En primavera, son muchos los colegios que incluyen como actividad especial una visita a una granja escuela. Algunos lo hacen solo en primaria, pero cada vez son más los que se animan a incorporar la iniciativa en los cursos del segundo ciclo de educación infantil (3-5 años). Pueden hacerlo con visitas de día o bien planificando pasar alguna noche fuera, incluso en el caso de los más pequeños.
La actividad suele convencer a las familias, que solamente dudan cuando esta incluye que sus hijos e hijas duerman fuera de casa. La duda a como lo llevarán, sobre todo si son todavía muy pequeños, está ahí, pero los coles insisten en los múltiples beneficios que una visita como esta, a una granja escuela, tiene. Los más importantes son los siguientes:
Cohesión del grupo
Para la clase es una actividad inmejorable para pasar mucho tiempo juntos. Si el grupo está unido, les sirve como “premio” para afianzar más si cabe la cohesión que demuestran los peques, y si por el contrario no es un grupo superunido, en un contexto como el de la granja escuela, en el que además tienen que convivir más horas que en el cole, el personal docente puede potenciar ese vínculo que presenta algunas grietas.
Autonomía
Potenciar la autonomía es uno de los objetivos principales de los primeros años escolares, tanto en educación infantil como en el inicio de primaria. Y pocas actividades más eficaces en este sentido que una excursión a una granja escuela pasando la noche fuera de casa. Sí o sí tendrán que trabajar la autonomía en distintos ámbitos rutinarios. Desde la higiene hasta el sueño.
Habilidades sociales
Al salir de entornos cercanos y cotidianos, conocidos, se pueden trabajar las habilidades sociales de diferente manera. Y si este nuevo espacio es un lugar en el que es esencial el trabajo en equipo y la buena convivencia para que la vida en la granja siga adelante de la mejor manera posible, lo habitual es que las habilidades sociales se ven muy beneficiadas en una actividad así.
Salud
Es indiscutible, y así lo afirma la evidencia científica y también los expertos en salud mental, que los entornos naturales son sinónimo de salud. Este es uno de los grandes beneficios de que los peques puedan entrar en contacto directo con la naturaleza en una granja escuela.
Educación ambiental
Otro de los beneficios indiscutibles de visitar una granja escuela es el aspecto medioambiental. Se pueden planificar actividades enfocadas al cuidado del medioambiente y a través de la experiencia y descubrimiento que supone para los niños una excursión así, también asimilarán y tendrán mejor conceptos esenciales de la educación ambiental. El cuidado de los animales, la producción sostenible, la gestión de residuos y materias primas, la importancia del reciclaje…
Descubrimiento
La granja escuela es un aula de aprendizaje y descubrimiento a través de las experiencias en primera persona y de la observación. El aprendizaje por descubrimiento se desarrolla en toda su extensión en un entorno así, y más teniendo en cuenta que suele ser desconocido para la mayoría de peques. En una granja escuela podrán aportar luz a vacíos que todavía tienen en su cabeza, a dudas esenciales a los que no son capaces de dar sentido porque nunca han visto cómo se hace. Por ejemplo, el origen de la leche o cómo son las verduras antes de que las compren en la frutería.
Nuevos aprendizajes
Además de las experiencias, podrán acercarse a profesiones alejadas para ellos en el ámbito urbano, como por ejemplo, todo lo que tiene que ver con la agricultura y la jardinería, además de la ganadería.
Motivación escolar
Se puede acudir a una granja escuela fuera del horario escolar, pero hacerlo como parte de la vida en el centro escolar es una manera de vincular el cole a actividades divertidas y motivadoras.