Tener un parto bajo el agua es una técnica de expulsivo natural que consiste en tener a nuestro bebé en una bañera/piscina con agua tibia (misma temperatura que el líquido amniótico).
Según la Asociación Española de Pediatría, “la atención del trabajo de parto en el agua como alternativa a la técnica tradicional es una práctica que se ha incrementado en muchos países. Se ha constatado que es un método eficaz para disminuir el dolor y acortar el tiempo de dilatación”.
¿Cómo se realiza el parto en el agua?

Tenemos que elegir lo primero un centro que realice este tipo de partos ya sea en casa o en un hospital.
Se llena la bañera a una temperatura de 37 grados aproximadamente y la mujer se sumerge una vez haya dilatado al menos unos 5-6 cm para no disminuir las contracciones de parto.
La bañera tiene diferentes escalones para que la parturienta pueda cambiar de posición según necesite y se sienta más cómoda.
El agua cálida facilita la salida del bebé. Por eso, generalmente, los médicos no tienen necesidad de acelerar los pujos maternos. Tampoco suele hacer falta realizar ninguna maniobra sobre el perineo para expandir el canal de parto.
Una vez que ha nacido el bebé, tranquilamente se sacará a la superficie al bebé poniéndolo piel con piel con la madre sin volver a sumergir la cabeza.
El alumbramiento (expulsión de la placenta) se puede realizar en la bañera y si tarda mucho se saldrá a la cama para realizar una revisión. El cordón umbilical se cortará una vez deje de latir.
El personal sanitario realizará el Test de APGAR mientras el bebé está piel con piel para evaluar la adaptación extrauterina del recién nacido.
¿Qué beneficios tiene el parto en el agua?
Los principales beneficios del parto bajo el agua son:
1. El agua tibia alivia el dolor
Para el nacimiento de un bebé, la temperatura del agua debe rondar los 37 grados centígrados, lo que genera una sensación agradable y placentera que alivia los dolores, según la guía de Parto y Nacimiento del Ministerio de Sanidad de España.
La inmersión en el agua favorece la relajación de la mujer, creando una percepción psicológica de intimidad y comodidad que hace que generemos más oxitocina y el proceso sea más llevadero.
Además, los bebés nacen con un reflejo de inmersión que se mantiene hasta los seis meses, lo que hace que bloqueen su respiración automáticamente al sumergirse bajo el agua hasta que son sacados a la superficie donde comienzan a utilizar los pulmones.
2. Favorece la circulación sanguínea
Favorecer la circulación sanguínea mejora la oxigenación de los músculos uterinos y en consecuencia hace que el bebé reciba más oxígeno.
3. El periné se expande
El agua ayuda a que el perineo se expanda. De este modo, se reducen las probabilidades de desgarro y de necesitar una episiotomía.

4. Una dilatación más rápida
Debido a la relajación que siente la mujer y a su aumento de la oxitocina, esto hace que la dilatación ocurra de una manera más rápida. Todo ello favorece el trabajo de parto y disminuyen los riesgos de posibles complicaciones.
5. Bienestar fetal
El parto en el agua genera una experiencia más serena y todo ello se transmite al bebé en el momento del parto y el postparto.
La temperatura al ser la misma que el líquido amniótico hace que la adaptación al medio extrauterino sea más tranquila y de la manera más natural posible. Es por ello que suelen nacer bebés tranquilos, respirando con normalidad, pero con un nivel de estrés muy reducido.
¿Qué desventajas tiene el parto en el agua?
1. Infecciones
Es importante mantener el agua lo más limpia posible y cambiarla con frecuencia para evitar mayores complicaciones tales como las infecciones.
2. Disminuye el ritmo del parto
Como hemos mencionado anteriormente, la parturienta no accederá a la piscina antes de los 5-6 centímetros para no reducir el ritmo de las contracciones.
3. Deshidratación
La madre debe beber a menudo para evitar sufrir un cuadro de deshidratación por estar mucho tiempo inmersa en agua tibia.
4. Fatiga
Si no tenemos bañeras con respaldo o asas donde agarrarnos aumenta el esfuerzo físico al o poder reposar el cuerpo de manera correcta. Es por ello que es importante tener una bañera adecuada para el parto.
5. Complicaciones médicas
Si ocurre alguna complicación durante el proceso, la mujer deberá ser retirada del agua para recibir inmediata atención médica. El nacimiento de un niño no siempre sale como se espera. En ocasiones, es necesario realizar una cesárea en el último momento o alguna otra intervención quirúrgica.
Lo más importante del parto en el agua es siempre seguir los protocolos basados en la evidencia científica y sólo optar por este tipo de nacimiento si cumplimos con los requisitos médicos adecuados descartando aquellos que no lo cumplan como, por ejemplo: • Cuando no se ha realizado un control médico durante la gestación:
- Si la madre ha tenido una cesárea previa o existen riesgos de sangrado extremo posparto.
- En los casos de parto gemelar o inducido.
- Si la mamá sufre de cardiopatías, rotura uterina o diabetes.
- Cuando existe una malformación fetal o se detecta una enfermedad respiratoria durante el control prenatal.