Una experta en crianza explica qué decir y qué no cuando los niños sienten vergüenza

La neuroeducadora Elvira Perejón explica a Ser Padres que acompañar a los hijos cuando sienten esta emoción es una tarea que requiere sensibilidad, empatía y comprensión.
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Una experta explica cómo validar las emociones de los niños - Eva R. S.

Como afirma la neuroeducadora y experta en crianza, Elvira Perejón en un reciente video publicado en su cuenta de Instagram @educacionincondicional, algunas veces podemos utilizar frases que niegan, minimizan o invalidan las emociones de los más pequeños.

Sin embargo, Pedrejón explica que “cada emoción cumple una función y viene a enseñarnos algo, por lo que para un desarrollo emocional saludable es necesario vivirlas todas y es vital transmitir esto a nuestros peques para que crezcan con una salud mental inquebrantable”.

En esta premisa coinciden todos los expertos en psicología. Por ejemplo, el neuropsicólogo Álvaro Bilbao (@soyalvarobilbao), afirma que si intentamos proteger a los niños en todo momento de emociones como el miedo, el aburrimiento, la tristeza no van a aprender nunca a sobrellevarlos y el truco que Bilbao recomienda para que los niños aprendan a sobrellevar estas emociones “negativas” es no intentar que sean felices en todo momento.

La vergüenza es otra de las emociones que como padres no solemos tolerar bien cuando la sienten nuestros hijos. Sin embargo, Perejón señala que ser vergonzoso no es ningún  problema y esta emoción, como todas las demás, debe ser acompañada con respeto, comprensión, sensibilidad y empatía.

Ser vergonzoso no es un problema ni hay nada malo en los niños que sienten esta emoción, aclara la experta en crianza Elvira Perejón. - Getty Images/iStockphoto

Qué decir cuando tu hijo siente vergüenza según la experta en crianza Elvira Perejón

Para poder realizar adecuadamente ese acompañamiento que necesitan los niños cuando expresan  emociones como la vergüenza, la neuroeducadora  Elvira Perejón ha recomendado a Ser Padres a través de un cuestionario contestado por escrito una serie de consejos prácticos y, en el mismo sentido, aclara qué conviene decir y qué no cuando los niños sienten esta emoción.

Vergüenza y timidez no son los mismo: "Entender esta diferencia es clave para saber cómo apoyar a tu hijo", afirma la experta en crianza. Perejón añade que ambas emociones,  a veces, se confunden, pero no son lo mismo. "La timidez se refiere a la tendencia a sentirse incómodo o nervioso en situaciones sociales nuevas o desconocidas en las que el niño tímido puede mostrarse reservado o evitar el contacto social", sostiene la neuroeducadora.

En cambio, la vergüenza es una emoción más profunda y generalizada que surge cuando el niño siente que ha fallado o no cumple con las expectativas propias o ajenas: "Puede manifestarse en una amplia gama de situaciones y tiene un impacto más duradero en la autoimagen del niño y hace que se sienta expuesto, juzgado o inseguro sobre su identidad", apunta Perejón.

Ser vergonzoso no es un problema: Otra de las cuestiones que la experta quiere dejar claras es que la vergüenza no es algo negativo: "Es importante señalar que ser vergonzoso no es un problema ni hay nada malo en el niño. La vergüenza y la timidez son emociones normales y forman parte de la diversidad de personalidades humanas. Fomentar la aceptación y el respeto por la individualidad de cada niño es esencial".

Es importante adoptar un enfoque empático o comprensivo: Perejón sostiene que en la gestión de conflictos o desbordes emocionales es fundamental evitar cualquier forma de humillación o burla hacia el niño: "Avergonzarlo puede dañar su autoestima y dificultar su capacidad para manejar sus emociones de manera saludable en el futuro". La neuroeducadora apunta que para apoyar y acompañar a los hijos en el manejo de la vergüenza es importante adoptar un enfoque empático y comprensivo para lo que recomienda tres claves:

  1. Reconocer, acompañar y validar las emociones sin juzgar
  2. Ayudar al niño a desarrollar una visión positiva y compasiva de sí mismo
  3. Ofrecer apoyo emocional y comprensión.

Es importante, apunta Perejón, permitir y validar la expresión no solo de la vergüenza sino de todas las emociones. "No hay emociones buenas o malas y todas son necesarias para el desarrollo, la alfabetización y la regulación emocional". Cuando el niño expresa vergüenza es fundamental acompañarle sin juicio y validar esa emoción, pues esto le ayudará a sentir que sus emociones son aceptadas y entendidas. La experta recomienda utilizar frases como por ejemplo:

  • "Entiendo que te dé vergüenza. Está bien expresar como te sientes"
  • "Veo que te sientes un poquito incómodo ahora. Está bien sentir eso".
  • "Es normal sentir vergüenza a veces. Todos lo sentimos de vez en cuando".

