Salman Khan es licenciado en Matemáticas, Ingeniería y Ciencias Informáticas por el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Después de cursar un máster en Dirección de Empresas en la Universidad de Harvard, comenzó a trabajar como analista financiero, hasta que fundó la Academia Khan en 2006, que lo ha hecho merecedor del Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional 2019.
Aunque su formación académica no esté vinculada directamente al mundo de la educación, Salman Khan no podría concebir su vida laboral muy alejada de ella. Y eso que la primera toma de contacto fue de lo más casual: comenzó dando clases particulares de Matemáticas a su prima pequeña por teléfono. Vistos los buenos resultados obtenidos por la pequeña, pronto fueron más primos los que se sumaron a estas particulares clases, así que decidió que comenzaría haciendo videollamadas entre todos.

Tiempo después de hacer esto, un familiar le sugirió que comenzara a grabar estas pildoritas que servían de ayuda a sus primos y las subiese a YouTube para que cada uno pudiera verlas en el momento que mejor le viniera. Y, así, paso tras paso, acabó fundando la Academia Khan, una organización sin ánimo de lucro en la que se imparten clases de educación a todo el que las quiera recibir.
En la actualidad cuentan con más de 42 millones de estudiantes y Salman Khan se ha convertido en todo un referente dentro del mundo de la educación, ya que aboga por cambiar el modelo de arriba abajo.
Y lo es hasta el punto de haber sido galardonado con el último Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional. Además, ha publicado el libro ‘La escuela del mundo’, considerado por Muhammad Yunus —premio Nobel de la Paz— como “una obra imprescindible para quienes buscan una verdadera educación para sus hijos en esta era tecnológica”.
De hecho, cree firmemente que cada estudiante debe aprender a su ritmo—uno de los principales must de María Montessori— y, además, está convencido de que las clases deben ser inminentemente prácticas y que se deberían suspender las vacaciones de verano porque son demasiado largas.

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“Cada alumno tiene su ritmo y su tiempo de aprendizaje”
Apelando a María Montessori, Salman Khan cree que es ilógico aglutinar a los estudiantes en las mismas lecciones, ya que cada uno aprende a su ritmo y que, por tanto, debería ser la educación la que se adaptase a ellos.

“El aula tradicional no se ajusta a nuestras necesidades cambiantes”
Cree que es un método de aprendizaje pasivo y que, en la actualidad, todo el mundo procesa la información de una manera cada vez más activa.

“Aprender sin reflexionar es malgastar la energía”
Por supuesto, a través de su método hace un llamamiento a todos los educadores del mundo. Por eso, cree que hay que relacionar todos los contenidos y que, además, las lecciones no deben durar más de diez minutos (tiempo máximo de capacidad de atención de los estudiantes según algunos teóricos de la educación).

“Usemos el vídeo para reinventar la educación”
Propone una educación portátil, en la que cada alumno aprenda a su ritmo visualizando los contenidos en el momento en que mejor le venga.

“La vacaciones de verano son muy largas”
Cree que en estos meses, más que descansar, los niños aprovechan para desaprender todo lo visto durante el curso y que no pasaría absolutamente por reducirlas o, incluso, eliminarlas.

“La tecnología tiene el poder de liberarnos de las limitaciones; para hacer que la educación sea más personal”
Está muy a favor de la tecnología dentro del mundo de la educación. Eso sí, usada de manera correcta.

“Resulta más fácil comprender y memorizar algo si lo podemos relacionar con otra cosa que ya sabemos”
La mejor manera de que el cerebro retenga conocimientos a largo plazo es memorizando fragmentos individuales de información que nos permitan verlo todo como un todo.

“Es necesario descubrir y potenciar la inclinación natural del niño”
¿Cómo? Según él, dando mucho valor a la creatividad.

“La escuela que imagino estará llena de juegos y colaboración”
"No será un aula silenciosa; se parecería más a una colmena que a una capilla".

“Los niños de diferentes edades tienen que estar mezclados”
Para él, los estudiantes más avanzados pueden convertirse en la figura aliada del profesor para orientar a los pequeños y estos tienen referentes en quien apoyarse para seguir.
