Si tu hijo pequeño siempre juega solo, puede que te preguntes si es debido a que es muy independiente o si por el contrario es que tiene problemas para relacionarse… Si es un tema que te preocupa, veamos algunos puntos que quizá resuelvan tus dudas.
Antes de nada, debemos entender que, para un niño, jugar solo es perfectamente normal. Eso sí, hay que tener en cuenta algunos factores determinantes:
- La edad del peque. Durante los primeros añitos de vida es común que los niños se enfrasquen en sus mundos mientras juegan solitos y que se dediquen a explorar su entorno. No obstante, en torno a los tres o cuatro años, comienza a desarrollarse la socialización por lo que seguramente un niño comience a sentir más interés por relacionarse con otros.
- La personalidad. También hay que considerar la personalidad de cada peque, hay niños que son mucho más autónomos e independientes y prefieren jugar a su gusto, e incluso otros que pueden ser muy tímidos y no tan sociables y extrovertidos.
- El tipo de crianza. La forma en la que educamos a un pequeño influye mucho es su personalidad y por tanto en la forma en la que socializa. Recuerda que cada niño es un mundo y que cada uno tiene sus propios ritmos.
¿Cuándo es preocupante?
Ahora que sabes que hay algunos factores que debes tener en cuenta, en principio no deberías preocuparte, pues puede haber otras circunstancias que le hacen actuar así: puede que se trate de una fase, puede que aún le falte ganar algo de confianza con otros niños, puede que aún tenga que desarrollar un poquito sus habilidades sociales o que incluso tenga que ver con sus propias preferencias.
No obstante, sí que deberías prestar atención a su comportamiento si percibes que se intenta aislar, que siempre se niega a interactuar con otros peques o que intenta evitar situaciones sociales como el recreo o celebraciones de cumpleaños, por ejemplo. En ese caso, lo mejor es consultarlo con un especialista en el tema.
Otro aspecto que debes observar es si muestra alguna conducta negativa o violenta. En este caso también es recomendable buscar ayuda profesional, como a un psicólogo infantil.
Puntos positivos de jugar solo
Si como decíamos antes el caso de tu hijo es cuestión de preferencias porque prefiere “ir a su aire” es mejor que no lo veamos como algo perjudicial, también hay beneficios de jugar solitos:
- Al inventar sus juegos y sus personajes, desarrollan su imaginación y su creatividad.
- Aprenden a conocerse a sí mismos mucho mejor.
- Desarrollan sus propios gustos sin la influencia de otras personas.
- Aprender a desenvolverse en situaciones en las que se encuentran solos sin sentir angustia. Y también a tomar decisiones por sí mismos asumiendo las consecuencias.
En este sentido, que los niños jueguen solos no debe ser calificado como algo malo para ellos, como vemos, tiene muchas ventajas en su desarrollo. Sin embargo, sí que deberíamos poner atención en el caso de ver que un niño tiene malas conductas, que no quiere nunca interactuar con sus iguales o que incluso llegue a sentir malestar en presencia de las personas.