Las tres palabras que dañan el autoestima de los niños: “No nos damos cuenta de lo dañina que es la frase”

El sociólogo de la la prestigiosa universidad de Columbia, Adam Galinsky, advierte sobre las consecuencias que tiene en los hijos esta frase habitual en la crianza.
Un padre habla con su hijo, que está cabizbajo. En detalle, una madre consuela a sus hijas
Un padre habla con su hijo, que está cabizbajo. En detalle, una madre consuela a sus hijas (RG)

Dice Adam Galinsky, sociólogo de la Ivy League, la prestigiosa conferencia de universidades famosas de la costa este de Estados Unidos, con Yale y Harvard entre ellas, que hay una frase muy habitual en la crianza que resquebraja el autoestima de los niños y niñas. Solo tres palabras (cuatro en su versión original, en inglés) que, sin embargo, tienen una enorme capacidad para dañar a nivel emocional a los hijos e hijas, en la línea de las consecuencias de las burlas de los padres, aunque sean de broma. “No nos damos cuenta de lo dañina que es”, advierte el profesor de la Escuela de Negocios de Columbia.

El experto sociólogo Adam Galinsky ha profundizado en cómo determinadas expresiones y frases aparentemente inofensivas pueden tener un impacto significativo en el desarrollo emocional de los niños y niñas. Emocional y, por ende, también académico. Lo hace en su último libro, ‘Inspire: The Universal Path for Leading Yourself and Others’ (“Inspire: el camino universal para guiarse a sí mismo y a los demás”, sería su traducción literal, aunque solo se vende en inglés).

En el libro, el experto de Columbia defiende la teoría de que los adultos con hijos e hijas no somos del todo conscientes de cómo la comunicación puede influir a nivel emocional en ellos y ellas. Prestamos atención a cuestiones macro, como elegir el mejor colegio, pero a menudo no nos paramos a pensar en que los detalles más pequeños y cotidianos tienen un gran impacto. La comunicación verbal y no verbal es uno de ellos.

De ahí, por ejemplo, que los expertos insistan tanto en cuestiones como decir no a los niños sin decirlo.

Una madre habla seria con sus dos hijos
Una madre habla seria con sus dos hijos (RG)

La frase que más daña el autoestima de los niños

El lenguaje es decisivo a la hora de construir un tipo de vínculo concreto con nuestros hijos e hijas. Las palabras que elegimos importan. En un sentido positivo, por supuesto, y también en el negativo. Ya lo dice Álvaro Bilbao cuando recomienda no decir a los niños frases "tú no eres tonto"

En este sentido, Adam Galinsky defiende que las palabras tienen el poder de construir o destruir la confianza y autoestima de un niño. Lo argumenta en el citado libro y también en una entrevista reciente con la CNBC, en la que el profesor de Columbia pone el ejemplo de la que, en su opinión, es una de las frases más dañinas que un padre o una padre puede decirle a su hijo o hija.

“Una frase que creo que tratamos de usar de manera motivadora pero no nos damos cuenta de lo dañina que es para los niños es ‘Estoy decepcionado contigo”, dice Galinsky.

Esta frase, que es muy utilizada cuando los adultos pretenden corregir una conducta de sus hijos e hijas (no es malo querer corregir a los hijos, es un acto de amor), es un error pronunciarla según el sociólogo porque puede tener un efecto contrario al que se busca. En concreto, les puede inculcar un sentimiento de vergüenza y decepción consigo mismos: “Si hacemos que nuestros hijos sientan vergüenza, eso nunca es algo bueno”, apunta Adam Galinsky.

El autor hace hincapié en que la vergüenza no es estimulante con el pensamiento crítico o la búsqueda de soluciones o de reparación de daños, motivos por los que muchos padres y madres suelen escoger estas tres palabras dañinas. Para Galinsky, la vergüenza es “debilitante y desestabilizadora”, y “a menudo conduce a la evasión”, afirma. No hace que los niños y niñas sientan una responsabilidad por lo que han hecho.

En este sentido, por cierto, te puede interesar saber qué recomienda una experta en crianza decir, y qué no, cuando los niños sienten vergüenza.

Un padre dialoga con su hijo, a su misma altura
Un padre dialoga con su hijo, a su misma altura (RG)

La alternativa al ‘estoy decepcionado contigo’

Adam Galinsky aporta una alternativa a la frase dañina de ‘estoy decepcionado contigo’ y a cualquiera de las formas que se asemejen a esta.

El objetivo, dice el sociólogo, es que los niños y niñas reflexionen sobre lo realizado, aprendan de su error, y eso no se da si les decimos lo mal que lo han hecho y lo mucho que nos decepciona. En su lugar, Adam Galinsky recomienda insistirles en que piensen cómo pueden hacerlo mejor la próxima vez.

Una madre se abraza con sus hijas
Una madre se abraza con sus hijas (RG)

El profesor de Columbia pone un ejemplo concreto con un contexto en el que un hijo o hija no haya hecho sus deberes: “En lugar de decir ‘Me decepciona que no hayas hecho tu tarea’, puedes decir: ‘¿Cómo podemos establecer un sistema para que puedas hacer tu tarea? Pensemos en un plan para hacerlo’”.

Esta o cualquier otra fórmula que no haga brotar la vergüenza y se encamine hacia el aprendizaje a través de la reflexión y el pensamiento crítico son los caminos aprobados y recomendados por el sociólogo Adam Galinsky. De lo contrario, si despertamos vergüenza en nuestros hijos e hijas, dice el experto, limitaremos dicha capacidad para aprender de los errores y resolver los problemas porque tenderán a evitarlos.

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