La bañera plegable portátil para bebés es el invento del siglo. Bueno, tampoco es cuestión de exagerar. La competencia por este “premio” es de mucho nivel, pero la verdad es que en los últimos años, el sector de los productos para recién nacidos se ha esforzado por facilitarnos mucho la vida a los nuevos papás y mamás.
Todavía recuerdo aquel día que, para hacer un viaje en avión y que no se nos rompiera o estropeara nuestro flamante carrito nuevo de bebé, la abuela nos dijo que por qué no llevarnos al viaje el que tenía guardado en el trastero. Sí, era un carrito de los años 80. Te puedes imaginar cómo fue la experiencia. Una idea de bombero la suya, fruto de la generosidad, lo cual siempre es de agradecer. Ahora, peor aún fue la idea nuestra de dar por buena la suya. Eso sí que tuvo delito. No doy detalles porque en Ser Padres (todavía) no tenemos sección de monólogos y comedia.
Pero sirve este ejemplo, este recuerdo que tanto juego da en las reuniones de amigos con hijos pequeños, para darle la vuelta a la tortilla a la historia y pensar en lo mucho que han mejorado en practicidad los carritos para bebés y también las bañeras. Ahora se siguen haciendo esos modelos ochenteros y noventeros con patas para que no nos dejemos la espalda los padres, pero suelen ser modelos que no te ocupan el baño entero cuando no estás bañando a tu bebé.

En cambio, nosotros nunca fuimos de este tipo de “mamotretos”. El simple hecho de pensar en artilugios que ocupan una parte importante del volumen de una habitación, en este caso el baño, ya nos pone un poco nerviosos. Y si es gran parte del espacio el que ocupa, el ruido visual y las dificultades para movernos que genera hace que nos salga urticaria. Por eso, somos de los que rápidamente cogimos el testigo a la industria cuando apostó por las bañeras plegables polivalentes.
Cómo son estas bañeras
No creas que estamos hablando de una nave espacial en forma de bañera para bebé, o de nada que no hayas visto en cualquiera de tus visitas recientes a la sección de bebé de las tiendas habituales. Es más, seguramente ahora serán modelos si cabe más avanzados, ya que nuestra bañera plegable es un diseño que compramos hace casi siete años, cuando nació nuestra hija mayor.
La clave de este tipo de bañeras a las que hago referencia es que te valen para un roto y para un descosido. Me explico. Las puedes tener en casa como bañeras compatibles tanto son suelo de ducha como con la bañera de toda la vida. Cuando no la estás usando, se pliegan en un visto y no visto, en cuestión de segundos. Además, pesan poquísimo; son superligeras y resistentes. Y, por si no fueran suficientes atractivos, todas las características citadas hace que sean productos ideales para llevar de viaje.
Nosotros íbamos con la bañera plegable allí donde fuéramos. A casa de los abuelos, de viaje a un hotel o apartamento… Daba igual, siempre que fuéramos en coche la echábamos al maletero porque no abultaba nada y nos facilitaba mucho la tarea del baño.
Además, si tenéis dos peques que se llevan poco, cuando crecen, aunque no sean muy grandes, son bañeras que os servirán también durante un tiempo para que se bañen juntos e interactúen. Este plan ya sabes que les suele encantar a los peques y encima es un ratito en el que el vínculo emocional se fortalece mucho.

Tampoco son bañeras excesivamente costosas, la verdad. Es más, son baratas si comparamos sus precios con casi cualquier otro producto que tenéis que tener en casa si hay un bebé en la familia. Así que, mi opinión personal es que son 100% recomendables. Solo tienen un pero: que tendréis que agacharos para estar a la altura de vuestros hijos e hijas, pero sarna con gusto no pica. Remangarse la camiseta, poneros un pantalón de estar por casa y dejad que os salpiquen. No hay “ducha” que reporte más felicidad que esta.