer el repertorio comunicativo del bebé.

Evitar la corrección excesiva: Aunque es tentador corregir cada error que comete al intentar hablar, es importante no enfocarse en corregir de manera rigurosa en las primeras etapas. Lo ideal es modelar el lenguaje de forma natural. Si el bebé dice “ba” en lugar de “agua”, puedes repetir la palabra correctamente, sin mostrar desagrado ni frustración.

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