¿Qué es la felicidad desde el punto de vista médico y científico?

Descubre qué es la felicidad desde una perspectiva médica y científica: su base neurobiológica, su impacto en la salud y estrategias para entrenar el bienestar emocional.
Felicidad y bienestar
Recreación fantasiosa de una mujer sonriendo. Fuente: Midjourney/Erica Couto - Mujer sonriendo

Aunque la felicidad es un concepto fundamental en la vida (y una experiencia que nos ha acomunado desde que somos humanos), su definición ha variado a lo largo de la historia. En la actualidad, la ciencia y la medicina han comenzado a desentrañar los mecanismos de funcionamiento de este estado. No solo eso: las ciencias también han identificando su impacto en la salud, así como su estrecha relación con procesos biológicos concretos. Gracias a estos estudios, ahora sabemos que la felicidad no es solo una emoción pasajera, sino un estado que puede cultivarse y optimizarse a través del conocimiento y la práctica.

La felicidad desde la perspectiva neurocientífica

Desde el punto de vista neurobiológico, la felicidad está vinculada a procesos cerebrales que dependen de la actividad de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina, la oxitocina y las endorfinas. Estos compuestos regulan nuestras emociones y son esenciales para generar sensaciones de placer, vinculación social y bienestar.

Las investigaciones han demostrado que la actividad en la corteza prefrontal izquierda está asociada con los estados de felicidad. Por el contrario, una sobreactivación de la amígdala se relaciona con el estrés y la ansiedad. Gracias a la neuroplasticidad, el cerebro tiene la capacidad de modificar sus circuitos en función de nuestras experiencias y hábitos, lo que sugiere que la felicidad es como un músculo que puede entrenarse.

Los avances en las neurociencias han revelado que la práctica constante de hábitos positivos no solo fortalece los circuitos cerebrales relacionados con la felicidad, sino que también reduce la actividad de las regiones asociadas con el miedo y la preocupación y, a su vez, favorece un estado mental más equilibrado. Esto implica que, incluso en condiciones adversas, es posible fomentar un bienestar sostenido mediante la repetición de comportamientos saludables.

Mujer con gafas que sonríe
¿Qué es la felicidad? Fuente: Pixabay

Salud y felicidad: una relación bidireccional

Los estudios médicos han demostrado que la felicidad tiene efectos positivos sobre la salud física. Las personas con mayores niveles de bienestar emocional presentan una mejor respuesta inmunitaria, menor incidencia de enfermedades cardiovasculares y una mayor longevidad. En cambio, el estrés crónico y la insatisfacción pueden incrementar la inflamación sistémica y el riesgo de patologías crónicas.

En este sentido, la doctora Paloma Fuentes, autora del libro La medicina de la felicida, introduce un nuevo concept: el Trastorno por Déficit de Afrontamiento Vital (TDAV), que describe el impacto de una mala gestión emocional en la salud. La incapacidad de manejar el estrés y la incertidumbre de la vida moderna contribuye a un aumento de las consultas médicas por dolencias psicosomáticas, lo que refuerza la necesidad de integrar estrategias para mejorar el bienestar mental.

Además, diversas investigaciones han señalado que las personas felices suelen adoptar hábitos más saludables, como una alimentación equilibrada, la práctica regular de ejercicio físico y el mantenimiento de una vida social activa. Todo esto contribuye a reducir la incidencia de enfermedades y a mejorar la calidad de vida a largo plazo.

Mujer joven con una bicicleta rosa en una ciudad costera
¿Qué es la felicidad? Fuente: Pixabay

Epigenética y felicidad: más allá de la genética

Uno de los hallazgos más significativos en el estudio de la felicidad concierne el papel de la epigenética. Así, se ha demostrado que nuestros genes no nos abocan a un destino inmutable, sino que su expresión puede ser modulada por el estilo de vida. La investigadora Sonja Lyubomirsky propuso que la felicidad depende en un 50 % de la genética, un 10 % de las circunstancias y un 40 % de nuestra actitud y nuestras acciones. Sin embargo, estudios recientes sugieren que incluso el factor genético puede modificarse a través de la epigenética.

Esto significa que la felicidad no está completamente predeterminada, sino que puede fortalecerse mediante decisiones conscientes. Factores como el estrés, la nutrición, el ejercicio y el entorno social influyen en la expresión de los genes relacionados con la regulación del estado de ánimo y la resiliencia emocional. En este sentido, la epigenética abre una nueva vía de intervención para mejorar el bienestar psicológico desde un enfoque integral.

Estrategias científicas para entrenar la felicidad

Dado que la felicidad no es solo un estado emocional, sino también un conjunto de habilidades que pueden cultivarse, existen diversas prácticas que han demostrado su efectividad en la mejora del bienestar. El mindfulness y la meditación, por ejemplo, disminuyen la actividad de la amígdala, fortalecen la corteza prefrontal y promueven la regulación emocional. Agradecer de manera consciente activa circuitos cerebrales relacionados con la dopamina y la serotonina, mientras que las interacciones sociales positivas incrementan la oxitocina y reducen los efectos negativos del estrés.

Además de estas estrategias, los estudios también han demostrado que mantener una mentalidad de crecimiento, es decir, asumir que las habilidades y la inteligencia pueden desarrollarse con el tiempo, contribuye significativamente a la felicidad. Las personas con una mentalidad de crecimiento son más resilientes y experimentan menos frustración ante los desafíos, lo que facilita una actitud más positiva ante la vida.

Otro aspecto fundamental que no hay que olvidar radica en el papel del sueño en la regulación del bienestar. La privación del sueño afecta la producción de neurotransmisores clave y aumenta la reactividad de la amígdala, lo que puede provocar estados emocionales negativos. Dormir entre siete y nueve horas diarias contribuye a mejorar la regulación emocional y a potenciar la sensación de bienestar.

Tres personas en el mar en una puesta de sol
¿Qué es la felicidad? Fuente: Pixabay

La felicidad al alcance de la mano

Desde una perspectiva médica y científica, la felicidad es un fenómeno complejo que implica interacciones entre la biología, el entorno y nuestras propias decisiones. Va más allá de ser una emoción efímera: conviene considerarla una condición que puede potenciarse mediante estrategias apoyadas en la evidencia científica. Comprender sus bases neurobiológicas y aplicarlas en nuestra vida diaria no solo mejora la experiencia individual de bienestar, sino que también contribuye a crrear una sociedad más saludable y resiliente.

A medida que la ciencia avanza, queda claro que la felicidad no es un objetivo inalcanzable ni un privilegio exclusivo de unos pocos, sino un estado que puede fortalecerse mediante prácticas conscientes y hábitos saludables. El conocimiento sobre cómo funciona la felicidad a nivel neurobiológico y epigenético nos permite tomar decisiones más informadas para mejorar nuestra calidad de vida y la de quienes nos rodean.

Referencias

  • Fuentes, Paloma. 2021. La medicina de la felicidad. Las veinte vitaminas mentales para pasar de superviviente a súperviviente. Madrid: Pinolia.

Recomendamos en