Acompañar a tu hijo sin presionarlo es clave:  La neuroeducadora sostiene que, a veces, simplemente con estar presente y ofrecer apoyo basta para ayudar al niño a sentirse más cómodo y seguro,  porque no todo el mundo  debe ser extrovertido, hablar mucho y ser muy sociable: "Los niños, al igual que los adultos, tienen su tiempo y este necesita ser respetado y no forzado"

Perejón apunta que "si acompañamos, validamos y no forzamos es más probable que la confianza y la autoestima del niño aumente y, poco a poco, vaya adquiriendo mayor capacidad de abordar nuevas situaciones con mayor destreza en sus habilidades socioafectvas".  En este sentido, la experta recomienda decir:

  • "Estoy aquí contigo. Tómate el tiempo que necesites"
  • "No te preocupes. Estoy a tu lado"
  • "Estoy contigo y todo está bien"
  • "¿Te gustaría hablar de esto ahora o prefieres hacerlo más tarde?"
  • "Estoy aquí para escucharte cuando estés listo"
  • "¿Te gustaría que hablemos o prefieres un abrazo?"

Conviene que se sienta comprendido:  Perejón dice que es muy importante que nuestro hijo se sienta comprendido y para que esa empatía se haga tangible se pueden usar frases como:

  • "Entiendo que eso te da un poco de vergüenza. ¿Te gustaría que lo intentemos juntos?
  • "A veces. es difícil hacer cosas nuevas. Eso está bien. Podemos intentarlo poco a poco".

Es aconsejable mostrar vulnerabilidad ante nuestros hijos:  Según explica la misma experta, a los más pequeños les ayuda mucho saber que nosotros también sentimos esas emociones o que nos pasaba lo mismo que a ellos cuando éramos pequeños: "Mostar vulnerabildad ante nuestros hijos les ayuda a ver que es normal sentirse de una forma u otra en diferentes situaciones".  De esta manera, con frases como "A mi también me daba mucha vergüenza cuando venían las  amigas de la abuela y yo no quería saludarlas" los niños comprenden que es algo que a todos nos ocurre y podrá crecer en un entorno donde se siente seguro.

Frases que muestran empatía: Es crucial, continua Perejón, reconocer las señales para abordar adecuadamente cada situación con una frase de aliento y utilizar frases que validan la experiencia del niños, muestran empatía y abren la puerta a la comunicación sin presionar como las siguientes:

  • "Todos cometemos errores y aprendemos de ellos. Está bien."
  • "Estoy aquí para escucharte si quieres hablar de lo que pasó"
  • "Es valiente de tu parte compartir como te sientes".
  • "¿Te gustaría que hablemos sobre cómo te sientes o prefieres un abrazo?"
  • "Tus sentimientos son importantes y valiosos. Cuéntame más si te sientes cómodo".
Cuando un niño siente vergüenza hay que evitar comentarios que invaliden o minimicen sus emociones, los hagan sentir peor o los comparen con otros. - Getty Images

Qué comentarios hay que evitar cuando un niño siente vergüenza

Por el contrario, cuando los niños sienten esta emoción hay comentarios que conviene evitar y que, sin embargo,  son, según Perejón "la respuesta que la mayoría de las personas que criamos y educamos actualmente hemos recibido durante toda nuestra vida". En este sentido, la misma experta recomienda  evitar comentarios que invaliden o minimicen sus emociones, los hagan sentir peor o los compare con otros pues "todo esto puede dañar su autoestima y aumentar su inseguridad". Por tanto hay que evitar decir:

  • "No es para tanto, no te pongas así"
  • "No deberías sentir vergüenza por eso".
  • "Deja de llorar, no es el fin del mundo"
  • "Mira a tu hermano, él nunca se avergüenza de esas cosas".

También hay que evitar usar burlas o sarcasmos "ya que puede intensificar la vergüenza y hacer que el niño se sienta además de ridículo, incomprendido". Perejón explica que los niños de corta edad no suelen comprender las expresiones sarcásticas que hacen que además de sentirse mal, no entiendan lo que les decirmos. "¿Otra vez con vergüenza? ¡Qué raro!".

La neuroeducadora apunta que tampoco es adecuado hacerles responsable de la situación y hay que tener claro que nuestros hijos no tienen esas reacciones para fastidar a los adultos, por lo que hay que evitar comentarios del tipo: "Tú sí que me estás haciendo pasar vergüenza a mi", pues esto puede aumentar la presión sobre el niño y hacer que se sienta más ansioso y menos comprendido. Al hacerle responsable de nuestras emociones, afirma la experta, dañamos su autoestima y su autoconcepto.

Por tanto, acompañar a nuestros hijos en la expresión de sus emociones es una tarea que requiere sensibilidad, empatía y comprensión, sostiene a modo de conclusión esta experta en crianza y añade que "al validar sus emociones y evitar este tipo de comentarios les brindamos un entorno seguro donde pueden expresar sentimientos y emociones".

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