Sentimientos encontrados como la ilusión, el miedo, la incertidumbre, la alegría, las ganas y las dudas sobrevuelan por la cabeza de una mujer a lo largo de todo el embarazo. Las emociones están a flor de piel durante los nueve meses que dura este apasionante viaje y más cuando se va acercando el final del trayecto. Por eso es muy importante mantener la calma y prepararse bien para todo lo que está por llegar, incluido el momento de dar a luz.

El parto es una experiencia que te lleva al límite física y psicológicamente. Además, tal y como aseguran los expertos, el desarrollo del parto y la percepción que tú tengas de él influirá también en el posparto. De ahí que sean igual de necesarios los preparativos tanto si estás esperando tu primer hijo como si ya has tenido una primera experiencia que no fue como esperabas porque, si es este tu caso, es muy probable que vayas incluso con más miedo a lo que pueda pasar en esta segunda ocasión.
¿Hay que prepararse de cara al parto?

Lo primero que debes hacer es informarte bien sobre todo el proceso. Ten claro cuáles son los síntomas que indican que estás de parto, qué pasos hay que seguir cuando este se desencadena, cómo se puede organizar un plan de parto, qué opciones existen, cuánto puede durar... en este sentido, lo mejor es ponerse en mano de los ginecólogos y las matronas que son quienes te ayudarán a solventar cualquier duda. Además, es recomendable acudir a clases de preparación al parto en las que aprenderás, entre otras cosas, técnicas para mantener la calma y llevar mejor el dolor llegado el momento.
Mantenerse activa físicamente es también muy recomendable en esta etapa, por supuesto siempre y cuando los médicos no indiquen lo contrario. Hacer ejercicios suaves y sin impacto ayudarán a tu cuerpo y a tu mente a encontrarse mucho mejor en la última etapa e incluso en el parto. Aquí hay que hacer especial hincapié en el suelo pélvico y, por tanto, para el cual hay seguir técnicas como los ejercicios de kegel para trabajarlo antes y después de que nazca el bebé.
No te olvides de priorizar llevar una alimentación saludable. Este punto hay que tenerlo en cuenta siempre, más aún durante el embarazo. Hidratarse correctamente, moderar el consumo de sal, evitar los ultraprocesados, las grasas y los azúcares y aumentar el consumo de frutas y verduras es primordial para cubrir las necesidades que tiene tu organismo en esta etapa de vitaminas y minerales.
En este sentido, hay que incidir en la importancia de tomar ácido fólico todos los días durante los nueves meses de la gestación para incrementar el nivel de folato materno, cuyos requerimientos diarios en las mujeres pasan de entre 50 y 100 μg/día a 800-1000 μg/día durante el embarazo.