Si alguna vez le has mostrado a un niño pequeño una ilusión óptica y te ha dado una respuesta inesperada, no es porque no entienda la imagen, sino porque su cerebro interpreta el mundo de manera distinta a la tuya. Un estudio reciente publicado en Cognitive Development ha investigado cómo los niños de diferentes edades procesan la información visual y cómo su sensibilidad al contexto evoluciona con el tiempo.
El estudio, titulado "The Ebbinghaus illusion revisited: Behavioral shift in task-solving between 4-year-olds, 6-year-olds, and adolescents", analizó la percepción de niños de 4 y 6 años y de adolescentes ante la ilusión de Ebbinghaus, una imagen donde el tamaño aparente de un círculo cambia dependiendo de los elementos que lo rodean. Los resultados muestran que los niños pequeños no son engañados por la ilusión de la misma forma que los mayores, lo que sugiere que usan estrategias distintas para interpretar lo que ven.
La ilusión de Ebbinghaus y la percepción visual
La ilusión de Ebbinghaus es un fenómeno visual donde dos círculos del mismo tamaño parecen diferentes según el tamaño de los círculos que los rodean. Esta ilusión es útil para estudiar cómo el contexto afecta la percepción. En adultos y niños mayores, el círculo rodeado de círculos más grandes parece más pequeño, mientras que el que está rodeado de círculos pequeños parece mayor.
Sin embargo, el estudio encontró que los niños de 4 años no se dejaban engañar por la ilusión. En lugar de ver el tamaño relativo de los círculos, estos niños parecían basar su decisión en el espacio total ocupado por los elementos visuales, un enfoque que cambia con la edad.
¿Quié es Hermann Ebbinghaus?
Hermann Ebbinghaus (1850-1909) fue un psicólogo alemán pionero en el estudio de la memoria y el aprendizaje. Su trabajo más influyente, publicado en 1885, introdujo el concepto de la curva del olvido, que describe cómo la retención de la información disminuye con el tiempo sin repaso. A diferencia de sus contemporáneos, Ebbinghaus utilizó métodos experimentales rigurosos para investigar procesos cognitivos superiores, empleando listas de sílabas sin sentido para analizar cómo la memoria funciona sin influencias externas. Además de su trabajo en la memoria, desarrolló un test de capacidad mental para evaluar el rendimiento de los niños en la escuela. Aunque su legado se centra en la psicología del aprendizaje, su nombre también quedó ligado a la ilusión de Ebbinghaus, un efecto visual que demuestra cómo el contexto influye en la percepción del tamaño de los objetos.

Diferencias entre niños pequeños, mayores y adolescentes
El estudio examinó la percepción en tres grupos de edad: niños de 4 años, niños de 6 años y adolescentes. Se descubrió que la capacidad para interpretar la ilusión cambia de manera significativa con el desarrollo:
- Niños de 4 años: No se vieron afectados por la ilusión de la misma forma que los mayores. En lugar de considerar el tamaño relativo de los círculos, parecían fijarse en el área total cubierta por los elementos.
- Niños de 6 años: Comenzaban a mostrar una mayor sensibilidad al contexto, aunque de forma intermedia entre los más pequeños y los adolescentes.
- Adolescentes: Mostraron un patrón de percepción similar al de los adultos, con una clara influencia del contexto en su interpretación del tamaño de los círculos.
Estos resultados sugieren que la sensibilidad al contexto visual aumenta con la edad, lo que indica un cambio en los mecanismos de procesamiento de la información visual a lo largo del desarrollo.

¿Por qué los niños pequeños ven el mundo de forma diferente?
La razón por la que los niños pequeños no son afectados por la ilusión de la misma forma que los adultos puede estar relacionada con el desarrollo del cerebro. Estudios previos han sugerido que los niños pequeños aún no han desarrollado completamente la capacidad de integrar el contexto visual en su percepción.
Una posible explicación es que los niños de 4 años utilizan una estrategia basada en el área total ocupada por los elementos visuales en lugar de evaluar el tamaño de los objetos de forma relativa. Esto coincide con teorías del desarrollo cognitivo que sugieren que la percepción infantil es más local y menos dependiente del contexto.
Por otro lado, con la edad, los niños desarrollan una mayor capacidad para interpretar relaciones espaciales y contextuales, lo que explica por qué a los 6 años ya muestran más sensibilidad a la ilusión y, en la adolescencia, su percepción es similar a la de los adultos.

Implicaciones para la educación y el aprendizaje
Comprender cómo evoluciona la percepción en los niños tiene implicaciones en la educación y en la forma en que presentamos la información visual en el aprendizaje. Los niños pequeños pueden beneficiarse de estrategias que utilicen estímulos visuales claros y sin distractores, mientras que los niños mayores pueden comprender mejor imágenes más complejas con múltiples elementos.
Por otra parte, estos hallazgos pueden ser útiles en campos como el diseño de materiales educativos, la enseñanza de matemáticas y la creación de entornos de aprendizaje adaptados a la edad. Saber cómo un niño interpreta lo que ve puede ayudar a mejorar su experiencia de aprendizaje y su comprensión del mundo.
La percepción en la infancia: un proceso en evolución
El estudio confirma que la percepción infantil no es fija, sino que cambia con la edad. Mientras que los niños pequeños pueden percibir el mundo de manera más objetiva en algunos aspectos, los niños mayores y los adolescentes incorporan más información contextual, lo que les ayuda a interpretar mejor su entorno.
Estos hallazgos refuerzan la idea de que el desarrollo cognitivo es un proceso dinámico, donde la forma en que percibimos e interpretamos la información visual evoluciona con la edad.
Referencias
- Schulze, C., & Buttelmann, D. (2025). The Ebbinghaus illusion revisited: Behavioral shift in task-solving between 4-year-olds, 6-year-olds, and adolescents. Cognitive Development, 74, 101555. https://doi.org/10.1016/j.cogdev.2025.101555.