Amamantar más tiempo protege el desarrollo temprano. Un amplio estudio concluyó que prolongar la lactancia materna durante al menos seis meses está vinculado con una reducción significativa en el riesgo de retrasos del desarrollo y diagnósticos de condiciones de neurodesarrollo en la infancia. El trabajo fue publicado en 2025 en la revista JAMA Network Open y analizó datos de más de 570.000 niños.
La investigación encontró una relación directa entre la duración de la lactancia y una menor probabilidad de diagnósticos como TDAH o autismo. Además, se observó que los niños con lactancia exclusiva o prolongada alcanzaban más rápidamente hitos clave del lenguaje, el desarrollo social y motor.
La importancia del estudio radica en su metodología robusta: además del análisis poblacional, se compararon pares de hermanos con diferentes duraciones de lactancia, eliminando así parte del sesgo por factores familiares o genéticos.
Datos de salud pública a gran escala
La cohorte analizada incluyó niños nacidos entre 2014 y 2020 con seguimiento clínico hasta los tres años de edad. Los datos provinieron de los centros de salud materno-infantil y de los registros de discapacidades del seguro social israelí.
Se incluyeron solo niños nacidos tras al menos 35 semanas de gestación y sin enfermedades graves, lo que permitió evitar el efecto de distorsión relacionado con complicaciones neonatales.
En total, el 52,2 % de los niños fueron amamantados durante al menos seis meses, y de ellos, el 21,7 % recibieron lactancia materna exclusiva en ese período.

Menor riesgo de retrasos y condiciones como el TDAH
Los investigadores hallaron que los niños amamantados exclusivamente por seis meses presentaron un 27 % menos de riesgo de retrasos en hitos del lenguaje o habilidades sociales, en comparación con quienes no alcanzaron ese umbral. Incluso la lactancia no exclusiva mostró un efecto protector, aunque menor.
El riesgo de ser diagnosticado con un trastorno del neurodesarrollo también fue notablemente menor. En particular, las condiciones más frecuentes fueron los trastornos del espectro autista, el TDAH y trastornos severos del comportamiento.
Los efectos beneficiosos fueron similares en niños prematuros y nacidos a término, aunque las diferencias absolutas eran mayores en los primeros debido a su mayor riesgo basal.
El impacto se confirma entre hermanos
Para reducir la influencia de factores familiares no medidos, los autores realizaron un análisis entre 37.704 pares de hermanos con diferentes duraciones de lactancia.
En estos casos, el hermano con seis meses de lactancia tuvo menos diagnósticos de condiciones neurodesarrollativas y menos demoras en alcanzar hitos del desarrollo.
Este análisis entre hermanos eliminó muchas de las variables familiares, como nivel educativo o estilo de crianza y, aun así, confirmó el beneficio de la lactancia.
El análisis estadístico fue particularmente riguroso, incluyendo ajustes por nivel socioeconómico, orden de nacimiento, depresión posparto y riesgo biosocial familiar.

Lactancia más prolongada, mayor protección
La relación entre duración de la lactancia y menor riesgo de problemas del desarrollo fue gradual y no lineal. El mayor beneficio se concentró en los primeros diez meses de lactancia, momento a partir del cual los efectos se estabilizaron.
Los investigadores observaron una "meseta" de beneficio tras los doce meses de lactancia, indicando que el principal efecto protector ocurre en el primer año de vida.
Aunque el estudio no pudo separar los efectos de la leche materna del contacto y la interacción madre-bebé, otros trabajos coinciden en que la combinación de factores biológicos y vinculares contribuye al desarrollo infantil.
El estudio respalda las recomendaciones de la OMS, que promueven la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses. Sin embargo, muchas madres enfrentan barreras laborales, sociales y culturales que dificultan mantenerla.
Los autores subrayan la necesidad de políticas que promuevan permisos parentales adecuados, lugares de trabajo amigables con la lactancia, y el control del marketing agresivo de fórmulas infantiles.
También se destaca la importancia de intervenciones desde el sistema de salud pública, incluyendo el fortalecimiento de programas en hospitales y centros de salud.

Potencial para reducir brechas de desarrollo
Promover la lactancia prolongada podría tener un impacto clave en la reducción de desigualdades en el desarrollo infantil, especialmente en contextos de mayor vulnerabilidad.
Si bien no se trata de "prevenir la neurodivergencia", el objetivo es maximizar el potencial de cada niño y facilitar su integración plena en entornos mayoritariamente neurotípicos.
Según los autores, estos hallazgos no deben entenderse como presión sobre las madres, sino como evidencia para crear entornos que protejan, promuevan y apoyen la lactancia como un derecho y una herramienta de equidad.
Referencias
- Goldshtein I, Sadaka Y, Amit G, et al. Breastfeeding Duration and Child Development. JAMA Netw Open. (2025). doi:10.1001/jamanetworkopen.2025.1540