“Mis hijas se han ido de vacaciones de verano sin mí por primera vez en la vida: ¡no recordaba que los días pudieran ser tan largos!”

A raíz de una reflexión de Lucía Mi Pediatra sobre la separación de los hijos, en estas líneas comparto mi experiencia durante la primera vez en mi vida en la que mis hijas se van de vacaciones de verano sin mí. Si te pasa también, ¿cómo te sientes?
Dos niñas, de vacaciones en la playa

Hace unos días, Lucia Mi Pediatra, la pediatra y divulgadora más popular del país en redes sociales, compartió un mensaje con sus miles seguidores en lo que reflexionaba sobre el momento en el que los hijos se van de vacaciones y nosotros, los padres, nos separamos de ellos porque tenemos que seguir trabajando. “Esto forma también parte de la vida”, dice la doctora Galán Bertrand en el vídeo, que ha inspirado estas líneas en las que comparto cómo estoy viviendo la primera vez en las que mis hijas se van de vacaciones sin mí.

Estoy seguro de que muchas personas, mamás y papás, han experimentado esta nueva situación en sus vidas: verano y, por primera vez desde que nacieron sus peques, estos se marchan unos días solos. No un fin de semana, que esto ya lo hacen durante el año si se van con los abuelos, por ejemplo. No. Hablamos de 5,6 o 7 días, incluso más. Todos sus días con todas sus noches, con los hijos a muchos kilómetros de distancia. ¿Cómo os sentís vosotros por ello?

Para mí, estos días son los primeros en los que estoy viviendo qué se siente ante una separación de los hijos, hijas en este caso, tan prolongada. Y es curiosa la mezcla de sensaciones. Igual que en los primeros días de verano, cuando teletrabajo y conciliación con dos niñas pequeñas fueron complicados de equilibrar pese a tener estrategias que funcionan habitualmente, ahora las echo mucho de menos, evidentemente, pero también siento un poco de alivio por poder bajar la guardia durante unos días y centrarme en sacar adelante mi trabajo y dejar un ratito al día para cuidarme y disfrutar de la vida en pareja sin peques.

Entiendo, además, que no es lo mismo mi caso, en el que se van con los abuelos a la playa para poder trabajar, que un contexto de separación o divorcio, donde seguramente sea todo un poquito más complejo, con las emociones si cabe más a flor de piel. Y sé que será diferente en los próximos años porque ya habré pasado por esta primera vez de una separación tan prolongada en verano. Pero esta primera vez son emociones contradictorias muy potentes las que siento. ¿Os pasa a los que estáis al otro lado leyendo estas líneas?

Dos peques juegan en la orilla del mar - Rubén García

Es como vivir en una especie de limbo; por un lado, te encantaría poder estar con ellas y por otro eres consciente de que tenerlas unos días lejos es bueno para ellas… y también para ti. Porque conciliar durante las vacaciones escolares de verano es uno de los retos más difíciles de la crianza: benditos campamentos de verano para niños.

“Al principio es como: ‘¿qué voy a hacer yo con tanto tiempo, estarán bien, y si les pasa algo?’”, reflexiona Lucía Mi Pediatra en su vídeo. En mi caso, estas dudas han aparecido durante poco tiempo; se disiparon pronto, lo que tardaron en llegar al grupo de WhatsApp las primeras fotos de las peques disfrutando en la playa, pero lo del tiempo libre todavía me ronda la cabeza, y mira que han pasado días ya sin ellas. ¡No recordaba cómo eran de largos los días sin peques! Es como si necesitara hacer cosas todo el tiempo… y con todo y con ello me sigue sobrando algo de tiempo.

Dice Lucía Mi Pediatra que todos estos pensamientos y dudas son muy comunes las primeras veces que nos separamos de nuestros hijos e hijas en verano. “Hay que trabajar ese miedo y esa ansiedad anticipatoria que empiezas a tener unos días antes, que estás como supernerviosa, un pelín catastrofista y triste, y tenemos que aprovechar este tiempo”, argumenta la pediatra.

Dos niñas juegan en la playa - Rubén García

Son estas de la doctora Galán Bertrand, emitidas como madre y no tanto como médico en este caso, palabras sabias con las que estoy totalmente de acuerdo: salvo casos en los que sepamos que no están bien, y por lo tanto no cabe otra que el sufrimiento, si los peques están disfrutando de unas vacaciones sin nosotros, ¿por qué no vamos a hacer lo propio los adultos? Es la mejor forma de cargar pilas y de que el reencuentro sea lo más estimulante posible.

No te olvides, como dice la propia Lucía Mi Pediatra, que “antes de ser madres y padres éramos muchas otras cosas, y esta es una oportunidad estupenda para recuperar esa parte de ti”. Y esto es lo que yo estoy intentando hacer esta primera vez en mi vida en la que paso más de un fin de semana sin estar cerca de mis hijas. Te animo a hacer lo mismo si puedes y te mando mucho ánimo si estás leyendo esta pieza mientras echas de menos a tus peques.

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