Es posible que hayas visto a tu niño estar con otros pequeños mientras están jugando, pero te has fijado en que no interactúa con los demás. ¿Le pasará algo? ¿Será tímido? Debes saber que probablemente está pasando por la etapa del juego en paralelo. Veamos en qué consiste y por qué se produce.
Ya sabemos que jugar es una de las actividades preferidas de los más pequeños y además de ello, una de las más beneficiosas para su desarrollo.
Es por eso que algunos padres se preocupan cuando se dan cuenta de que su hijo está jugando al lado de otros niños, pero está “como en su mundo”, sin socializar con los demás.
Esto se debe a que está pasando por la etapa del juego en paralelo, así que, si es tu caso, no debes alarmarte, esto es parte del proceso de evolución de tu hijo.
¿Por qué sucede?
El juego en paralelo es un tipo de juego en el que un niño está con otros menores, sentado a su lado, con juguetes similares, pero sin interactuar con ellos: cada uno está es su dinámica individual. Por ejemplo, podemos ver a varios niños en el arenero de un parque, pero sin socializar entre ellos, cada uno jugando de manera independiente.
Se trata de una etapa que aparece entre los 2 y los 3 años de edad, y por ella pasan todos los niños. Pero… ¿Qué sentido tiene que ocurra esto? ¿No somos seres sociales?
Aunque pueda parecer llamativo, el pequeño tiene motivos para actuar así. Hay que pensar que a estas edades de la primera infancia, no se tienen las habilidades y funciones cognitivas necesarias para mantener interacciones sociales. Además de que, claro, cada uno está construyendo su propia identidad.
Se encuentran en un momento en que el que todavía no saben “compartir con otros”, y es que, es una etapa algo egocéntrica. Todavía están explorando su entorno, y aunque sí que socializan con sus padres, aún no saben hacerlo con otros niños. Ciertamente, “mamá y papá” son el centro de su pequeño mundo.
Es por esto, que no debemos alarmarnos, porque es un proceso natural. No significa que tenga algún problema para relacionarse, ni que no se sienta a gusto con la compañía de otros niños.
Realmente, sí que la disfruta y de ella también obtiene beneficios, pues a pesar de no relacionarse de manera directa, sí que aprende de ellos y comienza a entender qué es el contacto social.
¿Cómo actuar en esta etapa?
Lo que no se debe hacer es obligar a que el niño se relacione de una forma para la que no está preparado. Por eso, puedes dejarle que juegue cerca de otros menores, pero siempre permitiendo que siga su propio ritmo.
Lo más adecuado es simplemente fijarte en que no tiene ningún conflicto con los demás (piensa que si no quiere compartir, puede haber algún problema entre ellos). Además de felicitarle en caso de que se interese por el resto de niños, por ejemplo, al compartir por fin algunos de sus juguetes.
Como decimos, se trata de un período transitorio que llegará a su fin, el niño comenzará a disfrutar más de interactuar con otros niños.