Teniendo en cuenta el origen de nuestro nombre y el de nuestro apellido podemos, quizás, hacernos una idea de cuáles son nuestros orígenes. E, incluso, descubrir si nuestros antepasados compartían con nosotros el mismo lugar de residencia, la misma cultura e, incluso la misma raza.
Pero, ¿el nombre propiamente dicho puede revelar datos de cómo es nuestra personalidad? La realidad es que sí y que está demostrado por la ciencia y la psicología. Pero, yendo un paso más allá, queremos hablar de la energía que desprende nuestro nombre. O de su significado espiritual, si nos apuras.
Para saberlo, solo tendremos que fijarnos en la inicial de nuestro nombre, por un lado, y de nuestro apellido, por el otro. Al menos, así lo dictan los principios de la numerología, una ciencia (o disciplina) que se encarga de estudiar las energías que lleva implícito cada nombre y cada apellido, según la inicial de cada uno. Pero, vayamos por partes.
¿Qué es la numerología?
“Todas las personas tenemos nuestros números que, como un signo zodiacal, custodian la clave de nuestra experiencia”, afirma Gloria Garrido, filósofa experta en esoterismo y autora del libro Numerología.
De acuerdo a ella, el nacimiento, el nombre y los apellidos de cualquier persona son suficientes para conocer qué vibraciones numéricas orientan nuestra personalidad e, incluso, nuestra suerte en diferentes aspectos de la vida.
Además de esto, según la numerología, la esencia de la energía de cada persona se ve reflejada en la inicial de su nombre y la inicial de su apellido. Algo que da pistas sobre su personalidad
Pero centrémonos en el primer caso: en lo que significa tu nombre y tu apellido según la letras que lo conforman.
Para saberlo, primero deberemos saber cuál es el número que tenemos asignado por cómo nos llamamos y nos apellidamos. Para ello habrá que hacer una operación matemática muy sencilla: después de saber qué número corresponde a cada una de las letras que conforman nuestro nombre y nuestro apellido, tendremos que sumarlos todos y reducirlos para que, al final, nos quede un número de una única cifra.
Ahora bien, ¿cómo descubrir nuestro ‘número de destino’? En primer lugar, habrá que asignar a cada letra su número:
- El número 1 para las letras A, J, S
- El número 2 para las letras B, K, T
- El número 3 para las letras C, L, U
- El número 4 para las letras D, M, V
- El número 5 para las letras E, N, W
- El número 6 para las letras F, O, X
- El número 7 para las letras G, P, Y
- El número 8 para las letras H, Q, Z
- El número 9 para las letras I, R
Se entenderá mejor con un ejemplo. Pongamos el nombre de quien escribe esto: Marta Moreno. Primero sumamos los números del nombre (4, 1, 9, 2, 1= 17; como es doble, lo reduciremos: 1+7=8) y ahora los números del apellido (4, 6, 9, 5, 5, 6= 35; como vuelve a ser doble, lo reducimos: 3+5=8).
Una vez hecho esto habrá que sumar todos los dígitos: 8+8=16; que reducido, sería 7. Esto significa que el número vital de esta persona es el 7.
¿Cómo será tu personalidad, según tu número vital?
Veamos qué personalidad marca la numerología para cada número:
- El número 1 se asocia con personalidades muy independientes y autosuficientes
- El número 2 con personalidades más dulces y calmadas, que centra su energía en buscar su seguridad propia
- El número 3 se asocia con personalidades muy empáticas, dicharacheras y muy abiertas socialmente
- El número 4 se asocia con personalidades rígidas, muy responsables y estructuradas
- El número 5 con personalidades libres, que buscan siempre divertirse, aunque tienen siempre presente los riesgos que puede presentar excederse
- El número 6 representa las personalidades con mucha capacidad de liderazgo y autoridad en todas las relaciones
- El número 7 se relaciona con personas con mucha intuición y espirituales
- El número 8 con personas materialistas y con mucha ambición de poder
- Por último, la personalidad de las personas con el número 9 suelen ser compasivas
¿Por qué es importante que alguien que vaya a ser padre sepa esto?
La experta en numerología Alicia Vénere explica en el medio La Vanguardia que saber cuál es el número vital del nombre y del apellido es importante antes de que nazca el bebé. “Lo ideal sería que concordase con lo que expresa su fecha de nacimiento; por eso es aconsejable elegir el nombre una vez que el bebé haya nacido”. Esto es, para evitar interferir entre el significado de su fecha de nacimiento (que se calcula de la misma manera) y el de su nombre.
