Cuando una mujer se convierte en madre su vida, sus prioridades y su día a día cambian. Hay emociones y sentimientos que sobrepasan, abruman y que, en muchas ocasiones, son difíciles de explicar con palabras. La maternidad y las experiencias y vivencias que aporta son muy bonitas, pero también es dura y tiene momentos muy complicados, esa es una realidad y no hay que dejar de contarla, ya que no hacerlo favorece una visión idealizada y poco realista de la maternidad.
A nivel emocional, ser madre es un torbellino de sentimientos y experiencias, un alud de sensaciones, una realidad intensa y arrolladora. Son muchas las mamás que se sorprenden dándose cuenta de que situaciones o vivencias que antes no les despertaban una respuesta emocional intensa, ahora sí lo hacen y se descubren a sí mismas experimentando emociones y sensaciones ante determinadas situaciones o hitos evolutivos de sus hijos que hacen florecen sentimientos muy profundos y es una emoción tan intensa que no se puede explicar con palabras. Esto también es parte de la maternidad.
La primera vez que escuchamos a nuestro hijo o hija decir mamá y, en general sus primeras veces en todo, el calor de su manita entre la nuestra, el primer día de colegio y el momento de ver cómo se aleja para entrar en el aula, un abrazo, sus primeras lágrimas de frustración o de pena, el momento en el que nos damos cuenta de que se está haciendo mayor…son muchos los momentos y las situaciones que provocan tal emoción en las madres que las palabras se olvidan y no se puede explicar.
Y no son solo las experiencias que tienen que ver directamente con los hijos las que provocan este torrente emocional, también es muy frecuente darse cuenta de que la reacción, tras ser madre, ante determinadas noticias, ante películas que tengan a niños como protagonistas, ante historias de otras mujeres que han sido madres, ante libros, etc. es diferente y mucho más intensa tras ser madre. La empatía y la capacidad de conectar y de identificarse con ciertas vivencias que resultan cercanas es mayor. Vamos a repasar algunas de esas situaciones y momentos que provocan una emoción desbordante.
La primera vez que dice mamá
No se puede explicar con palabras, lo ha dicho: MA-MA y ahí está la mamá sin poder contener la emoción, la alegría e incluso las lágrimas. Un momento, que sin duda, se quedará guardado en su recuerdo.

Un abrazo
El abrazo de un hijo reconforta, emociona y deja sin palabras porque transmite amor, cariño, paz, agradecimiento…transmite tantas cosas que hay pocas palabras para expresar todos esos sentimientos.

Ver recuerdos de cuando eran más pequeños
El tiempo pasa rápido y la infancia es fugaz y, para una mamá, ver recuerdos de cuando su hijo era pequeño y volver la mente a aquellos momentos produce nostalgia, pero también emoción ante el camino recorrido.

Su risa
La felicidad de los hijos hace felices a los padres. Hay pocos sonidos más maravillosos que la risa de un niño y, para mamá, cuando esa risa es de su peque faltan las palabras para expresar la emoción.

Ver a otras mujeres embarazadas
Para muchas mamás, ver a una embarazada provoca emoción y hace recordar todos los sentimientos sentidos durante el propio embarazo. Esto genera emoción y también un gran sentimiento de sororidad.

Las historias, películas y libros sobre niños
Cuando una mujer es madre, siente una gran empatía, conexión y emoción ante historias en las que los niños son protagonistas. Además, ver una película o leer un libro en el que se hable de la relación entre padres e hijos puede provocar unas emociones difíciles de explicar, porque se produce una identificación y se siente más cercanía.

Las primeras veces
Antes hemos hablado de la primera vez que dice mamá, pero, en general, ante las primeras veces la emoción de una mamá es muy intensa: la primera vez que van al cole, la primera vez que dice te quiero, los primeros pasos…las primeras veces asociadas a los hitos evolutivos y del desarrollo provocan gran emoción.

El calor de sus manitas
Cuando el peque coge la mano de mamá porque lo necesita, porque se siente seguro de esa manera, la emoción para mamá es muy grande. Es un sentimiento de unión y de conexión único.

Sus dibujos y regalos
Cuando un niño ofrece a mamá lleno de ilusión un dibujo que ha hecho para ella o esa flor que ha cogido en el parque, la emoción, la alegría y la gratitud de mamá es difícil de explicar con palabras.

Las experiencias de otras mamás
Para una mujer que ha sido madre, escuchar la experiencia de otra mamá en su maternidad puede ser algo muy emocionante porque se puede sentir identificada y puede ponerse en la piel de esta ante el sufrimiento, las dificultades, los logros o la alegría tal y como si fueran propios.
